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{VIVIR / VIDA EN LA CIUDAD}

'La UE para los españoles ha pasado de ser una hada buena a ser una madrastra'

Josep Borrell, ex presidente del Parlamento Europeo, reflexiona en la UR sobre la UE

El ex presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, visitó la Universidad de La Rioja para reflexionar sobre la Unión Europea. ‘La UE, sus crisis y su futuro’ era el título de la conferencia, organizada por el Centro de Documentación Europea de la UR.  Borrell es catedrático y titular de la cátedra Jean Monnet, en materia de Integración Económica Europa por la Universidad Complutense de Madrid. El que fuera ministro de Obras Públicas, Transporte y Medio Ambiente entre 1991 y 1995, bajo la presidencia de Felipe González, y fugaz candidato a la presidencia del Gobierno por el Partido Socialista, analizó la percepción que los ciudadanos tienen hoy en día de la Unión Europea, sus debilidades y desafíos de futuro. Podemos y Cataluña, se salían del guión./Javi Muro


Borrell abrió el encuentro con la prensa mostrando su satisfacción de encontrarse en una zona del país “que puede presumir de mayor estabilidad económica que otras”. Apuntó, lo señalado del día para sentarse a reflexionar sobre la Unión Europea, “ya que ayer tomó posesión la nueva Comisión Europea, que nos ha contado sus ganas de impulsar la inversión en Europa, en tiempos en que se habla de deflación y estancamientos secular, que es una manera de decir que la crisis perdura”.


S.- ¿No cree que los ciudadanos perciben la Unión Europea como algo lejano?

No tan lejano, ¿no?... La UE para los españoles ha pasado de ser un hada buena que repartía subvenciones, construía carreteras, que nos daba credibilidad internacional, a ser una madrastra que impone disciplinas –más de la cuenta- y que nos dice que hay que reducir el déficit, que hay que reducir los salarios, que hay que recortar inversiones… Por eso en España hemos pasado respecto a la UE del entusiasmo a una cierta desafección, esa sería la palabra. No hablaría de lejanía, más bien hablaría de un cambio muy importante en las actitudes psicológicas hacia un proyecto político al que nos unimos con mucho entusiasmo, con muchas ganas. Siempre hemos sido muy europeístas, quizá de una manera un poco naif, un poco ingénua, y ahora hay una cierta desafección.


S.-  ¿Ese paso de hada a madrastra, depende o ha dependido de factores externos…?

He hablado de percepciones, de cómo la gente lo percibe. Recuerdo hace ya muchos años, inaugurando una carretera, con el gran letrero FEDER (Fondos de Desarrollo Europeos) –todos lo hemos visto por todas partes- un campesino andaluz me dijo “este señor FEDER debe de tener mucho dinero, ¿no?”. Y era verdad, la percepción alguien que distribuye recursos era muy física, era palpable, era epidérmica; no era una irrealidad, era una total realidad. Un uno por ciento del PIB de transferencias netas de la Unión Europea durante muchos años se percibe. ¿Lo de la madrastra es una realidad? En alguna medida también, porque hay muchas cosas en España que las hacemos porque nos las impone Europa. Podemos discutir si las deberíamos hacer o no, pero no tenemos alternativa porque no las impone la pertenencia al club europeo. Igual pasa en Francia. Han presentado un proyecto de presupuestos que no respeta las obligaciones de pertenencia a ese club y ahora vamos a ver lo que ocurre. A cada percepción está claro que también corresponde una realidad y Europa nos impone disciplinas que sin la UE no nos hubiéramos aplicado. La discusión está en saber si son las buenas o no.


S.-  Da la impresión de que el ciudadano tiene, respecto a la UE, la percepción de lentitud a la hora de afrontar y dar respuesta a los problemas, sea la crisis económica o un determinado conflicto...

También es una percepción acertada, es una percepción que refleja la realidad. La Unión Europea es tremendamente lenta en su toma de decisiones, es insoportablemente lenta. Todo lo que hemos hecho, lo hemos hecho, seguramente, demasiado tarde. Cuando la UE se enfrenta a un conflicto reacciona demasiado lento; es uno de los problemas de la Unión Europea.


S.- ¿No cree que llega al ciudadano más el maremágnum de directivas y normativas de la UE que sus acciones reales?

Las acciones existen también, se toman tarde pero se toman. Estoy seguro de que el ciudadano las percibe, pero la lentitud en la toma de decisiones es algo que desorienta a la opinión pública y ustedes mismos –en referencia a los periodistas- deben de tener dificultades para transmitir lo que está ocurriendo. ¿Cuántas veces han leído los ciudadanos en los periódicos que se ha acabado el secreto fiscal en Europa? Llevamos dos años leyendo que se ha acabado el secreto fiscal, la semana pasada otra vez… “ahora sí que se ha acabado…” y claro, la gente dice pero cuando se acabó, no fue hace dos años… Y no, ahora se acaba porque el proceso es lento, porque intervienen muchos factores, lo aprueba uno, lo ratifica otro, lo discute un tercero… Es como funciona Europa, no se pueden pedir peras al olmo, Europa no es un Estado, no es un club de fútbol, es una institución que engloba a Estados dotados de su propia soberanía y sus decisiones son muy lentas porque no se le puede pedir que actúe como lo que no es.


S.- ¿No tiene la sensación de que políticas como los Fondos de Desarrollo –el hada de la que hablaba- en España han creado una situación perversa en la que las comunidades autónomas terminan compitiendo por ser la que capta más fondos y sus responsable políticos pueden salir a 'presumir' del logro ante sus ciudadanos?

