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{VIVIR / VIDA EN LA CIUDAD}

'Aún se hace buen periodismo, lo que no sé es cuanto va a durar'

Javier del Pino participó en los actos del Centenario de la Asociación de la Prensa de La Rioja

Javier del Pino ha sido corresponsal en Washigton para la SER durante una buena tirada de años y ahora ha venido a España -no ha vuelto, como le gusta decir, porque volver volverá a Estados Unidos, eso lo tiene claro- para hacerse cargo de 'A vivir que son dos días', el programa radiofónico de las mañanas del fin de semana. Con la mirada puesta en la logroñesa plaza de San Bartolomé en la que el templo que la define está recibiendo los ultimos retoques en su rehabilitación, encuetra pocos argumentos optimistas al analizar el futuro del periodismo. Apunta que es preciso saltarse muchas páginas de los periódicos para encontrar buen periodismo, "periodismo puro y duro", aunque reconoce que aún queda gente que hace las cosas bien, que trabaja las historias y se patea la calle. El peligro para la profesión lo constata también en los hábitos de la gente. "Creen -dice- que con leer cuatro titulares ya están informados". Sabe que eso no es así. Duda también de los periódicos en internet a los que achaca no aportar ese algo más que entiende que va implícito en la prensa. Valedor del periodismo americano -New Yorker, New Yor Times- abrió, junto a Ramón Lobo, el ciclo de cine con el que la Asociación de la Prensa de La Rioja celebra su centenario y aprovechamos para charlar un rato sobre periodismo./Javi Muro

 

Spoonful.- Empezamos con un poco de actualidad, se anuncian querellas hasta para aquel que publique determinadas informaciones…

Creo que en los últimos días, en temas como el caso Bárcenas, si que existe un protocolo por parte del partido que está en el gobierno, que consiste en que la gente que está en el poder anuncie querellas contra quienes publiquen esas informaciones. Ha pasado también con los papeles del Pentágono o con el caso Watergate. Quiero pensar que lo hacen porque piensan que los papeles son falsos, el problema será si se demuestra que esos papeles son verdaderos y que además sabían que eran verdaderos y han tratado de matar al mensajero, que en este caso es un periódico, El País. Pero aún me parece peor que otros periódicos, en vez de ahondar en la investigación, intenten desmotar la información que publican los demás. Ocurre porque en este país tenemos periódicos que están muy atrincherados. A mí esto sí que me preocupa muchísimo. Como es posible que tú saques una exclusiva y que al día siguiente otros periódicos decidan justo lo contrario, tratar de desmontar esa exclusiva. Ven la prensa como una opción política, no periodística.


S.- ¿Se hace buen periodismo hoy en día o hay cierta nostalgia de tiempos pasados?

En España creo se hace todavía buen periodismo, pero se comenten enormes errores. Sí hay gente que todavía hace lo que tiene que hacer, que es trabajar las historias, patearse la calle fundamentalmente. Pero ¿qué página web se puede permitir tener a un redactor investigando cuatro días un tema? Ninguna, ¿no?. Creo también que en prensa, sobre todo en prensa, el periodismo tiene un carácter cada vez más ideológico. Hay que saltarse muchas páginas en todos los periódicos para encontrar las informaciones que son realmente periodismo puro y duro. Y no hablamos ya del periodismo de declaraciones que es un mal que nos ha afectado hace ya mucho tiempo, eso de pepito dijo tal y juanito dijo cual. Creo que aún se hace buen periodismo, lo que no sé es cuánto va a durar; creo que va a durar muy poco. Y no sólo por errores cometidos por nosotros, por los periodistas, sino también porque la gente se está acostumbrando a un periodismo mucho más sencillo. La gente cree estar bien informada leyendo cuatro titulares. No le hace falta que un individuo está en Irak dos meses para saber lo que ocurre allí. Ese es el mundo en que vivimos. No creo vayamos a mejor, iremos a peor.

 

S.- Cuando los periódicos publican las noticias más vistas en sus ediciones digitales suelen coincidir con las páginas de atrás de los ejemplares en papel…

Creo que eso refleja mucho cuál es el comportamiento del lector de internet y cuál el del lector convencional. El segundo sí que tiene unos hábitos muy marcados; hay gente que empieza por deportes, otros comienzan por atrás, otros por las primeras páginas y otros que buscan buenas historias. El lector de internet busca sorpresa, busca fotos que llamen la atención, busca cosas divertidas, cosas que le enganchen. No busca buen periodismo, en general. Si tu vas al Huffington Post americano seguro que las diez noticias más visitadas siempre son las mismas ‘Britney Spears entra descalza en el cuarto de baño de una gasolinera de carretera’. ¿Significa eso que el Huffington Post es un mal medio de comunicación? No, significa que el lector de internet no busca periodismo, busca otra cosa.


