2639

{ARTÍCULOS DE OPINIÓN}

Pic, pac, sobre suelo húmedo, suenan secas

Ella camina con paso firme por la acera izquierda, con sus cascos de música y su bolso de cuero cruzado, a juego con el color de sus botas altas, marrones oscuras, casi negras. Pic pac, pic pac, sobre suelo húmedo, suenan secas. Pic pac, pic pac. Sigue adelante con la mirada fija al frente, esa mirada profunda, almendrada, de pestañas largas, y alargadas. Y mira a todo sin mirar a nada. No pestañea, tan sólo boga perdida en sus pensamientos...¡Ojalá pudiera entrar en su mente para ver lo que hay dentro! Y digo ver, que no entender, porque ni aún viéndolo creo que sería capaz de entenderlo. Dobla la esquina y su melena rubia y castaña se contonea, atada en una coleta con descaro, despeinadamente peinada, al compás del viento. Y sus botas siguen sonando, pic pac, pic pac, sobre suelo húmedo, suenan secas. Marca su ritmo con un libro envuelto en papel de periódico, sujeto bajo su brazo derecho, y al agacharse para recoger un gorro de lana que se le ha caído al suelo se marca un ligero y sutil pliegue en su chaqueta de cuero, dejando entrever un trasero vaquero casi perfecto, ni grande, ni pequeño. Y sus botas siguen sonando, pic pac, pic pac, sobre suelo húmedo, suenan secas. Y entonces me cruzo con ella, no me conoce, me mira y sonríe...no te puedes imaginar lo que siento cuando sonríe, me enamoré de esa sonrisa blanca imperfecta desde el día en que la vi por primera vez, tan natural, tan de esas de "si se acaba el mundo, y me tengo que morir mañana mismo, quiero que sea contigo". Con esos labios, ni finos, ni gruesos, ¡joder! ¡lo que daría por poder darle un beso, o varios, cientos de ellos! Y sin detenerse sigue su camino, con esa sonrisa que poco a poco se desvanece entre el aire que la rodea, que huele a perfume cítrico, a suspiro ahogado, y a droga que engancha y no envenena, pero que la envuelve en una burbuja luminosa, que  te atrae, al mismo tiempo que hace que no te acerques demasiado, que la temas. Y es que parece inútil tratar de derribar su muro de "me encanta el sonido que hacen las personas cuando se callan, y no molestan". Y sus botas siguen sonando, pic pac, pic pac, sobre suelo húmedo, suenan secas. Y una vez más, cruza la calle a la acera opuesta, y bajo mi atenta mirada, sola, firme y segura...se aleja./Raquel Villar



Autor: Raquel Villar

Suscripción a la Newsletter Enviar