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{VIVIR / VIDA EN LA CIUDAD}
'En este país la prensa nacional se ha especializado en nichos ideológicos'
José Luis Prusén: 'La información de nota de prensa carece del corazón que debe tener el periodismo'
José Luis Prusén es el director del periódico 'La Rioja', una cabecera fundada en 1889. Cree, según él mismo dice, en un periodismo romántico, que mamó desde muy joven en su casa de Alfaro, de la mano de su padre corresponsal de prensa y radio.No duda al responder que hoy en día se hace buen periodismo, aunque también admite que algunos medios -que no periodistas- se dejan llevar por "veleidades que no encajan en el códico deontológico de la profesión". Está convencido de que internet ha venido para quedarse y también de que para ser un buen periodista hace falta ser buena persona y tener vocación por conocer. Rechaza el periodismo de comunicado de prensa y de corta y pega, "porque no aporta nada"; considera que la prensa nacional se ha organizado en "nichos ideológicos", al tiempo que no pone en duda que haya habido medios que han sobrevidido gracias a la ayuda de las instituciones, y tamoco que las instituciones siempre tratan después de obtener un trato más favorable. Si le preguntas por las constantes declaraciones y ruedas de prensa políticas, la respuesta es tajante: "Es un bucle bastante aburrido". El periodismo siempre ha consistido en lavantar alfombras, dice. /Javi Muro
SPOONFUL.- ¿De siempre te interesó el periodismo?
La verdad es que el periodismo fue una pasión que me atrapó desde muy joven; quizá porque en mi casa se vivía de una forma muy singular, que era contar con un corresponsal de un periódico en un municipio como Alfaro. Mi padre era corresponsal de la Gaceta del Norte, de la extinta Gaceta del Norte, y de Radio Rioja en Alfaro y yo recuerdo, desde que tengo uso de razón, levantarme por las mañanas para ir al colegio y encontrarme a mi padre trabajando y haciendo las crónicas, porque evidentemente mi padre no vivía del periodismo. Antes de ir a trabajar o cuando volvía siempre lo hallaba con sus tareas de preparación de las crónicas para el periódico y la radio…aquella serie de corresponsales, junto a Prudencio Alcalá, que marcaron un etapa de la radio en La Rioja. Y digo que creo que marcó un época, porque todavía hay gente que cuando oye mi nombre me dicen “tú eres el que hacía aquello en la radio” y al que recuerdan es a mi padre. De aquello hace mucho, ha llovido bastante y yo era entonces un chaval, pero aquello dejó huella en la radio de La Rioja.
S.- ¿Así descubriste que era esto lo que te gustaba?
Sí. Me sentí muy concernido por lo que hacía mi padre y me pareció una tarea bonita. La verdad es que siempre estaba con la brújula puesta para ver donde saltaba la noticia; claro, en un ámbito pequeño como era Alfaro. Pero me pareció una actividad apasionante y luego la vida me ha permitido comprobar que realmente lo es.
S.- ¿Se hace hoy en día buen periodismo?
Yo creo que sí. A pesar de que hoy en día podemos tener, en ocasiones, o a ratos, nostalgias del periodismo de otros tiempos, creo que éste es un momento apasionante para la labor de periodista. Nunca ha circulado más información que ahora. Nunca un periodista ha tenido acceso a tantas fuentes como tiene ahora. Es verdad que el periodismo nunca ha sido una tarea fácil, nunca. El periodismo está lleno de contradicciones y está lleno de pasiones, pero creo que el periodismo que se hace hoy es, en general, serio. Es verdad que la coyuntura muchas veces hace que, en determinadas circunstancias, los medios, que no los periodistas, se dejen llevar por veleidades que seguramente no encajan en el código deontológico de la profesión, pero supongo que esto tampoco es un mal exclusivo de nuestra época sino que se ha producido siempre a lo largo de la historia del periodismo, a pesar de que ahora la sociedad está mejor estructurada para denunciar este tipo de irregularidades, digamos, en lo que puede ser el normal ejercicio de la profesión. Pero creo que se hace un periodismo serio, un periodismo bienintencionado y, sobre todo, al servicio de los ciudadanos, de los lectores.
