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{VIVIR / VIDA EN LA CIUDAD}

'En fotoperiodismo ninguna fotografía es verdadera, pero no significa que sean falsas'

Marisa Flórez recibe la Insignia de Oro de la Asociación de Informadores Gráficos de La Rioja

“A través de la fotografía lo que siempre me ha interesado es contar historias”. Y así ha sido a lo largo de toda una carrera que le ha llevado a publicar sus imágenes en revistas y periódicos nacionales e internacionales. Una profesión, la de fotoperiodista, que inició en el diario Informaciones y continuó en 1976 cuando pasó a formar parte del equipo de ‘El País’, periódico en el que desempeñó responsabilidad de redactora jefe y editora gráfica. Marisa Flórez ha realizado fotografías míticas como la ‘soledad de Suárez’, la llegada de La Pasionaria y Alberti al Congreso en la primera Legislatura de la Democracia o la que muestra a Susana Estrada -a pecho descubierto- con Tierno Galván, en plena Movida Madrileña. Ahora, la Asociación de Informadores Gráficos de La Rioja (AiG) homenajea a la fotoperiodista leonesa con la concesión de su Insignia de Oro y Flórez, que siempre ha resaltado la importancia del trabajo en equipo en el periodismo, reconoce sentirse feliz. “Que te den un premio compañeros fotógrafos, compañeros de profesión -resalta- es extraordinario”. Más aún -destaca- “cuando se trata de un grupo de fotógrafos que están haciendo cosas realmente muy interesantes, como la exposición anual o la documentación de la vida de la región en imágenes a lo largo de los últimos veinticinco años”.

 

Reconoce Marisa Flórez la influencia familiar en vocación fotográfica. “Siempre me ha gustado la fotografía, siempre me ha gustado todo lo relacionado con la imagen. Provengo de una cultura familiar muy cinematográfica. En mi casa el cine era algo esencial; ir al cine todas las semanas una o dos veces era una costumbre instituida, una tradición que ya formaba parte de la actividad de mi abuela. Así que desde muy pequeña siempre me interesó mucho la imagen, por supuesto el cine, y también la fotografía, y poco a poco…”. Recuerda la fotoperiodista que pidió a sus padres una ‘máquina de fotos’ como regalo.

 

 “Y comencé a hacer fotos”. Continuó sus estudios y conoció a Raúl Cancio -también Insignia de Oro de AiG-, “él ya se dedicaba profesionalmente a la fotografía y empezó a interesarme mucho más. Después, por medio de un amigo, al que le gustaron mis fotografías, surgió la posibilidad de realizar algunas colaboraciones. Continué mi formación, realicé cursos de fotografía y un máster que hubo en la facultad. Poco a poco me surgió la posibilidad de realizar más colaboraciones, surgió la posibilidad de trabajar para el diario Informaciones, también en varias revistas, y poco fui entrando en el ambiente fotográfico”.

 

La fotografía entendida como fotoperiodismo fue desde el principio la opción elegida por Flórez. “Al principio realizaba fotos tan sólo para mí, pero tenía unos amigos que estaban dentro del mundo de la prensa y empezó a interesarles mi trabajo y así fui como surgió la idea de comenzar a colaborar y desde entonces mi carrera profesional ha estado dirigida hacia el fotoperiodismo”. 

 

S.- ¿Cómo entiendes la fotografía? ¿Mostrar algo, una búsqueda de la belleza, contar una historia, informar?

Como fotoperiodista lo que me ha interesado siempre es contar historias. A veces con una sola imagen; a veces es una serie de fotografías las que componen el relato. Pero de una manera u otra, el objetivo siempre ha sido contar historias, contar lo que ocurre, lo que pasa a mi alrededor. Contar historias a través de mis fotografías que enfocado a los periódicos en las que se han publicado permitan que el lector saque y perciba algo más que lo que se ve a siempre vista. Siempre he querido ir un poquito más allá con las imágenes y tratar de transmitirlo. A veces lo consigues y otras no, pero esa es mi gran intención.

