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{VIVIR / MEDIO AMBIENTE}
'Con el agua y la sequía vamos a tener una enseñanza de la crisis'
'Tenemos que acostumbrarnos a otoños secos y primaveras de lluvia intensa'
Jesús Ruiz Tutor es el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Logroño. Tiene claro que, a pesar de la falta de precipitaciones en forma de lluvia -la entrevista se realizó antes de Semana Santa-, la ciudad no tendrá problemas de abastecimiento. "La nieve que hay en la sierra -asegura- garantiza el suministro de agua a lo largo de los próximos meses". Aun así, reconoce que la situación de sequía es preocupante a medio y largo plazo. Ruiz Tutor cree que es necesario adaptarse a unas condiciones de lluvia diferentes, "concentradas en la primavera y mucho más intensas". Premonitorio. Apunta que la crisis nos va a mostrar enseñanzas respecto al agua y la sequía. Es crítico con algunas obras realizadas "se puede hacer mal, peor o como España" y se declara creyente sobre el cambio climático. Autor/Javi Muro
Spoonful.- El pasado 6 de marzo, 184 pueblos de Aragón tuvieron problemas de abastecimiento de agua. ¿La situación es tan grave? ¿Puede haber problemas de abastecimiento?
Ruiz Tutor.- Muy mal tendrían que ponerse las cosas para que no tuviéramos agua para abastecer a la población de Logroño. Este año ha sido especialmente malo; ha sido un año complicado porque nos hemos encontrado con el octubre con menos agua de los últimos cinco ejercicios. Hay que tener en cuenta que al ser menor el agua que llega a la captación, ésta llega con más nutrientes y nos cuesta más depurarla. Nosotros, en Logroño, tenemos una planta potabilizadora que nos permite depurar agua bruta en cualquier condición que entre. El problema es que hay que gastar más dinero en una mayor cantidad de aditivos para quitarle todas las impurezas que arrastra y enviarla a los diferentes depósitos de distribución de la ciudad. Pero aquí es prácticamente imposible que ocurra una situación de desabastecimiento; aquí en La Rioja es posible algún problema puntual en algún pueblo, pero nada más.
S.- Los expertos dicen que por el momento la sequía es meteorológica y que aún no es hidrológica. ¿Cuál es la perspectiva de una ciudad cómo Logroño, entendiendo que no tendrá problemas de forma inmediata?
Si, aquí se confirma lo mismo. Además, se va constatando que los otoños son cada vez más secos, las irregularidades de las lluvias cada vez son mayores; luego el invierno también es seco y con irregularidades térmicas y en la primavera se retrasan las lluvias; aunque es la primavera la que es lluviosa. Antes el otoño también era lluvioso y tenías además las lluvias de primavera. Ahora, en los últimos años, el otoño es especialmente seco. Lo que lógicamente genera nerviosismo… ¡y si no llueve!
S.- ¿Tendremos que adaptarnos?
Claro, tenemos que adaptarnos. Todos y también las infraestructuras. Ahora las lluvias son más intensas y más torrenciales y la capacidad de aprovechamiento es menor. La tierra cala el agua y recarga los acuíferos, pero tiene menos tiempo para asumirla y se produce mucha más torrentía. Se producen muchas más pérdidas de agua. Por eso es tan importante en un país tan irregular meteorológicamente hablando como el nuestro tener las previsiones de almacenamiento de agua en invierno. No se trata de ser proactivo o no con los embalses en cabecera de los ríos, se trata de ser lógico. Logroño si no tuviera los dos embalses en la cabecera del Iregua tendría problemas importantes para cubrir las necesidades de agua en una situación de calidad. Aunque estamos sobre el acuífero del Ebro y es cierto que ha mejorado mucho la calidad de sus aguas, las condiciones de calidad no son comparables con el Iregua; el agua del Iregua es agua de nieve, de muchísima calidad.
S.- ¿Cuál es la perspectiva general a un problema que parece cada vez más habitual como es la falta de precipitaciones en los porcentajes que eran habituales hace unos años? Los estudios hablan que desde ahora a mediados de siglo los periodos de sequía se intensificarán…
Si, es posible. Nosotros estamos trabajando en el plan de adaptación al cambio climático. Hay un Plan de Lucha contra el Cambio Climático (Consejería) y un Plan de Adaptación. Lo que queremos es prever; hay que tener en cuenta los sistemas de modelización, una previsión de lo que puede pasar en los próximos cincuenta años y estar preparados para adaptarse. Si la temperatura va a subir un grado y medio o tres grados tenemos que tener previsto en esas circunstancias qué es lo que nos cambia en todos los aspectos en nuestra ciudad. Date cuenta que hay cambios en los cultivos. Por ejemplo, algunos de tardío tienen cada vez más valor; por ejemplo, la cereza o manzana tardía. Ahora ya nos planteamos que podemos cultivar productos que antes eran de huerta en lugares más altos. El Plan de Adaptación al Cambio Climático estudia estas situaciones. Estamos desarrollando previsiones con los datos recopilados en los últimos treinta años para plantear la foto, por ejemplo, del año 2050.