S.- ¿Un periodismo independiente?
En todo caso se hace un periodismo que puede estar afectado, en algunas circunstancias, por coyunturas como en este caso la económica. Decía Jesús Polanco, si no recuerdo mal, que la primera verdad de un periódico es su cuenta de resultados. Es decir, para hacer un periodismo serio, riguroso, independiente, el primer punto de partida es que no estés atosigado por el mantenimiento del medio en el que tienes que hacer ese periodismo. Yo por fortuna trabajo en un medio que es solvente, potente, que tiene una tradición muy arraigada en La Rioja y que además está concebido con formulaciones muy profesionales y me siento muy orgulloso del periodismo que se hace en esta casa. Puede ser más peligroso el modelo de periodismo que se realiza en otros medios, que a lo mejor necesitan hacer determinados favores, determinadas concesiones para poder ingresar dinero suficiente para seguir viviendo.
S.- ¿Crees que el periodismo ha dado un giro hacia el entretenimiento olvidando un tanto la información? Quizá también ante la saturación que ha producido las declaraciones repetitivas de la clase política…
Sí. Es una especie de bucle bastante aburrido, dicho sea de paso, y bastante poco constructivo e interesante. En cuanto a la tendencia hacia el entretenimiento, esa ha sido una parcela del periodismo que siempre ha estado presente en el desempeño de nuestra actividad. Es cierto que hoy en día la información circula por muchísimos canales y con tecnología al alcance de todos nosotros, mecanismos, recursos, soportes, que hacen que recibamos datos de una forma constante y permanente. Antes, el ciudadano si quería informarse podía hacerlo -simplificando un poco la situación-, en ciclos de 24 horas. Internet ha revolucionado el acceso a la información y esto ha hecho que el periodismo haya tenido también que ir buscando su adaptación al nuevo hábitat en el que debe desarrollarse. Ahí el entretenimiento ha ganado terreno. ¿Por qué? Porque también ha ganado terreno el avance hacia la sociedad del ocio. El ocio está ya intrínsecamente vinculado a la forma de vivir de los ciudadanos del siglo XXI. Por tanto, tiene que reflejarse en las páginas de los periódicos y en los espacios de los medios de comunicación. ¿A eso llamamos que el periodismo ha hecho cesiones para abandonar en parte su compromiso con la información y hacer un mayor esfuerzo por el entretenimiento? Creo que no. Es una pura adaptación porque el periodismo sigue siendo fundamentalmente informativo. No hay más que ver que a pesar de todo lo que se habla de la crisis de los periódicos, que dicen están de capa caída, las tertulias radiofónicas de la mañana prácticamente se dedican a comentar informaciones de la prensa, aportan pocos contenidos nuevos al caudal de la información; cualquiera, la de cualquier emisora. Con lo cual se demuestra que quienes se dedican a analizar lo que pasa siguen fundamentándose mucho en lo que publican los periódicos.S.- ¿Qué cualidades tiene que tener un buen periodista?
La primera condición para ser un buen periodista debería ser, ser buena persona. Es una cualidad importante. En el sentido de una persona descargada de prejuicios, con una gran vocación de servicio a los ciudadanos a los que dirige sus mensajes, y una persona interesada con llegar al fondo de las cosas. Es una condición importante y que podría resumir las cualidades. Evidentemente, un periodista tiene que tener vocación por conocer. Si no se esfuerza mucho por conocer las realidad de las cosas, mal va a poder transmitirla a quienes le siguen. Y, por supuesto, creo que el periodista debe ser sobre todo responsable; tiene que saber que en sus manos tiene depositada la confianza de mucha gente que deja, que de alguna manera, se convierta en sus ojos y en sus oídos para que observe como suceden la cosas y luego se las cuente. Esa responsabilidad tiene que ser el punto de referencia de todo periodista. Muchas veces nos fijamos sólo en las libertades, en los derechos; hay que gente para la que ser periodista es algo así como un chaleco buzzer que le permite hacer lo que le da la gana. Esta es una profesión que estimula muchas vanidades, hay que decirlo también. Pero yo me quedo más con el periodista que antepone la responsabilidad a esos derechos y libertades que concede el hecho de ser periodista y a esos privilegios que también concede, por ejemplo, de estar siempre en primera línea en donde sucede algo y donde seguramente le gustaría estar a mucha gente.
