5368

{VIVIR / VIDA EN LA CIUDAD}

'La crisis le ha dado la razón a la universidad, a la importancia de la formación'

Mariola Urrea, vicerectora de Relaciones Internacionales e Institucionales de la UR

La conversación con Mariola Urrea, vicerectora de Relaciones Institucionales e Internacionales de la Universidad de La Rioja se desarrolla en su despacho y con la grabadora sobre la mesa de reuniones sobre la que se debatió y diseñó el Programa de Cursos de Verano, que también coordina. El diagnóstico inicial fue una sociedad que parecía abatida, la solución transmitir optimismo. Ahí surgió el ciclo 'Referentes' a travésdel cual la UR está presentando la experiencia de personas con talento, que a través de su esfuerzo han demostrado que se puede tener éxito. Una idea que se ha trasmitido a través de Manu Brabo, fotoperiodista ganador del Pulitzer 2012; Rafael Matesanz, médico fundador de la Organización Nacional de Trasplantes o Juan Antonio Zufiria, director general de IBM Europa, por poner unos ejemplos. Actualidad en cada propuesta programada dentro de los Cursos de Verano y es que Mariola Urrea no entiende la universidad sin estar integrada en la sociedad en la que vive y con el objetivo de aportar, desde la creación de conocimiento, mejoras para las personas./Javi Muro

 

SPOONFUL.- ¿Cuáles son los objetivos de una universidad? ¿Cuáles deben ser?

Es una pregunta compleja, pero es también muy atractiva. Es una de las preguntas que todos los responsables políticos de la universidad debe hacerse. Necesitamos nosotros mismos saber a quién nos dirigimos y, sobre todo, saber qué queremos ofrecer a la sociedad a la que prestamos un servicio. Una universidad pública, como es el caso de la Universidad de La Rioja, integrada en un campus de excelencia internacional como Iberus, debe de ser capaz de dar respuestas en tres ámbitos distintos. Debe cumplir el objetivo de ofrecer a la sociedad un docencia de calidad; es decir, debe de estar en disposición de formar a los ciudadanos que confían en esa institución de tal forma que los coloque en un buena posición para poder obtener un empleo. No sólo para poder obtener un empleo, pero también para poder obtener un empleo; especialmente en estos momentos de crisis económica que vivimos. Debe ser capaz de formar a ciudadanos libres y me refiero a ciudadanos críticos, capaces de interpretar la información que reciben, capaces de fijar una posición sin influencias, capaces de ser agentes activos en la sociedad en la que se integran. Ahora, la sociedad nos pide principalmente eso: forme usted bien a nuestros jóvenes o recicle bien a esas personas que vuelven su mirada a la universidad después de un periodo de tiempo laboral. Además, la universidad pública tiene que crear conocimiento y para eso tiene que tener personal docente e investigador que dedique e invierta una parte sustancial de su tiempo para crear conocimiento, para crear ideas. Si no somos capaces de cumplir con este objetivo no seremos capaces de ser considerados como una universidad… seremos otra cosa, un centro docente de formación superior, pero la Universidad de La Rioja es una universidad y quiere ser reconocida como tal. Y además, la universidad tiene que ser capaz de transferir ese conocimiento a la sociedad en la que nos integramos. Dicho de otra manera, la Universidad de La Rioja se presenta al tejido industrial y empresarial como una institución que puede tener solución a sus problemas. El tercer objetivo es ser un agente activo en la cultura de la región y el programa de Cursos de Verano es un ejemplo.


S.- ¿Se cumplen hoy en día esos retos, esos objetivos? ¿Existe esa complicidad con la ciudad, con la región?

Tengo la percepción de que la sociedad riojana quiera a su universidad, que la siente como un agente activo más, que la ha incorporado a su vida. Nosotros le pedimos a la sociedad que confíe en nosotros. Somos un conjunto de personas –personal docente e investigador y administrativo- que se desvela para que la investigación, la docencia, la cultura, sean de calidad. Y lo hacemos con un presupuesto que es el que tenemos, el que nos ha confiado la sociedad. ¿Qué podemos decir que es limitado? … es el que tenemos y el que administramos de forma muy prudente, porque esta universidad no tiene déficit, es una de las pocas universidades que no lo tiene y eso dice mucho de la gobernanza de esta universidad, de la prudencia y de la gestión escrupulosa que ha hecho esta universidad en veintiún años de historia. Creo que la sociedad reconoce esto y que ya no se puede imaginar la región sin este escenario, sin la universidad pública de La Rioja.


