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{ARTÍCULOS DE OPINIÓN}

El instante necesario

Lo encontré ahí, de perfil, sentado frente a mí en el viejo sofá mecedora de mi abuelo, con un cigarro entre las manos y una pequeña copa de whisky sobre la mesa. Su mirada fija al frente, perdida, ausente, y el Canon de Pachelbel para piano sonando de fondo en el antiguo tocadiscos del mueblecito de madera. Y una lágrima muda, solitaria, de esas que hacen cosquillas mientras caen aferrándose a sus últimos instantes de vida, deslizándose lentamente por su mejilla derecha. La taza de leche caliente se resbaló de mis manos y cayó sobre la moqueta, salpicándome los pies descalzos y rodando, hasta trazar sobre el suelo media circunferencia. El sonido del impacto le hizo despertar de sus pensamientos y fijar sus ojos en mí, grandes, oscuros, enrojecidos por el humo y por su silencioso llanto. No le dije nada, no fui capaz de articular una sola palabra. Me acerqué hacia él, acaricié con ternura su cara y la sujeté con ambas manos. Le di un beso en la frente, y conteniendo la respiración para sujetar las lágrimas que estaban a punto de hacerme atragantar, le dediqué una sonrisa. Me incorporé, recogí la taza y regresé a mi cuarto. No conseguí conciliar el sueño de nuevo, sabía que no lo haría, pero él necesitaba su momento de intimidad. Sólo, en aquel salón, en aquella mecedora, con aquel cigarro, aquella canción, y aquella copa./Raquel Villar

 

*Fotografía: Javi Muro



Autor: Raquel Villar

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