S.- ¿Crees que esa curiosidad por conocer se mantiene?
Quiero pensar que sí. Es verdad que el periodismo de hoy -al hilo de lo que comentábamos al principio- ha evolucionado en algunos casos de forma poco presentable, digamos. Antes el periodismo consistía en levantar piedras. Porque el periodismo siempre ha consistido en contar algo que alguien no quiere que se sepa. Antes el periodismo romántico, el que hemos visto en películas, el que alguien nos ha contado, consistía en levantar piedras, en levantar alfombras y ver que hay debajo. Luego se ha ido profesionalizando mucho el circuito de la información y las empresas, las instituciones han ido incorporando profesionales a sus gabinetes y seguramente, muchas veces, no tanto con el afán de informar sino con la idea de controlar aquello sobre lo que se informa. Esto ha sembrado la tentación, en algunos casos, de dejarse lleva a un periodismo de recorta y pega, que lo hay. Me parece un periodismo vigente pero poco respetable; creo que es un periodismo que no aporta nada, que no manifiesta su compromiso ni esa responsabilidad de la que antes hablábamos. No vale sólo con hacer de notario de lo que has visto, sino que hay que contar también lo que has sentido cuando lo has visto. Cuando uno observa cosas tiene sensaciones y el periodista está comprometido con su audiencia a trasladarlas. Cuando haces periodismo de corta y pega eso no existe. El periodismo de comunicado oficial, de foto oficial, de nota de agencia está ausente de ese corazón que debe tener el periodismo y por eso da la sensación de que el periodismo de hoy en día ha abandona ese afán por conocer; ese afán por levantar alfombras. Pero yo creo que, en general, esa pasión sigue viva.
S.- Al hilo de lo que comentabas, ¿no crees que hace falta un periodismo que saque los colores a determinada gente? Por ejemplo, a los responsables de la crisis económica.
Si, sin lugar a dudas. Pero creo que ese periodismo existe, lo que ocurre es que el periodismo tiene que ser responsable. Un señor que tiene un blog en internet puede decir lo que le parezca, pero el periodismo es una profesión ética y no se trata de adjudicar responsabilidades alegremente a quien sea y porque a mí me lo parece, sin que esa adjudicación de responsabilidades esté sustentada por hechos ciertos. Eso exige trabajo, mucho trabajo. Exige mucha preparación y mucha prudencia. Aquí, los responsables de la crisis hemos sido, en cierta medida, todos los ciudadanos. Todos nos hemos dejado llevar por unas locuras tremendas, por ofertas para endeudarnos. Todos. En cierta medida todos somos responsables de la crisis, que luego podemos ir adjudicando responsabilidades… sí. En función de que seamos capaces de atribuir de forma demostrada esas responsabilidades a quién correspondan.
S.- ¿Existe politización en los medios?
Es cierto que el periodismo de este país –quiero pensar que también el de otros países del mundo- se ha ido especializando por nichos ideológicos y que más que buscar responsabilidades se haya tendido a justificar responsabilidades en función de la afinidad con las personas sobre las que informas. Sobre todo la prensa nacional, y es evidente en España, se ha especializado por nichos ideológicos, todos somos capaces de adjudicar a los periódicos nacionales una etiqueta respecto a su posición en el arco ideológico. No es bueno ni malo, pero desde luego bueno no es. Creo más en el modelo que todavía sigue vigente en la prensa regional, en los periódicos pequeños que tratan de transmitir una visión más neutral de la realidad. Por lo menos tratan de hacerlo, no sé si lo consiguen. Pero es verdad que muchas veces el adjudicar o no responsabilidades está vinculado a la posición ideológica que adoptan determinados medios y que, de alguna manera, también es posible que modifique su forma de trabajar para tratar de ser más alimento ideológico para esas audiencias que informativo en el sentido neutral del término. No quita para que piense que la prensa en España trabaja con una independencia razonable. Periódicos que podríamos situar en el centro derecha están siendo tremendamente críticos con Rajoy.