S.- ¿Y qué información van recopilando?
Estos trabajos te hacen plantearte que vamos a tener la misma cantidad de agua; es decir en el año hidrológico tendremos la misma cifra, pero la tendremos repartida de muy diferente manera. Mucha más en primavera, menos en otoño y con mucha más intensidad, menos regular. Eso lo dicen todos los estudios, que tenemos que prever que va a haber la misma cantidad de agua pero con mucho más difícil aprovechamiento. Y que hay que adaptarse a esta situación, hay que trabajar.
S.- Las ciudades se han modernizado en muchos aspectos, cuentan con dotaciones de última tecnología en diversas áreas, pero ¿existen infraestructuras suficientes y adecuadas para el mejor aprovechamiento del agua? Logroño cuenta con la línea de fangos, un sistema de detección de fugas en la red de abastecimiento, se riega las zonas verdes con agua de los ríos en la medida de lo posible… ¿Se puede mejorar, se puede encontrar nuevos puntos de abastecimiento? ¿Hay proyectos en materia de infraestructuras?
Nosotros estamos regando los parques con un 88 por ciento del agua no potable; igual en baldeos en calles. Es un dato muy importante. Ahora sí tenemos infraestructuras suficientes para hacer frente a este proceso de cambio. Pero también se trabaja en la optimización y uso responsable del agua, pero tanto a nivel público como a nivel de los vecinos. Cada vez el gasto de agua por habitante es menor. ¿Ha sido la crisis o la concienciación social? Creo que es un poco de todo. Hemos recuperados pozos antiguos en zonas de la ciudad para aprovechar el agua para riego de calles, pero hay espacios de la ciudad consolidada donde es imposible realizar estas operaciones. Hay algunas deficiencias que tenemos que aceptar. Hablando de infraestructuras, la línea de fangos que mencionabas es un buen ejemplo, que saca el fango y lo diferencia del agua bruta para reutilizar. Pero ¿Cómo? Hay que tener una visión clara de la ciudad y, por ejemplo, poner de acuerdo a la empresa de Limpieza y a la del Mantenimiento de Zonas verdes para que esa agua que hemos recuperado tenga un uso óptimo. En esto sí que tenemos capacidad de avanzar y lo haremos todo los que podamos.
S.- ¿Por qué ahora¿ ¿Se están tomando estas decisiones un poco tarde?
¿Por qué ahora y no hace seis u ocho años? Porque hay una enseñanza de la crisis. Antes cuando no se ajustaba bien el presupuesto de ingresos y gastos, pues ya sabíamos que venía la obra de no sé cuantos o el desarrollo urbanístico de no sé dónde y así… ahora no hay dinero, no hay ingresos. La crisis nos ha puesto en nuestro sitio. Nos ha dicho no se genera nada, tienes que mantener toda la ciudad y además una ciudad más grande y con más servicios y sin ingresos. La crisis nos va a enseñar a ajustar los gastos a lo mínimo e imprescindible para que los servicios funcionen.
S.- El problema es general en todo el país. Los datos reflejan el aumento de periodos de sequía desde los años 80. ¿Se ha actuado correctamente a nivel de país en materia de agua?
El problema es general. Además, en los últimos años el problema de la sequía ha sido mayor en las zonas tradicionalmente más húmedas, en el norte. El Ebro ha sido el gran sufridor. Fíjate, el Ebro es el río que está menos regulado de todos, al 58 por ciento más o menos, y hay ríos como el Segura que lo están casi al cien por cien. Hace unos años llovió muchísimo en España salvo en el norte, es decir este año veníamos ya con un sobredéficit, sobre todo en la margen derecha del río Ebro. Ha llovido en el este, pero menos en la zona oeste. Y sí, se ha actuado más o menos correctamente; dentro de un orden las cosas han funcionado. Con las imperfecciones normales y con las presiones de cada sector… yo quiero agua para abastecimiento y otros quieren regar y los hidroeléctricos quieren agua para su central y mantener el caudal ambiental y cuidar el aprovechamiento lúdico. Como concurren tantos intereses y tantos usuarios, entonces sumar todos los intereses no es fácil. Y luego, además, están los que creen que hay que dejar los ríos a su libre albedrío. En el entorno del agua, de su aprovechamiento, siempre ha habido un proceso de regulación y eso va a seguir siendo así.