S.- A veces da la impresión que la universidad –esas ideas y objetivos generales que comentas- se acerca más a la percepción que tenemos de ella en verano, con el Programa de Cursos de Verano, que durante el propio periodo lectivo…

Puede ser… el Programa de Cursos de Verano nos abre más a la sociedad, parece que todas las semanas ofrecemos una invitación a la sociedad: venid a vernos a escucharnos. Digo venid, pero lo cierto es que a veces ni eso, ya que en verano es la propia universidad la que se desplaza a otras ciudades y localidades… a Haro, a Cenicero, Santo Domingo, Arnedo o Calahorra, o a la Casa de las Ciencias. El verano es un tiempo que nos permite estar un poquito más cercano a la sociedad, porque si es cierto que durante el periodo lectivo la acción formativa es una labor discreta. Sabemos que las clases empiezan a las ocho de la mañana, pero eso no lo contamos. La normalidad no es noticia, pero es la garantía de que esa institución funciona, que todos los días a las ocho hay un profesor en el aula enseñando. El verano permite una aproximación más flexible, menos rígida, seguramente más atractiva y pensada para todos los públicos, que posibilita llegar casi a todas las casas.


S.- ¿Cómo se organiza un programa de Cursos de Verano? ¿Cómo se decide qué temas son interesantes?

Bueno, se diseña teniendo muchas reuniones de un equipo formado por la Fundación de la Universidad, por el Vicerectorado de Relaciones Institucionales e Internacionales, que yo dirijo, y por el servicio de comunicación. Se articula, sobre todo, a través de mucha ilusión, de mucha reflexión, nada es improvisado. Cuando nos sentamos a preparar el programa lo primero que nos preguntamos es qué queremos comunicar este año a la sociedad, qué queremos ofrecer y qué creemos que necesita la sociedad. Por supuesto, también hay una reflexión sobre de qué recursos disponemos, y no me refiero sólo a recursos económicos, también humanos. ¿Qué queremos conseguir? Como responsable del programa quiero dar satisfacción a lo que puedo intuir que la sociedad está demandando, pero quiero también que la Universidad de La Rioja esté en el mapa y acapare titulares, que sea conocida. Por ejemplo, si el Premio Pulitzer 2012 viene a visitarnos ya nos conocen (el fotoperiodista Manu Brabo ha participado en los Cursos de Vernao 2013). E igual sucede si viene el presidente de la Asociación Nacional de Trasplantes, por ejemplo. No sólo quiero un titular en la prensa riojana, quiero que después cuando a ellos les hablen de la Universidad de La Rioja digan: “yo estuve allí, me trataron muy bien y me hicieron preguntas interesantes”. Quiero que nos conozcan. Y todo esto se consigue también presentando un programa interesante, atractivo y divertido.


S.- Al revisar el programa de Cursos de Verano una de las cosas que se constata es que hay mucha actualidad, entendida como un acercamiento a problemas o preocupaciones que tiene la sociedad…

Es que la universidad, la universidad de La Rioja, es un agente más en la vida de la sociedad riojana. Y es un agente que no sólo es un espectador, quiere tener una actitud protagonista en la vida de la sociedad y para conseguirlo tenemos que ser capaces de ofrecer miradas. Hablo de acercarnos a una situación y ofrecer miradas, lo que hacemos bien los universitarios es la reflexión. Sucede igual cuando diseñamos unas jornadas o un seminario. Uno de los errores es que la universidad no atienda a lo que sucede en el mundo. La herramienta que emplea la universidad es el conocimiento, con el conocimiento cómo podemos mejorar la vida de la sociedad. Ese es el debate y no podemos mantenernos ajenos a la actualidad. Lo que no implica que la actualidad afecte al desarrollo de los planes de estudios, que hay impartirlos muera Gadafi o no muera Gadafi. Ahora bien, podemos estudiar si la muerte de Gadafi es compatible con el ordenamiento jurídico internacional o si lo que está ocurriendo en Egipto responde o no a un golpe de Estado.
S.- Hablas de atender lo que demanda la sociedad. El Programa de Cursos de Verano ha aportado este año el ciclo ‘Referentes’, ¿entendisteis que era lo que necesita la gente, que los referentes que vemos en el día a día no valen, no son especialmente positivos…?