S.- La idea del periodismo va ligada a la idea de preguntar, hace unos días en un programa de televisión el director de un periódico nacional (La Razón), le quitaba importancia a la posibilidad de formular preguntas en una rueda de prensa o en una comparecencia… ¿No resulta difícil de comprender?

El ejemplo que pones es ideológicamente concreto, ya que ese señor probablemente defiende la misma postura que el gobierno. Entonces, si desde Moncloa deciden que no se aceptan preguntas pues el acepta que es mejor no preguntar. Pero en fin, a mi me da mucha envidia el ejemplo que he vivido en América en donde si pasa algo el presidente acude a la sala de prensa, se pone delante de cuarenta periodistas y, sin orden ni pacto previo, los periodistas preguntamos lo que nos da la gana, comparándolo aquí con una comparecencia del presidente en un momento grave del país ante el propio comité de su partido y cuya señal se facilita a unos periodistas que están en una sala adjunta. Me parece sencillamente ridículo. Con las cosas tan graves que están pasando y que este gobierno, ni el anterior tampoco, no tengan un equipo de imagen política que les diga que se equivocan. Es como las ruedas de prensa en Moncloa, eso no es periodismo, eso es estar ahí sentado y hacer preguntas fáciles. Reconozco que es un formato un poco complicado, pero no sé… habría que tratar de hacer las preguntas de manera que no se puedan escapar.

 

S.- Alguna vez te he escuchado decir que periodismo hay bueno y malo en todos los sitios, pero que el bueno en Estados Unidos es muy bueno. ¿Es así?

Sí. Estados Unidos tiene dos caras del periodismo. Una es la del periodismo local que es posiblemente comparable al periodismo local español, con ejemplos muy buenos. Luego está el periodismo mainstream, el periodismo para el gran público, con periódicos que también son de ámbito local como The New York Times, que es el periódico de Nueva York, pero sí que tienen una proyección mayor. Lo que hacen estos periódicos, incluso ahora con todos los recortes de plantilla que han sufrido, no es ni remotamente comparable con lo que se puede hacer en cualquier periódico español. Esos periódicos tienen corresponsalías por todo el mundo, permiten que un reportero esté seis meses investigando algo para luego sacar dos columnas dos veces al año, eso no existe en España. Las radios americanas, la radio pública (NPR), es una reliquia y ves que hay gente que ha pasado mucho tiempo investigando lo que te está contando y no lo que hacemos en España que es un minuto con dos trocitos de voz de los protagonistas. Es periodismo de verdad, te cuentan la noticia y eso aquí no existe. Hay periodismo de investigación, hay muchas exclusivas que no son conseguidas sino que son facilitadas y hay muy poco periodismo de calle.
S.- Las notas, los comunicados de prensa, la escasez de temas propios, ¿no echamos en falta un filtro que deje pasar sólo lo realmente interesante?

SÍ, aunque supongo que eso forma parte de muchos elementos de un panorama complejo. Puede ser que tenga que ver con la necesidad de alimentar todas las páginas en blanco que cada día lleva el periódico, de la desidia a la hora de editar los cables o puede estar relacionado con los EREs y que te veas obligado a publicar notas de prensa porque no tienes gente que elabore noticias. También creo que se da una retroalimentación entre los medios; es decir, uno da, otro da, y al final todos van por el mismo carril.


S.- En tu programa de radio, en ‘A vivir que son dos días’, destinas un espacio a hablar de periodismo desde el periodismo. ¿Crees que es una manera de dignificarlo, de devolverle ese prestigio aparentemente perdido?

No sabría que decirte, si ese era el objetivo no lo he conseguido porque, de momento, lo que estamos descubriendo desde ese espacio es que se trata de una profesión llena de miserias. Una profesión en la que muchas de las buenas costumbres se están perdiendo, muchas de las grandes firmas y de los grandes periodistas están siendo despedidos. Mucha gente me dice que cómo se me ocurre hacer esto, que la gente va a pensar que hacemos mal nuestro trabajo porque estás contando lo malos que somos o lo mal que estamos. Pero yo creo que hay que pararse a pensar y darse cuenta de que pagar diez euros por noticia a un tío que se va Siria a jugarse la vida no es justo. No puedes defender que tienes un medio digno cuando… Si me preguntas ¿la sección sirve para dignificar la profesión?, al contrario me está ayudando a descubrir que está mucho peor que lo que pensaba.