Es posible, no lo sé. Si usted lo percibe así… Que haya competencia para atraer fondos no es negativo.


S.- Viceversa, ¿cuál es la percepción de Europa hacia España?

¿Quién es Europa? A es España, B es Europa, pero ¿quién es Europa? No me la define usted. ¿Es la Comisión Europea? ¿Es el Parlamento Europeo?


S.- … los que han sido sus colegas en el Parlamento Europeo…

¡Uff!, en el Parlamento Europeo… Hay de todo.
S.- ¿La crisis económica es el mayor enemigo al que se ha enfrentado la construcción de Europa, de la Unión Europea? ¿Ha sido un obstáculo?

Sí, la crisis económica ha puesto de relieve las debilidades de la Unión Europa. Antes de la crisis parecía que estábamos en el mejor de los mundos. En el año 2007, la Comisión Europea publicaba un informe brillante hablando del gran éxito del euro, de autosatisfacción. Había razones para estar satisfechos. ¿Por qué no se pusieron de manifiesto antes estas debilidades? Porque con la marea alta todos los barcos flotan, con un crecimiento sostenido aquello parecía que funcionaba. Con la marea baja es cuando se ve quién soporta la navegación y ha quedado claro que teníamos problemas de diseño. La crisis nos ha ayudado dramáticamente a poner de manifiesto las carencias de la construcción europea. Ahora se están tratando de resolver esas carencias.


S.- Tras las últimas elecciones Europeas entraron a formar parte del Parlamento formaciones políticas que son muy críticas, no con la idea de Europa, sino con la forma en qué se venía trabajando en la UE...

¿En el Parlamento, en la Comisión, en el Unión Europea en general…?


S.- Por ejemplo, las señaladas en  la intervención de Pablo Iglesias, el portavoz de Podemos, en la jornada de constitución del Parlamento Europeo. ¿Coincide con esas críticas o cree qué es populismo?

Para poder pronunciarme tendría que explicarme en concreto la crítica en cuestión… Para saber si una crítica es acertada tendría que saber en qué consiste la crítica. Dígame una crítica en concreto y le podré decir si me parece acertada o no… Sin duda, se puede criticar el funcionamiento del Parlamento Europeo, no es una institución perfecta. Yo mismo intenté cambiar y critiqué muchas de sus normas, por ejemplo, los gastos de viaje de los diputados, pero no sé a qué críticas se refiere usted…


S.- Una de las principales críticas formuladas por Pablo Iglesias fue que el Parlamento Europeo no está concebido pensando en los ciudadanos sino en las instituciones. Rescate a los bancos, pero cuando se pide austeridad se exige a los ciudadanos…

Eso no será una crítica al Parlamento Europeo sino a las decisiones que toma la Unión Europea en su conjunto. No es una crítica a una institución sino a una política concreta. Naturalmente, se pueden tener puntos de vista diferentes sobre lo adecuado de estas políticas. Se puede criticar el dinero gastado por la UE en salvar a los bancos, pero desde fuera es fácil criticar. Hacen falta alternativas. Hay que estar en la situación de gestionar la crisis, con el edificio con grietas y tratando de que no se derrumbe. No creo que Europa estuviera en mejor situación si hubiese permitido la quiebra de alguno de sus grandes bancos. No hay más que ver lo que sucedió en el sistema financiero internacional cuando en Estados Unidos permitieron la quiebra de Lheman Brothers. Provocó una crisis de enormes consecuencias.


S.- Llevamos una temporada en que es extraño que un juez no impute a un político o un banquero por corrupción. ¿Qué percepción tiene usted de la corrupción¿ ¿Cree que en España es algo generalizado? ¿Cómo ven Europa lo que está pasando en España en este sentido?

No he podido pulsar lo que piensan en Europa en estos días porque no estoy en Europa, pero supongo que no da una buena imagen del país y que no aumenta la confianza de los ciudadanos alemanes cuando se les habla de unión bancaria, de mutualización de riesgos, de garantía común de cuentas corrientes. Ven lo que pasa en Bankia y un ciudadano alemán tendría aún más reticencias en avanzar en una corresponsabilidad de riesgos. Pero no deberíamos generalizar, que algunos responsables de alguna caja de ahorros se hayan comportado como delincuentes comunes no puede significar una descalificación para todo un país. Tenemos que defender que España es un país que puede y debe de ser respetado, independientemente de que haya habido comportamientos de delincuente común. No generalizamos. Cuando hablamos de los 24.000 millones que nos ha costado Bankia -24.000 millones, reitera- sólo tenemos en cuenta el coste que las pérdidas señalaban y hemos tenido que cubrir, pero nos ha costado mucho más. El efecto Bankia tuvo un impacto muy importante en la prima de riesgo que tenía que pagar España para financiarse. Eso no está recogido en ninguna contabilidad, pero supuso un sobrecoste a la hora de financiarnos, incrementó la deuda pública. Lo hemos pagado.


S.- ¿Cómo se percibe en Europa y cómo ve usted, personalmente, lo que está sucediendo en Cataluña?

No puedo pronunciarme sobre todo. He venido a hablar sobre Europa. Ahora hablo de Cataluña y después terminaremos hablando de todos los problemas del país. Prefiero no salirme del guión, ya me han llevado muy lejos.

 

* Marional Urrea, vicerectora de la UR, presentó al ex presidente del Parlamanto Europeo, Josep Borrell.


* Entrevista realizada de forma conjunta con compañeros de Europa Press, EFE y Diario La Rioja.



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