S.- Una crisis que ha afectado especialmente a los medios de comunicación con la caída de la publicidad. ¿Cómo ves el presente y el futuro del periodismo de la prensa? Ha habido numerosos despidos y cierres…
Yo soy romántico en este sentido; tengo un sentido romántico de mi profesión y pienso que los ciudadanos siempre necesitarán acceder a información que les permita tomar decisiones sobre su propia vida y buscarán información de calidad. A pesar del momento en que vivimos, en el que es cierto que la crisis económica está afectando a los ingresos de los medios de comunicación y que es un serio problema para la puesta en práctica de periodismo de calidad, nosotros tenemos un periódico con una redacción bien nutrida y constituida por profesionales bien preparados. Mantener una redacción así es caro. El periodismo de corta y pega es mucho más barato, pero no aporta a la ciudadanía lo que puede esperarse de un medio de comunicación. Por eso mantengo esa visión romántica del periodismo. Confío en que este momento pase.
S.- ¿Crees que hay más amenazas, además de la crisis económica, para el periodismo?
Es verdad que el periodismo no sólo está amenazado por una crisis económica, lo está también por una crisis estructural; las formas de la información están cambiando de una forma muy acelerada. Internet es una realidad que ha venido para quedarse. Ahora la responsabilidad de los periodistas es tratar de acreditar su función de mediadores fiables entre la realidad y las audiencias. Internet permite la circulación de mucha información, pero no hay que ignorar que la mayor parte es basura. Un periodista es una persona que separa el trigo de la paja, la basura de lo que es bueno. Hoy en día, quizá el trabajo más importante de un periodista no es tanto buscar información, que lo sigue siendo, sino jerarquizar la información, valorarla, eliminar esos bucles perniciosos de los que hablábamos antes y que no sirven para nada. Separar lo que es basura –insisto- de lo que realmente es de interés para los ciudadanos. El periodismo en el futuro seguirá siendo necesario. Antes se democratizó la posibilidad de recibir información y ahora se ha democratizado la posibilidad de emitirla. Pero como te he dicho antes, creo en el periodismo concebido como una profesión ética no como una forma de bombardear guiado por intereses de no se sabe que naturaleza. Confío en que la sociedad termine valorando el papel necesario de los periodista para buscar, gestionar y jerarquizar información, separando lo que no tiene valor de lo que sí lo tiene.S.- ¿Es posible que internet se convierta en el medio de la noticia instantánea y el papel se dirija hacia el análisis y la reflexión más detenida?
Eso es lo que solemos comentar, no sé si para consolarnos o para plantearnos la situación. Es evidente que internet es mucho más ágil que el papel. El papel aparece cada 24 horas en los quioscos e internet se actualiza cada segundo. Todos los medios de comunicación hemos invertido muchos recursos en desarrollar nuestros portales en internet, con la idea de trasladar el prestigio de nuestras marcas, trabajado a lo largo de décadas, a un soporte nuevo. Creo que efectivamente internet será el soporte en el que se generará la información. El papel seguirá teniendo vigencia en la medida que sea un lugar para la reflexión. Un espacio para buscarle las vueltas a las noticias, para explicar por qué pasan las cosas y las posibles consecuencias de lo que sucede. Sí, un lugar para análisis más reposados. De todas formas, siempre que ha aparecido un medio de comunicación nuevo se ha puesto en duda la capacidad de supervivencias de los que ya existían… el vídeo iba a matar a la estrella de la radio, pero la radio sigue siendo un medio muy potente y con mucha fuerza. Existe un poso cultural, una costumbre, que es que tenemos muy incubado el sentido de la lectura de la prensa. Las generaciones futuras ya veremos por donde vienen, pero siempre será igual, no es tanto el soporte como el periodismo.