Mira, cuando nos sentamos en esta mesa –señala la mesa donde se desarrolla la entrevista- a reflexionar sobre los contenidos de los Cursos de Verano surgió esta idea. Teníamos la sensación de que la sociedad está un tanto abatida porque lo que lee en los medios de comunicación o lo que vive en su familia… desempleo, situaciones muy complicadas… no ayuda a tener confianza en sí misma, ni en tener confianza en este país. A mí no me gustaría que termináramos todos pensando que este país no tiene solución y que todo lo que ofrecemos como noticia es algo negativo. No me gustaría que la sociedad terminara pensando que estamos genéticamente diseñados para fracasar o para no ser honorables. ¿Cómo hacemos para que la sociedad tenga una luz en la que fijarse, por la que sentir orgullo, y utilizar como modelo? Así que dijimos: vamos a rescatar a aquellas personas que sí o sí son indiscutibles, que nadie puede tacharles de incompetentes ni pone en duda si honorabilidad, y además, vamos a rescatar esos elementos que seguramente no ocupan portadas en los medios de comunicación, que no son conocidos en el sentido de que todos los día están presentes en la actualidad, pero que son profundamente reconocidos. Con esta filosofía diseñamos el ciclo ‘Referentes’. Barajamos muchos nombres y muy variados. Hemos elegido unos, pero el año que viene habrá más. No podemos caer en el abatimiento porque este país hace muchas cosas y las hace muy bien. ¿Por qué no nos fijamos en estos modelos?


S.- … no hay políticos… (tan sólo un ex ministro que lo dejó a mitad de Legislatura)

Queríamos escapar, al menos en esta primera edición, de este tipo de personas. ¿Por qué? Creemos, igual injustamente, que hoy para la sociedad esa categoría de profesionales no inspira del todo confianza. No podemos olvidar que esta sociedad sin partidos políticos, sin responsables políticos, no puede articularse. La política es una de las profesiones más honorables, otra cosa es que actualmente haya gente en la política que la esté degradando. Eso no rompe la categoría de la política. Es un tema que también salió a discusión. ¿Optamos por un líder político o no? Decidimos que como oferta de lanzamiento el ciclo ‘Referentes’ tenía que resultar indiscutible y si seleccionas a un líder político siempre habrá alguien que considere que no es un referente. ¡Hombre! Me hubiera gustado contar con Obama o con el Papa, que son líderes que te gustan más o menos pero son indiscutibles. Hemos huido de esa categoría, sobre todo si nos teníamos que mover en el entorno nacional y evitar que alguien creyera que no son referentes. Sí hemos optado por alguien, Ángel Gabilondo, que como bien dices  fue ministro de Educación, pero que su condición de indiscutible está en el campo de la metafísica. Además, es un orador extraordinario.


S.- Parece que el Programa de Cursos de Verano tiene el objetivo de incitar al optimismo…

… pero no es un optimismo ramplón, ni un optimismo simplista; es decir, no se trata de decirle a la sociedad los problemas no existen, su hijo va a encontrar empleo mañana… no, tenemos muchísimos problemas, lo que queremos mostrar desde la universidad es que no basta con decir que tenemos problemas también hay que mostrar que cosas hace bien este país. No para ponernos medallas innecesarias, sino para decir por qué no tomamos como ejemplo esos modelos de éxito. ¿Por qué si tenemos la Organización de Trasplantes mejor del mundo, que no es más que un modelo de gestión, no utilizamos ese modelo en otros ámbitos? El doctor Matesanz habló de eso en la Universidad de La Rioja, de un modelo de gestión, de coordinación, de la importancia de un trabajo colectivo donde no reinen ambiciones personales, sino que es tan importante la labor del cirujano como de la persona que traslada el órgano en ambulancia o helicóptero. Son modelos de gestión que se pueden trasladar a la Administración pública o a otro entorno. No es un optimismo ramplón, sino decir este país tiene modelos de éxito a partir de personas con talento y con una trayectoria profesional impoluta. ¿Por qué no nos miramos ahí?


