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{VIVIR / VIDA EN LA CIUDAD}

'Para solucionar muchas dolencias habituales hay que analizar el organismo en su conjunto'

Ana Mancebo, trata a deportistas y a personas con problemas de carácer cotidiano

Ana Mancebo es fisioterapeuta y se mantiene en constante estado de formación. En ocasiones con temas relacionados directamente con el sistema musculoesquelético y en otras con una visión más integradora del organismo como es la PNI. Por su consulta pasan desde deportistas –en busca de soluciones para las dolencias propias de su actividad, ya sean lesiones, sobrecargas o la necesidad de recuperar la musculatura tras el ejercicio- a personas aquejadas de otros problemas de carácter más cotidiano, relacionados, de alguna manera, con el ritmo de vida frenético que llevamos en las sociedad actual. “Estamos –recuerda- todo el día corriendo”. Unas situaciones de stress, agotamiento, fatiga y sensación de quemazón, que se ha incrementado por influencia de la crisis. Ana apunta que en muchas ocasiones se trata de problemas musculo-esqueléticas que se resuelven tratándolos a ese nivel, pero –recuerda- que hay casos en que los síntomas no mejoran. “Entonces tenemos que pensar en algo más, en factores ambientales y en analizar el conjunto del cuerpo y la relación entre los diferentes elementos”. Esto es lo que estudia la psiconeuroinmunología (PNI); es decir, el encuentro entre la psicología, la neurología, la endocrinología, la sociología… El análisis del entorno y la persona. Ana tiene claro que ante la detección de un problema de estas características, “todos tenemos la capacidad de cambiar y no siempre hacen falta cambios enormes, sino aspectos habituales y sencillos”./Javi Muro


SPOONFUL.- ¿Es el agotamiento una de las dolencias habituales hoy en día?

Puede serlo, si tenemos en cuenta el ritmo de vida frenético que llevamos. Ya desde el comienzo del día va todo marcado: aseo, desayuno, trabajo/estudio, comida, más trabajo fuera o en casa, actividades extraescolares, merienda, baño a los niños, cena, organización para el día siguiente, un rato en el sofá que nos merecemos después de no parar en todo el día y a la cama corriendo, que sólo nos quedan 6 horas para intentar recuperarnos y seguir con ‘la batalla' diaria… Todo ello bañado de un bombardeo continuo de información: radio, tele, móvil, internet. Ni un momento de descanso, ni físico ni mental. ¡Lo raro sería que estuviésemos como rosas! Así, hemos llegado a tener una calidad de vida relativa. No tenemos, en principio, grandes dolencias y vivimos más años pero en total, ¿cuántos de ellos vivimos bien? Hay estudios que dicen que como la mitad… Además, estos estados de estrés generan una inflamación de bajo grado constante que puede llevar al sistema inmune a cometer errores e incluso a hacernos más vulnerables ante ataques de agentes patógenos y enfermar. ¡Lo bueno es que todos podemos recuperar la capacidad de cambiar! Y no siempre hacen falta cambios enormes, a veces son pequeñas cosas como sacar un momento de disfrute personal, o cambiar algunos alimentos que nos aporten más energía y beneficios o hacer alguno de los recorridos diarios a pie o dejar de escuchar las noticias unos días…



S.- ¿Qué es la psiconeuroinmunología clínica?

Se refiere al encuentro de  disciplinas como la psicología, la neurología, la endocrinología, la inmunología, la sociología…, es decir la persona y el entorno. La psiconeuroinmunología (PNI) es una ciencia que engloba una serie de conocimientos sobre el funcionamiento del cuerpo humano y cómo los diferentes sistemas que lo integran interactúan entre sí. La idea es saber cómo funciona el cuerpo en su conjunto, desde los niveles más básicos (me refiero a los procesos bioquímicos y mecanismos de acción) para así poder aportar soluciones cuando aparece algún desequilibrio.Y no es nuevo, en los años 80 es cuando se han recuperado y desarrollado y (gracias a Ader, Felten y Cohen) vuelven a aplicarse en los tratamientos sanitarios.En los últimos diez años se han publicado muchas investigaciones científicas y ensayos clínicos y cada vez más profesionales sanitarios utilizamos estos conocimientosen la práctica  diaria. Como decía, supone el encuentro de una serie de disciplinas como psicología, neurología, endocrinología y sociología. También es importante la interacción de la persona y el entorno en el que vive. Esta interacción está determinada por la genética y la epigenética. Así, factores ambientales, nutrición, ejercicio físico, uso de medicamentos, contaminantes, etc… son también responsables del funcionamiento de los genes y determinan, al final, la salud del ser humano.Dentro de la PNI se hace hincapié en la conducta de la persona, que puede ser causa o consecuencia de un proceso patológico debido a trastornos de uno o varios mecanismos de acción, tanto a nivel celular como sistémico y ya  sea neurológico, inmunológico y/o endocrino.La idea es analizar estos mecanismos al detalle y aportar soluciones específicas.Todo sin dejar de contemplar la salud desde una perspectiva evolutiva y en base a ello, la nutrición, el ejercicio físico y el aspecto psicosocial son los pilares terapéuticos de las PNI.Las interacciones a estos niveles influyen positivamente en los procesos del cuerpo, regulando los mecanismos de comunicación del organismo. Así, forman la base para el tratamiento integral de patologías comunes.