 

S.- La fotografía es mucho más que la acompañante del texto, ¿no?

La fotografía cuenta en sí misma, por sí misma. Es un soporte diferente a lo que puede escribir el redactor, o el locutor de radio transmitir a través de su voz. Son instrumentos diferentes, pero al final es información, es exactamente igual.

En la sección de deportes de El País -Marisa Flórez realizó durante una época fotografía deportiva- una imagen a cinco columnas muestra al futbolista croata Luka Modric rodeado de cuatro jugadores rusos. El croata aparece nítido, domina el balón; los rusos se muestran difuminados, como si estuvieran a punto de desvanecerse. ¿A través de una imagen puede retratarse el talento de un deportista, de un científico, de un escritor? “A través de la composición de una página de periódico -explica Marisa Flórez-, a través del juego entre fotografía y texto, se puede contar un relato”.

 

S.- Obviamente en el instsnte que retrata la fotografía de Modric los futbolistas rusos no se desvanecen, ¿Hay límites para contar en la fotografía de prensa?

En prensa las imágenes tienen que informar de una forma veraz. Pero claro, cuando te acercas a algo, la imagen que obtienes siempre es muy subjetiva. Lo es para cualquiera que realice esa fotografía. Ninguna fotografía es verdadera, pero no significa que sean falsas. En una fotografía está lo retratado, pero también hay algo de quien realiza la foto.

 

S.- ¿Y qué es más importante acercarse o tener una mirada original?

Creo que lo esencial es la forma de mirar. La forma de mirar es lo que diferencia la obra de cualquiera y lo es en cualquier faceta de la vida. Como miras es lo que te diferencia. Puede haber quince fotógrafos realizando la misma foto y es muy probables que ninguna sea igual. La luz, el momento, la forma y, tu colocación. Todo forma parte del resultado, pero creo que la forma de mirar diferencia a cada uno.

 

S.- ¿Está valorada la profesión de fotoperiodista? Hasta hace poco parecía que tan sólo los fotógrafos de guerra recibían cierta consideración; más aún si las habían pasado canutas…

Durante muchos años fue así; el fotógrafo era ese señor que acompañaba al redactor. Recuerdo que hace años -a mí no me ha ocurrido- los redactores se referían a ‘mí fotógrafo’. A lo largo del tiempo si ha ido cambiando la percepción. He tenido la suerte de trabajar en medios a lo largo de mi carrera en los que en la reunión de ‘primera’ hemos tenido el mismo tiempo de discusión sobre fotografía que sobre texto. Significa que la imagen ha ido ocupando el lugar que le corresponde. Por eso la figura del editor gráfico es fundamental hoy en día. Creo que es una persona que tiene los conceptos y la capacidad de analizar las fotografías que deben ir cada una de las páginas del periódico. No debemos olvidar que un periódico es un viaje en el que todo tiene que tener una coherencia, es un relato de la primera página a la última.

 

S.- Ahora, en la era digital y del teléfono inteligente todo el mundo es fotógrafo… ¿o no?

Difiero un poco. Claro que un móvil se puede utilizar en un momento dado y la prueba es que, prácticamente, de cualquier cosa que ocurre en le mundo hay una imagen. Si no tienes una cámara y estás ante una gran noticia, pues un móvil es un recurso, pero no todo el que tiene un móvil es fotógrafo.

 

S.- … pero los propios medios de comunicación han entrado en ese juego y han concedido el título de fotógrafo a todo el que les envía una imagen.

Sí, por eso creo que las imágenes en las webs y en las publicaciones digitales tienen que cuidarse igual que en papel. No pueden ser un cubo de basura en el que todo vale. No vale decir ‘como es para la web’… no, tiene que tener la misma valoración. Una buena imagen tiene que tener calidad hoy, ayer y mañana. Lo que tiene que pretender cualquier medio es que la información llegue al lector de la mejor manera posible. Para lograrlo se necesita la misma edición y dedicación. El soporte no importa, lo que importa es el buen trabajo.