S.- La crisis parece haberle devuelto la razón a la universidad sobre la necesidad de formarse, obtener conocimiento, la preparación de las personas, frente a la burbuja inmobiliaria en la que muchos jóvenes dejaban los estudios porque la construcción les ofrecía la posibilidad de ganar fácilmente un sueldo importante, ¿no? Con la crisis eso se ha hundido y muchas de esas personas se encuentran en una situación de invisibilidad social…

… y con riesgo de exclusión permanente. Me gusta como lo planteas, la crisis le ha dado la razón a la universidad. La universidad es una institución que tiene ochocientos años. No puede haberse hecho las cosas mal cuando una institución sobrevive ese tiempo y significa también que esa institución está dispuesta a cambiar, a adaptarse a los tiempos… La universidad está para acompañar a la sociedad en una mejora, para aportar valor añadido a la vida de las personas. Un valor añadido que puede suponer una mejora económica, pero a veces está relacionado con la confortabilidad vital. Y es verdad que la crisis nos ha dado la razón a la universidad, en el sentido de que sigue siendo el centro de enseñanza superior imprescindible, un lujo del que ningún país debe desprenderse, que hace incorporar talento a las personas, valor añadido a los procesos productivos… sin universidad no puede haber un proceso productivo exitoso, carecerá de valor añadido. Cuando ocurre lo que ha ocurrido, por ejemplo con el sector inmobiliario, tenemos más de dos millones de personas con dificultades, casi permanentes, para incorporarse al mercado laboral. Apreciamos desde la universidad que muchas personas que abandonaron su formación, seguramente motivados por un canto de sirenas de un sueldo razonable se han dado cuenta, de digamos su error, y están regresando a la universidad o a otros centros formativos, que también lo están haciendo magníficamente. La crisis le ha dado la razón a la importancia de la formación.


S.- Enlazando los distintos cursos programados para el verano con la actualidad, no podemos olvidar que la crisis económica ha generado muchos recortes presupuestarios, y el medioambiente, por ejemplo, puede aparecer como algo prescindible, como un lujo, pero al mismo tiempo, el curso que reflexiona sobre la Reserva de la Biosfera habla de generar opciones, oportunidades, alternativas…

Efectivamente, toda crisis es una ventana de oportunidad. Pero en toda crisis hay que estar atento, sobre todo si se tiene cierta sensibilidad social y cierto compromiso, porque mucha gente se queda por el camino. Como país tenemos que hacer esa reflexión. La crisis le da oportunidades al talento, al que está mejor formado. Uno de los ponentes del ciclo ‘Referentes’, Juan Antonio Zufiria, dijo “el dinero siempre sigue al talento”, es decir siempre va a haber dinero para el talento, pero no lo habrá para otras cosas. Pero ¿Qué ocurre con todas esas personas que no tienen talento, que no arriesgan, que no quieren, no saben o no pueden innovar, qué hacemos, las dejamos por el camino? Creo que tenemos un compromiso con ellas, por tanto en esta crisis las políticas sociales son aún más importantes porque son el colchón que hace que ese grupo de gente no se descuelgue para siempre. Ahora bien, siguiendo con esa filosofía positiva, uno de los cursos de verano que más me ha agradado tener en el programa es el de la Reserva de la Biosfera porque interpela a la sociedad riojana sobre un proyecto reconocido a nivel internacional, que afecta a cinco valles de La Rioja y que va mucho más allá del medio ambiente. Ahora tiene que renovar ese reconocimiento, al cumplirse diez años, como Reserva de la Biosfera, un carácter que tiene un componente de protección del medioambiente muy fuerte, pero no sólo, también tiene que ver con el valor añadido de determinados procesos productivos naturales que se realizan en la zona, del que deben aprovecharse las gentes del valle. Tiene que ser un proyecto muy compartido. A mí me encantaría pasear por Logroño y encontrar una tienda que vendiera sus productos.
S.- Ahí podemos enlazar con otro de los cursos planteados por la universidad ‘El Mundo qué queremos más allá de 2015’ ¿Qué mundo queremos? ¿Queremos regresar a lo que teníamos hace seis años o queremos cambiar de verdad?