S.- Hablas de la posibilidad de resolver los problemas de las personas -problemas aparentemente físicos- a través de un tratamiento desde un punto de vista conjunto de la psicología, neurología, endocrinología y la sociología... El cuerpo, la persona y el entorno...


Hay problemas que son puramente músculo-esqueléticos y no hay más que tratar a ese nivel.La cuestión es que hay otros, que aplicando las distintas técnicas disponibles para el tratamiento de sus síntomas, no mejoran o no terminan de recuperarse. Es en estos casos cuando hay que pensar en algo más qué puede estar bloqueando esa recuperación. Y aquí entra en juego el resto del cuerpo. No hay que olvidar que, aunque para hacerlo más sencillo estudiamos el cuerpo por partes (y en casos como la medicina es fundamental para poder especializarse sobre manera y poder trabajar con algo tan complejo como el cuerpo humano y sus patologías), en realidad esa división no existe. Todo está conectado y un ejemplo simple para entenderlo es ver cómo el sistema circulatorio, el nervioso, el tejido conectivo o las cadenas musculares recorren y conectan cada parte del cuerpo. Después hay una parte más compleja basada en procesos bioquímicos, en la producción de diferentes sustancias que van recorriendo el organismo, informando y creando respuestas en función de las circunstancias.Con lo cual, una alteración en una zona influirá en el resto.Y ¿quién no ha pronunciado nunca eso de ‘mens sana in corpore sano’? o ¿a quién no se le ha “olvidado” alguna vez, durante una charla con amigos en una terracita un bonito día, esa molestia constante que tiene durante el día? Está claro que nuestra conducta y nuestro estado de ánimo también influyen en el estado corporal y viceversa.


S.- ¿De qué manera influye la nutrición en nuestro estado de salud general?

Hay un dicho muy popular que dice: “somos lo que comemos”. Y en parte es cierto. El cuerpo obtiene sus recursos de lo que comemos, bebemos y respiramos (también hay una parte de producción propia). Y es a partir de esta ‘materia prima’ de dónde el cuerpo va a obtener lo necesario para funcionar y hacer las pequeñas y constantes ‘reparaciones’. Si en general hay unos buenos nutrientes, habrá un buen estado de salud, igual que si una casa se construye con buenos ladrillos y buen cemento, aunque haya que ir reparando pequeñas averías propias del uso, no habrá daños importantes que puedan hacer que se derrumbe.
S.- ...¿y el ejercicio físico?

A mí me gusta pensar que si no estuviésemos hechos y preparados para movernos, no tendríamos piernas, sino ruedas. Además está demostrado que la actividad física es fundamental para un buen funcionamiento del organismo y que funciona como un regulador estupendo del mismo. De hecho, la inactividad es una característica común en las distintas enfermedades. ¿No podría ser también que esa inactividad nos predispusiese a la enfermedad? Y la mejor prueba de sus beneficios es cómo nos encontramos cuando estamos habituados a hacer ejercicio. En el momento nos encontramos fenomenal, y más cuando vemos que nos superamos, y en general nos encontramos bien física y emocionalmente en el día a día. Y todo gracias a darle al cuerpo lo que necesita. Y además vemos a muchos maratonianos terminar la carrera con una sonrisa después de algo tan duro, así quehacer ejercicio, aunque sea intenso, tiene que ser divertido.


S.- ¿Pueden la nutrición y el ejercicio físico sustituir el uso de medicamentos?

Aquí hay que tener las cosas claras. Hay casos en los que hay que recurrir a la medicación y punto. Gracias a ello se han salvado muchas vidas. Lo bueno es saber darle al cuerpo lo que necesita y así evitar que haya complicaciones mayores. Con unos buenos hábitos de vida, incluyendo buena alimentación, ejercicio, buenas relaciones sociales y una vida que dé más satisfacciones en el día a día que disgustos, mantendremos una buena salud, gracias al funcionamiento óptimo del sistema inmune y en general, del organismo.La dificultad está en conseguir y mantener esos hábitos, pero afortunadamente, hoy en día, tenemos a nuestro alcance, no sólo información, sino profesionales que pueden darnos las herramientas necesarias para conseguirlo.


S.- ¿Qué es el síndrome del quemado? ¿Es más habitual con la crisis?


Es una respuesta a un estrés emocional crónico que supone un agotamiento físico y/o psicológico y una actitud fría y despersonalizada hacia los demás. Se asocia, además a síntomas como depresión, ansiedad, desánimo, falta de ilusiones, fatiga, nerviosismo y falta de concentración, irritabilidad, agresividad, labilidad emocional, apatía, inhibición del deseo sexual, alteraciones gastrointestinales, insomnio, cefaleas, dolores de espalda, agotamiento físico y mental, pérdida de energía…Y con la crisis, lógicamente, ha de ser más habitual al empeorar las condiciones laborales (si se mantiene el trabajo) y al haber un ambiente general de tristeza, enfado, frustración…



S.- Los problemas de cansancio no son bien entendidos, ¿no?