 

Marisa Flórez duda antes de reconocer que no se decanta por ninguna de sus fotografías en especial. A todas, asegura, les tiene igual cariño. “Todas las imágenes forman parte de tu trabajo a lo largo de los años -detalla-, quizá hay algunas imágenes qué con el paso del tiempo, es cierto que han dejado una mayor marca porque reflejan momentos que se han convertido en históricos. Fotografías que se han convertidos en Historia del Parlamento, de la sociedad, de la vida de un país. Son imágenes que se las valora por esa condición. Pero hay cientos de imágenes que no son conocidas y que a mí me parecen emotivas por el momento, por la manera en la que las he realizado… todas forman parte de un conjunto. Al final la fotografía congela momentos y algunos de esos momentos te emocionan… te emocionan por cómo realizaste la foto, por lo que estaba sucediendo o por los personajes que forman parte de la imagen, y si encima luego tiene una buena luz, se convierte en una imagen redonda y te gusta”.

Algunas de esas imágenes que el tiempo han convertido en icónicas llevan la firma de Marisa Flórez. “Hay algunas -describe- como la de la soledad de Suárez que son también importantes porque por primera vez El País publicó una foto a cinco columnas en primera página, lo que nunca se había hecho. Era un momento en que Suárez estaba ya mal con su propio partido, acosado y pidiendo su dimisión. La foto mostraba a un hombre sólo, hundido, reflejaba la soledad de la presidencia. Aquella foto se convirtió en un símbolo, como también lo fue la de Pasionaria y Alberti en el primer día de las Cortes democráticas. Eran grandes mitos. O la foto de Susana Estrada y la Movida. Son fotos que marcan épocas, pero hay otras que no retratan momentos históricos tan señalados pero que también me ha gustado mucho poder hacer”.

 

Marisa Flórez continúa cámara en mano y con un nuevo proyecto a la vista. “Estoy regresando a la fotografía social. He vuelto a los orígenes, aunque ahora de una forma más relajada. He vuelto a patear la calle, a mirar, a observar. No sé lo que resultará, pero estoy en ese camino. Me resulta tremendamente interesante regresar al principio. Esperar con mi cámara a ver como pasan delante de mí los personajes de la ciudad”.

 

A la reivindicación del fotoperiodismo como profesión y de la firma y autoría de las imágenes que exigía el presidente de AiG, Fernando Díaz, en la inauguración de la exposición ‘Informadores Gráficos 2017 -resumen de un año en imágenes- se suma la demanda de igualdad y no discriminación de la mujer en la sociedad del siglo XXI. Flórez recuerda que cuando comenzó en el fotoperiodismo chocó con “los problemas que te podías encontrar en una sociedad como la nuestra hace cuarenta años. Pero en todo caso, he tenido suerte. En los medios que he estado no he tenido ningún problema. Sí, por el contrario, en algunos sitios en los que me han prohibido la entrada por ser mujer”. Apunta la fotoperiodista que durante una época realizó mucha fotografía deportiva “y para algunas personas era un problema que una mujer entrara en un vestuario, pero mi argumento siempre era ‘usted está cerrando el paso a un profesional de un medio de comunicación’ olvídese de si soy hombre y mujer o medio pensionista. En ese sentido, si he vivido situaciones difíciles”.

 

A penas han pasado unos minutos de la entrega de la Insignia de Oro, con Marisa Flórez ya son seis los fotógrafos que atesoran el galardón que concede AiG. Jesús Rocandio, Raúl Cancio -que acompañaba a la homenajeada-, Manuel Barrioperdro, Joana Biarnés y Agustí Carbonell. Sin duda formarían un gran equipo de fotógrafos en la redacción de cualquier gran periódico, ya que como asegura Marisa Flórez “trabajar en equipo en un medio de comunicación es fundamental, te hacer ver las cosas de una forma más global. te permite separarte del yo personal y ver todo en conjunto. Mirar no sólo tus fotos sino las de tus compañeros y las que llegan desde las agencias, te amplia la visión de las cosas, la mirada”. Siempre la mirada, porque la mirada es lo que te diferencia./Javi Muro

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