S.- ¿Qué debe hacer España para estar preparada de cara al futuro y que cada periodo de falta de lluvia no nos sitúe en problemas?
Un Gran Pacto del Agua. El agua y la energía no pueden ser asuntos de utilización partidaria o partidista. Son grandes asuntos de Estado. Son los que van a marcar la salida de la crisis de una manera o de otra. No podemos tener una mala distribución del agua porque se haya utilizado como herramienta de ataque de los unos contra los otros; eso es un déficit de país. No podemos gastar millones en invertir en desaladoras y tener la mitad paradas, eso es una locura. Se puede hacer mal, peor o como España, pues nosotros lo hemos hecho así, tanto en el agua como en la energía. No se puede jugar con los recursos estratégicos del Estado; se tiene que pactar.
S.- ¿Están concienciados los ciudadanos de que el agua puede dejar de ser algo que sale del grifo de forma inagotable?
Si claro, como recurso el agua tiene una distorsión entre el valor y el precio; el agua tiene mucho valor pero es barata. Estamos hablando que un litro de agua vale mil veces menos que un litro de agua envasada. Un metro cúbico de agua cuesta un euro, mil litros de agua. Como nos supone tan poco en nuestro presupuesto por la vía económica no hay mucho margen de ahorrar, tiene que ser por la vía del convencimiento moral. Por eso es tan importante explicar con transparencia cómo funciona el ciclo del agua. Ahora somos mucho más conscientes –por ejemplo- de que una luz se ha quedado encendida. La concienciación ha funcionado también con el agua, pero hay abrir una línea más y explicar a la gente que el desagüe no es el vertedero.
S.- ¿Hay planteamiento de subir el precio? En algunas regiones hay rumores incluso de privatización del servicio…
No. Estamos intentando ajustar por la vía del ahorro. Grandes subidas no; este año se ha incrementado el canon de saneamiento pero de una forma equilibrada. Aquí el déficit lo tenemos en la renovación de las redes de saneamiento y ahí si que hay que invertir, en el mantenimiento; eso es lo que nos hace ajustar el precio. Con los datos que tenemos el sistema es sostenible económicamente, con la subida del IPC.
S.- ¿El cambio climático tiene algo que ver con los periodos de sequía?
Yo creo que sí; yo soy creyente. Y si no tiene tenemos que creer que si por una sencilla razón, porque hacemos cosas que no son razonables. Cuando estamos quemando todo el petróleo y arrojándolo a la atmosfera puede ser que la propia autodepuración natural la acoja y no pase nada, pero puede ser que si afecte negativamente. Pero lo mejor que podemos hacer es no contaminar. Independientemente del debate del cambio climático si es, si es mucho o es poco, nuestra obligación es pisar y no dejar huella; es decir, pasar, aprovechar los recursos y dejarlo al vecino, al que venga después. Con ese enfoque deberíamos ser cuidadosos. Igual que ahora ya se ve como una barbaridad el humo negro que indica que se están quemando de todo y tampoco es normal tirar la basura en los escombros, pues un comportamiento similar debemos tener con el agua. El cambio climático es un elemento más que nos hace pensar que no debemos interferir más que en lo estrictamente necesario. Yo pienso que algo tiene que ver. Estamos quemando en un siglo todo el petróleo que se ha producido en toda la historia del planeta y eso en el cómputo de las emisiones no puede ser gratis. No se puede hacer de todo.
S.- Le hemos dado la vuelta al refrán. En vez de acordarnos de Santa Bárbara cuando truena, lo hacemos cuando no hay rastro de tormenta, siquiera de un ligero chirimiri…
Si. Porque hemos pensado que es natural que salga agua del grifo, igual que nos habíamos acostumbrado a la luz, o a que por la mañana al levantarte la calle está limpia. Nos hemos acostumbrado a tantas cosas que veíamos como normales que ahora cuando estamos en una situación de riesgo de poder mantenerlas es cuando nos alarmamos. Esta crisis es lo que nos va a enseñar. ¿Vamos a ser capaces de ajustar, de volver a generar riqueza para mantener los gastos de nuestra ciudad y nuestro nivel de vida? Yo creo que tenemos derecho a este nivel de vida, pero también veo el nivel de ingresos y digo ‘joder’. Y creo que no es justo que la clase media tenga que pagar las consecuencias de años de desmesura. Me preocupa.
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