Hay veces que se achacan a ‘vagueza’, pereza o falta de ganas y no suele ser así. Hay que ver al cuerpo como un sistema energético que reparte la energía entre los diferentes órganos y sistemas en función de las necesidades. Un problema de cansancio, sobre todo cuando es crónico, suele enmascarar un problema más grave. En relación a esto, hay estudios que hablan de un “cerebro no permisivo”, que reparte la energía basándose en la supervivencia y dejando de lado sistemas y funciones prescindibles.
S.- ¿Se puede recuperar esa pérdida de energía?

Afortunadamente sí. Con un enfoque amplio y actuando sobre distintos aspectos. En  estos casos solemos pensar en depresiones y trastornos psicológicos y no tenemos en cuenta ese reparto energético del cuerpo. Lógicamente habrá que motivar a los pacientes, pero si por ejemplo, el problema de base es un patógeno que ha atravesado las distintas barreras corporales, incluyendo la hematoencefálica, hasta que no se consiga eliminar o inactivar la acción del mismo y cerrar esas barreras, el paciente no se recuperará. Para conseguirlo, habrá que recurrir a distintas opciones como, en el caso del ejemplo, a antibióticos si son necesarios, pero también a diferentes suplementos nutricionales como la L-Glutamina para cerrar físicamente las barreras (como la intestinal y también la hematoencefálica), vitaminas, minerales y Omega 3 para dar nutrientes y antioxidantes y que el cuerpo vaya recuperándose… Y también cambios en los hábitos, tanto alimenticios, como deportivos, como sociales y familiares.


S.- ¿Qué alimentos son buenos?


Los alimentos que más nos benefician son aquellos con los que hemos convivido más tiempo. Aunque nuestro entorno y nuestros conocimientos hayan avanzado mucho, nuestro organismo sigue siendo muy ‘prehistórico’. No ha cambiado mucho en los últimos 72000 años, que es cuando hubo la última gran selección de la especie (explosión del volcán de Toba, produciéndose un cuello de botella y muriendo gran parte de la población).Eso supone que nuestros mejores aliados son sin entrar en detalle, las frutas, verduras y tubérculos, el pescado y marisco y la carne de caza.


S.- Cada vez más gente hace deporte,¿cuáles son los problemas/dolencias más habituales?


Normalmente las musculares y después ligamentosas y articulares. Sobrecargas, contracturas, tendinitis,distensiones…Muchas veces es por la falta de forma física y otras por no hacer las cosas correctamente, desde un mal uso de las cargas hasta un calzado no adecuado.Y no hay que olvidar que sin un buen material de construcción, el edificio se nos cae.



S.- ¿Falta cultura deportiva?

No sé si ese es el problema, más bien creo que la cuestión está en que todo lo obtenemos de una manera rápida y fácil. El movimiento está diseñado como medio para alcanzar un fin, normalmente comida y agua, y eso ahora lo tenemos con levantarnos del sofá… Con lo que el reparto energético del que hablábamos antes varía y ya no se le da tanta importancia a la musculatura. Aun así es importante mantener la actividad porque, como ya hemos comentado, es fundamental para regular los diferentes procesos del organismo y el mantenimiento de la salud. Y es tan fácil (o en según qué casos, tan difícil) como empezar. Una buena forma de hacerlo puede ser dar un paseo (volver desde el trabajo andando) con cambios de ritmo y hacer algunas series de tres o cuatro ejercicios antes de las comidas. Y si acabamos algo cansados, ¡la comida nos sabrá a gloria! Habremos activado uno de los ‘sistemas de recompensa’ del cuerpo, que son los que nos regulan. Otros sistemas de recompensa pueden ser beber con sed y obtener satisfacción con lo que hacemos y con los nuestros y superarnos a nosotros mismos.


S.- Recomendaciones...

¿Para el deporte o para una vida más saludable y sin dolencias? –bromea-… las dos cosas van de la mano. Como ya he dicho, moverse antes de comer (y eso lo hacemos a diario), beber un gran trago cuando hay sed hasta saciarnos, en lugar de a sorbitos todo el día, prestar atención y dejar de lado alimentos que nos hacen daño, basando la alimentación en verdura, hortalizas, fruta, pescado y pequeños animales y algo de carne y mantener unas buenas relaciones sociales y familiares.Y si para ello hace falta ayuda, hay que ser valiente y pedirla. Hay muchas opciones, desde trabajar la inteligencia emocional con un profesional o dedicarse a leer sobre el tema, hasta acudir a un fisio, osteópata o cualquier otro profesional sanitario que tenga una formación más integradora. Salir de ‘la zona cómoda’ y afrontar qué podemos hacer para que nuestra vida cambie y obtener una calidad de vida real.


Consulta: C/Marqués de Vallejo 12, 3º-3ª (Logroño)/628 018 999

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