S.- ¿Qué hacemos para recuperar el prestigio del periodismo?

Mira, el otra día una amiga mía dio una charla en la universidad, en la de Alcalá creo que era,estaba dirigida a estudiantes de Derecho de cuarto y quinto curso, es decir, gente ya con relativa madurez intelectual. Les preguntó que cuántos de los que allí estaban compraban algún periódico y ninguno levantó la mano. Yo soy padre de dos niñas y sé que mis hijas no van a comprar un periódico, porque no entra dentro de sus hábitos. Esa es una realidad inequívoca. La prensa escrita tiende a desaparecer. Tiene que rehacerse de alguna manera y empaquetarse de alguna manera para recuperar el atractivo con el que pueda sobrevivir. Pero soy profundamente pesimista. Como no lo voy a ser si hay periódicos digitales que trabajan con cuatro redactores que no cobran un duro y que básicamente se dedican a agregar noticias. En el programa alguien me decía: aunque no mandemos a nadie a Irak nuestros lectores pueden estar informados de lo que pasa… ¿Cómo puedes defender eso?, estarán informados porque algún medio ha mandado a alguien a Irak y tú has copiado esa información o la has agregado a tu web. Cuando desaparezca ese medio que sigue enviando periodistas ya no sabremos qué sucede en Irak. Mi gran preocupación es que a mis hijas no les interese qué pasa en Irak. Tendemos a eso, todo tiende a simplificar mucho el periodismo y el concepto de estar informado. Ahora, hoy en día, estar informado es saber lo básico, la superficie de lo que está pasando y aquello que pueda afectar directamente. Pero leer ocho páginas que pueda escribir alguien en New Yorker o en el Times, eso ya no va a interesar nunca.
S.- ¿No pareces muy optimista con lo que pueden ofrecer los nuevos medios, los nuevos soportes?

No… lo que pasa es que todavía no he visto un periódico de verdad en internet. Las experiencias que veo son grandes espacios en los que se agregan informaciones y en los que existen, generalmente en la columna de la derecha, un montón de firmas de gente que imagino serán medianamente reconocibles, pero que no ofrecen en su conjunto nada que tú no puedas encontrar en otro lugar. Esta es mi queja. A esto le llamamos periódico en internet. Oye, yo quiero que un periódico me dé algo más, si lo que va a hacer es copiar una noticia del New York Times no me la copies porque yo ya veo el Times. Eso es lo que echo en falta. No creo que ahora exista algo que pueda llamarse un periódico por internet, con su propia redacción, con sus medios y con capacidad de hacer un despliegue si pasa algo.


S.- Hablando de colaboradores, has tenido la valentía de cambiar y traer gente nueva a tu ‘A vivir que son dos días’. Un riesgo, pero también algo fresco.

Ese era el objetivo. Absolutamente. Primero, que quede claro, hay gente que tiende a pensar que los que trabajamos en el grupo Prisa tenemos a Juan Luis Cebrián a nuestra espalda dictándonos. A mí me han traído a España para hacer ‘A vivir que son dos días’ y desde que he llegado no me han hecho ni caso. Nadie me ha dicho haz esto de esta manera o no cuentes con tal o trae a cual. Cuando llegué me enfrentaba a un folio en blanco, no tenía mucha relación con los medios españoles, me puse al día y descubrí que en la radio española se escuchaban las mismas voces y, sino las mismas voces, al menos los mismos argumentos. Tuve la suerte de convencer a José Martí, uno de esos maestros del periodismo, para que se sumara conmigo a este proyecto y entre los dos diseñamos una lista de personas que por su capacidad intelectual o por su aportación en diferentes terrenos podían dar una visión diferente. También una cosa, igual que a mucha gente le agrada escuchar voces nuevas y voces frescas y un tono más sosegado y edificante que el de la radio convencional, también hay oyentes que te piden la carnaza que oyen habitualmente. Voy a seguir haciendo lo que creo que es mejor.


S.- ¿Volverías a Estados Unidos?

Volveré a Estados Unidos, que es distinto. La gente me dice: has vuelto a España y no, he venido a España. Mi vida está allí; yo me he hecho mayor en Estados Unidos.

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