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{ARTÍCULOS DE OPINIÓN}

Un calcetín, una canción y el truco de Alicia

Lo peor de todo era el silencio en las calles al bajar la basura. Nada por aquí, nadie por allá. Fue la época en que la tristeza alquiló la habitación de invitados y sólo la música era capaz de mitigar su regodeo, porque la tristeza -más allá del significado que le concedemos- es feliz en su angustia. La tristeza es buena en lo suyo, una auténtica profesional. La pandemia nos roció de tristeza y nos levábamos con canciones; también con canciones tristes porque menos por menos es más y porque el orden de los factores no altera el producto, aunque al concluir la canción la tristeza regresara. Ella se acostumbró a mirar al horror a la cara y comprobó que si prohíbes al miedo caminar libremente por tus sueños recuperas la capacidad de imaginar. Dominar las ilusiones y las fantasías al propio antojo no es tarea sencilla, menos aun cuando el rival es tan pertinaz como lo es el miedo. Aún hoy, cuando todo es ya pasado, al cerrar los ojos le resultaba complicado discernir qué pasajes recordaría siempre y cuáles olvidaría para siempre, cuáles serían arrastrados por el agua de las lluvias futuras. A fin de cuentas, los recuerdos son como un calcetín, al doblarlos los sitúas por su cara buena, pero nunca olvidas que el tejido interior continúa allí. Por eso muchas noches abría de par en par el libro que estaba leyendo y se zambullía, literalmente, en sus páginas. El truco lo aprendió de Alicia y funcionaba. Allí, entre historias, relatos e increíbles aventuras, recibió la esperada noticia. “Todo ha salido bien”. /Javi Muro

 

 

A partir de 5 palabras propuestas por María: Pandemia, agua, libro, calcetín y sueño.



Autor: Javier Muro

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