S.-Volviendo a la crisis, ¿Han dependido los medios demasiado de las Administraciones en temas de publicidad?
Las Administraciones son un anunciante más. He trabajado en diferentes comunidades y diferentes medios y es verdad que las Administraciones cuando quieren comunicar lo hacen a través de los medios que tienen más a mano y eso crea un vínculo que no sólo se produce en impactos informativos sino en impactos publicitarios. Es decir, las Administraciones invierten en los medios de comunicación. ¿La publicidad de las Administraciones ha sido clave para la supervivencia de los medios? En algunos casos sí. En el caso del periódico La Rioja podría afirmar que no, pero en algunos lugares y en otros circunstancias sí. ¿Hay medios que han sobrevivido gracias al apoyo de las instituciones? Muy probablemente sí, no lo negaría. ¿Qué las instituciones tratan luego de traducir sus inversiones en tratos más o menos favorables? También te reconozco que sí, que su voluntad es esa y que suelen ser bastante pertinaces a lo hora de procurar ese tipo de vínculos. Pero creo que los medios tratan de trabajar con independencia.
S.- ¿Cómo director te ha tocado sufrir alguna de esas llamadas de “si sigues por ahí, adiós publicidad”?
No. Todos los emisores de publicidad, todos, los públicos y los privados, los institucionales, los empresariales, los económicos o los sociales, tratan de que lo que comunican salga reflejado de la mejor manera posible. Pues bien, con público de un signo u otro, con privados que tienden para un lado y para el otro, siempre piensan que han salido reflejados en los medios peor de lo que se merecen. Es algo que te comentan cuando conversas con ellos. Todos pensamos que lo que uno hace es más importante y difícilmente se someten a que le expliques que al mismo tiempo ha sucedido otra cosa que nos ha parecido más interesante. Al final los medios tenemos que estar constantemente subastando espacios físicos o temporales y en esa subasta siempre nos inclinamos por lo que creemos que tiene más trascendencia para nuestras audiencias. Al final, los medios nos debemos a las audiencias; el vínculo que nos hace ser fuertes es tener audiencias. Por eso tratamos de comunicarles aquello que creemos que es de su interés. De ahí a haber recibido alguna amenaza del tipo … ‘o … o te quito la publicidad’, personalmente, no. Qué alguien las haya podido recibir, es posible. Yo, honestamente, te digo que no.
S.- ¿Produce cierta frustración comprobar que medios que gritan más consiguen mejores audiencias que los que hacen periodismo?
Si. No me parece que gritar conduzca a nada. Creo que el griterío no es nada constructivo. Si que produce un cierta pena, que parezca que el que más eleva la voz tenga más poder de convocatoria. Pero son flor de un día. A la gente le puedes engañar una vez, pero no se deja engañar sistemáticamente de forma consciente. El periodismo responsable es lo que a largo plazo tiene sentido; es lo que funciona y el que nos permite mantener el prestigio, mucho o poco, que podamos tener en la sociedad. Digo mucho o poco, porque también somos sujetos de crítica. Un periodista es de los pocos profesionales que día a día firma sus errores.
S.- ¿Cómo director de un periódico se echa de menos salir a la calle?
Mira, el periodismo tiene sus etapas. Siempre he sido un periodista de calle. Empecé trabajando en radio y me pateaba la calle, seguí en prensa y me pateaba la calle, después en televisión y me pateaba la calle. Después estuve en un gabinete de prensa de una institución y deje de patearme la calle pero tuve la oportunidad de ver el periodismo desde el otro lado de la barrera y creo que es una experiencia que debería ser obligatoria para todos los periodistas porque modera, matiza y suaviza mucho la forma de entender cómo se sienten los emisores de información, respecto de los medios de comunicación. Luego volví al periodismo aunque en labores de dirección y seguí pateándome la calle pero de otra manera. Aquí en La Rioja, por la cercanía, ejercer el periodismo te permite estar muy cercano a lo que pasa; no como un periodista que sale tras una noticia, pero sí de otro modo. Eso te permite no perder el contacto con la calle.
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