Es una magnífica pregunta y es un reto. Es un curso que se celebra en Ginebra, con independencia del título y el tema a analizar que decidamos cada año. Participan alumnos de la universidad becados por el Parlamento de La Rioja y quiero dejar el agradecimiento por la colaboración constante de ésta institución, que permite que los estudiantes viajen y conozcan Naciones Unidas. Este año, queríamos hacer una reflexión, tras la Agenda de los Objetivos del Milenio, que fueron muy ambiciosos y que no se han cumplido en su mayor parte, sobre le planteamiento lanzado desde Naciones Unidas a los diferentes países… ¿Qué mundo quieren ustedes tras 2015? Se habla del desarrollo humano sostenible. Siempre que se habla de Naciones Unidas –ese parlamento del mundo en el que se sientan países tan diversos como Irán, Estados Unidos, España, Gana o Islandia- tenemos que entender que los grandes compromisos son una especia de revulsivo que le pone Naciones Unidas al mundo. Es una especie de deseo, no es una meta sino un proceso, en el fondo son retos. Convocan a los países para que definan el mundo que quieren dentro de tantos años y expliquen el modelo de desarrollo por el que quieren apostar. Y, lógicamente, aquí comienzan los intereses estatales y particulares. Aquí es donde nos tenemos que preguntar ¿queremos seguir manteniendo nuestra confortabilidad de primer mundo a costa de que la mayor parte del planeta viva en condiciones infrahumanas? ¿Estaríamos dispuestos a renunciar a algo de confort para mejorar sustancialmente la vida de otras personas? Volver a la situación de hace seis años es muy probable que sea imposible para la mayoría de la sociedad y que sea factible tan sólo para un grupo de elegidos. Los españoles, aunque hoy no lo veamos así, pertenecemos a la categoría del mundo de los elegidos, pertenecemos a una isla de democracia que es Europa y nos encontramos dentro de un desarrollo con unas prestaciones socioeconómicas inimaginables en otros ámbitos del planeta.


S.- ¿La cultura –la Universidad ha programado el cursos ‘El Reino de la Cultura’- tiene sitio o tiene que tener sitio en ese mundo futuro? A veces da la impresión de que en la lista está en la columna de prescindible…

Estoy seguro de que si hablas con personas que trabajan directamente en ese mundo te dirán que están sufriendo la crisis de una forma notoria. Ha habido cambios legislativos que han hecho un daño enorme a algunas manifestaciones de cultura, como ha sido el incremento del IVA en el cine o en el teatro y también se han visto reducidos drásticamente los presupuestos públicos en la categoría de cultura. No voy a entrar en el debate de hasta donde las administraciones públicas deben convertirse en propulsores u ofertantes de cultura, la pregunta es ¿desde la universidad hay sitio para ese tipo de cuestiones? Y la respuesta es sí. De hecho este programa de cursos de verano tiene un ciclo de cine alternativo, para gente que busca otras cosas que no encuentra en las salas comerciales. Es verdad que la cultura puede ser una de las hermanas pobres, porque cuando tienes recursos limitados y necesidades ilimitadas hay que priorizar… si la cosa está entre comer o no comer, está claro… pero creo que en sociedades sofisticadas las prioridades no se suelen plantear así, la cultura no sólo tiene que ver con el ocio, sino que forma parte del proceso de formación de la persona.


S.- Mencionabas el ciclo de cine, ¿debe incluirse en los estudios como una más de las artes?

Mira, por ejemplo, en la universidad el cine es una herramienta docente absolutamente normalizada en todas las disciplinas. Si uno pasea por las aulas de la UR, en disciplinas tan diversas como Filología Inglesa, Derecho, o Economía, verá como en alguna ocasión se utiliza una película o fragmentos de una película para ilustrar, por ejemplo, un problema jurídico... el jurado, el uso de la fuerza en Derecho Internacional... siempre hay películas que ayudan ilustrar un tema; ‘Hotel Ruanda’ es un ejemplo inmejorable para explicar el genocidio. El cine en el ámbito universitario es una herramienta docente útil y lo digo porque hoy están en las aulas alumnos que han nacido con el cine, que les dice más una imagen que una clase magistral, sin que sean incompatibles. En una clase magistral puede haber imágenes que sean útiles para alumnos que viven en un contexto. El cine forma parte de su vida. También las series de televisión. Hay series de televisión fabulosas… ‘El Ala Oeste de la Casa Blanca’ ofrece en términos de ciencia política, en términos de relaciones institucionales, capítulos que explican lecciones enteras de Derecho Internacional o Diplomático.
S.- También en los Cursos de Verano está el compromiso de la Universidad con dramas sociales como la violencia de género…

