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'El secreto de las abejas', una caso del cabo Holmes

  El cabo Holmes ha vuelto y lo hace de la mano de Carlos Laredo, su creador, en una tercera entrega en la que tendrá que investigar un caso complicado lleno de mentiras y secretos. Al igual que en las novelas anteriores (El rompecabezas del cabo Holmes y La decepción del cabo Holmes), Laredo nos invita a convertimos en detectives al más puro estilo clásico.

El secreto de las abejas nos traslada de nuevo a los pintorescos pueblos de Cee y Corcubión, en la bella y salvaje Costa de la Muerte gallega. La tranquilidad del lugar se verá sacudida por un atraco millonario en una caja de ahorros local, de cuya investigación se hará cargo el cabo de la Guardia Civil José Souto, conocido por todos como cabo Holmes.

El guardia volverá a aplicar toda la perspicacia, perseverancia e intuición que lo caracterizan y que le han permitido resolver complicados casos en el pasado para dar solución al espinoso suceso del atraco. No le será fácil porque en esta ocasión tendrá que enfrentarse también a sus propias debilidades para conseguir llegar al fondo del asunto.

Al igual que en obras anteriores, Laredo utiliza su forma de escribir cercana y sencilla, pero envolvente, para que nos sintamos en una novela policiaca clásica donde el peso de la investigación es fundamental. No obstante, en esta ocasión, y ahí radica la principal diferencia respecto a las dos primeras novelas, los sentimientos, miedos y tentaciones del cabo tienen un mayor peso. Lo humaniza y nos lo muestra como un hombre sin uniforme, a pesar de llevarlo en el corazón, que tiene debilidades y que no siempre es tan correcto como se le presupone. Quizá, por eso, en esta novela no aparezca uno de los personajes recurrentes de las anteriores. Hablo de Julio Santos, el detective privado y dandi madrileño que Holmes conoció en su primer caso. Es una figura que le da ese contrapunto desenfadado al mundo del cuartel y a la seriedad del propio Holmes, y le he echado de menos.

Hay que decir que al humanizar tanto al cabo, Laredo ha corrido un gran riesgo ya que puede provocar en el lector un desapego del personaje al que nos tenía acostumbrados. Choca y, en ocasiones, te aleja de Holmes pero, al final, vuelves a él. En el fondo, esa humanización del cabo le da una mayor personalidad y aporta más complejidad al personaje.

Volviendo a la investigación, Laredo, desde casi el principio de la obra, tras los hechos a resolver, nos presenta pronto a los sospechosos y nos los pone a tiro para que vayamos, junto al cabo Holmes, interrogándolos, observando sus movimientos y su actitud hasta dar con los culpables. Sin embargo, a diferencia de las otras dos entregas, incluye una especie de secreto que será parte importante de la trama y que hace que la estructura de la novela sea más dinámica. Le aporta energía y vivacidad.

El secreto de las abejas es una novela entretenida que te mantendrá pegado al papel. Te costará dejar atrás al cabo Holmes y sus hermosas tierras gallegas. No sé cómo explicarlo, pero las novelas de Holmes, sus aventuras, los casos, sus personajes, se meten en tu cabeza, que no descansa hasta acabar el libro. Y, además, cuando lo cierras, siempre quieres más./Verónica García Peña autora de 'De cómo Feliciano San Feliz quiso matar a sus vecinos'