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{ARTÍCULOS DE OPINIÓN}

'La desaparición de Stephanie Mailer', de Joël Dicker

Como siempre me pasa con las novelas de Jöel Dicker, tardé en animarme a leer 'La desaparición de Stephanie Mailer' por miedo a la decepción. Lo reconozco. Me gusta tanto cómo escribe Dicker que cada vez que me enfrento a un libro nuevo suyo, lo hago con recelo por si lo que encuentro al otro lado, en las páginas, es solo decepción.

 

¿Y si no me gusta? ¿Y si la historia es mala? ¿Y si…? Bueno, al final, nada de eso ocurrió. La novela me gustó. Quizá no tanto como las anteriores, pero me gustó. Y la trama y subtramas, los personajes y la estructura son muy buenas. Como siempre.

 

En esta novela, Dicker nos lleva hasta la noche del 30 de julio de 1994 donde en la apacible población de Orphea, en la región de los Hamptons, se asiste a la gran apertura del festival de teatro. Pero el alcalde se retrasa… Mientras tanto, un hombre recorre las calles vacías buscando a su mujer, hasta hallar su cadáver ante la casa del alcalde. Dentro, toda la familia ha sido asesinada.

Jesse Rosenberg y Derek Scott, dos jóvenes y brillantes policías de Nueva York, resuelven el caso. Pero veinte años más tarde, en la ceremonia de despedida de la policía a Rosenberg, la periodista Stephanie Mailer lo enfrenta y le asegura que se equivocaron de asesino a pesar de que la prueba estaba delante de sus ojos, y afirma poseer información clave. Días después, desaparece.

 

De esta forma, con la desaparición de Stephanie Mailer y la investigación de un crimen pasado ya resuelto sobre el que la periodista conocía más datos, se inicia este thriller que avanza en dos tiempos, pasado y presente, a muy buen ritmo, con gran cantidad de tramas y subtramas que dan fortaleza a la principal, y unas cuantas vueltas de tuerca, muy bien organizadas, que golpean al lector. Me gustaría contaros más sobre la intriga para que concibierais mejor la suma de la obra, pero no saber es aquí un acierto. Por lo menos, no saber al comienzo. Mejor ir descubriendo qué se esconde tras cada hecho, desaparición incluida, leyendo.

 

Al mezclar pasado y presente, algo que Dicker hace en todas sus obras, nos convierte en partícipes de lo que sucede en la actualidad y lo que pasó antes, y eso marca la distribución y organización de los capítulos, así como las partes en las que está dividida la novela. Esa forma de narrar —mantiene una tensión narrativa envidiable— es, en cierto modo, el propio camino del lector y de la idea principal del libro que hace que todo fluya y cuadre.

 

Es una novela muy larga —seiscientas cincuenta páginas—, pero que se lee más rápido que muchas otras con menor número de carillas. Eso se debe a que es perfectamente capaz de crear insomnio. Engancha. Te engulle y, una vez atrapado, solo puedes leer. Eso, al menos, es lo que a mí me pasa con todo lo que escribe el suizo.

 

Quizá no soy imparcial, lo sé, pero me gustan mucho sus estructuras. Las adoro y me declaro fan incondicional de una forma de estructurar novelas original, interesante y muy personal. Están tan bien hechas e imaginadas, al detalle, que me resultan fascinantes. Y las pistas que va dejando por toda la obra, como pequeñas migas de pan, están tan bien planeadas, situadas y ejecutadas, que me tienen enamorada. Así que, sí. Lo admito. No soy objetiva. En definitiva, una novela que no os podéis perder que si bien no es tan adictiva  como las anteriores, sigue siendo muy buena./Verónica García Peña su última novela es 'La isla de las musas'

 

Reseña El libro de los Baltimore (Joël Dicker)



Autor: Verónica García Peña

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