Mira, en el caso de la Universidad de La Rioja tenemos un grupo de investigación –un grupo de profesoras- que parte de su trabajo lo dedican al tema de la violencia de género. Para mí ha sido una sorpresa este recrudecimiento que se ha registrado este año en términos de violencia de género; de verdad es sorprendente y preocupante. Creo que no hemos podido ser más oportunos, presentar un curso de verano que analiza las raíces y las manifestaciones de violencia de género. Es decir, ¿por qué ocurre esto? ¿qué nos está pasando como sociedad? ¿qué no estamos haciendo para que lejos de disminuir las muertes por violencia de género se vayan incrementando de forma sustancial? Es un curso pegado a los problemas sociales y con la idea que ya he reiterado de que si desde la universidad en algo podemos contribuir a la mejora de esos problemas, pues para eso estamos.


S.- Los presupuestos se reducen, ¿se ha notado también a la hora de organizar el programa de los Cursos de Verano?

Tenemos la suerte de que una parte muy importante de los Cursos de Verano se financia con una aportación que hace el Banco de Santander y no nos ha reducido esa aportación. Además, quiero agradecer que colaboran más de sesenta instituciones con nosotros, públicas y privadas, de toda La Rioja. Estos esfuerzos compartidos tienen el reflejo en el programa. Y también hay que reconocer el esfuerzo de los directores académicos de los cursos, a los que sí les hemos reducido de forma sustancial su aportación, con el objeto de poder mantener e incrementar el nivel de los invitados y poder asumir el pago de un avión o del alojamiento de los mismos. Son, como digo, esfuerzos compartidos. A mí no me gusta quejarme por el dinero porque creo que hay actuar con los mimbres que cada uno tiene en este momento. Vale, si hay que pedir, sería la primera en manifestar las necesidades que puedo tener y los recursos que me hacen falta,  pero creo que ese es hoy un lamento que no ayuda a la acción. A mí me gusta más la acción que la inacción.


S.- ¿Y desde el punto de vista de los alumnos, hablando del coste que pueden tener las matrículas y la posible reducción de las becas, en qué situación se pueden encontrar el próximo curso?

Bueno como todo el mundo sabe la situación cada vez está siendo más complicada. Por una parte, las tasas académicas son más elevadas que hace unos años. Hay que decir que las tasas no las fija la universidad, sino el gobierno regional y creo que hay que valorar que en el marco de actuación que tenía –la horquilla en que podía elevar las tasas- ha optado por incrementarlas en el baremo más bajo. Por lo tanto, los alumnos que quieran matricularse en la UR saben que las tasas son de las más bajas de España, pero son superiores a otros años. Es cierto que a los alumnos se les va a pedir que su rendimiento sea cada vez más eficiente. Es decir, que aquello en lo que se matriculen lo superen, porque sí que es cierto que se penaliza económicamente un suspenso hasta llegar a un momento en que el alumno tendrá que pagar el coste real de esa matrícula. Hay que recordar que los alumnos vienen a pagar un veinte por ciento de lo que cuesta su estancia en la universidad, el resto lo pagamos entre todos. Yo les pediría a los alumnos que planificaran muy bien las matrículas y que no desperdicien ni un minuto de tiempo. Y esto, junto al Decreto de Becas –ahora en el Consejo de Estado-, pues indica que las cosas se van a poner cada vez más complicadas; es probable que haya menos becas y que su mantenimiento sea más exigente. Un panorama complejo porque además ahora hay más familias que lo están pasando mal y para las que antes no era un problema asumir una matrícula y ahora sí lo es, ahora puede ser un auténtico problema. La Universidad de La Rioja está estudiando y analizando situaciones excepcionales porque, utilizo palabras del rector, no nos gustaría que se quedara fuera ningún talento por problemas económicos.


S.- … para terminar, ¿Qué le falta a la Universidad?

A la Universidad de La Rioja le sobran ganas de ser una universidad digna de lo que quiera la sociedad en que se integra, trabajamos con esa convicción; tiene ambición de ser una gran universidad por la que los riojanos sientan orgullo. Y de cara al futuro estamos trabajando para tener un papel relevante en el Campus de la Excelencia Iberus… con eso a la Universidad de La Rioja no le faltará nada.


Suscripción a la Newsletter Enviar