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{DEPORTE / TENIS}

Wimbledon bien vale doce guineas

Djokovic. Murray y Ferrer aparecen como favoritos, pero sobre la hierba siempre hay sorpresas

Spencer Gore ganó doce guineas, una copa de plata y el derecho a disputar la final del año siguiente. Fue el primer vencedor de Wimbledon y la inscripción le costó una guinea. Era el año 1877 y en el All England Tennis an Corquet Club aún no eran conscientes de que acababan de celebrar la primera edición del que hoy es el torneo más antiguo del mundo.


Aquel primer torneo comenzó, tal y como aún lo hace hoy en día, seis semanas antes del primer lunes de agosto. Spencer Gore había nacido y crecido a tan sólo unos metros del Club de Tenis y fue elegido entre los 22 jugadores que disputaron aquella ya mítica competición. Gore realizó un torneo extraordinario. En el camino al título tan sólo cedió dos sets y en el partido final derrotó al también británico William Marshall por 6-1, 6-2, 6-4. Ganó en sólo 48 minutos.


Entre la recompensa por su victoria, estaba el pase directo a la final del año siguiente. No consiguió revalidar el título, cayó derrotado, sobre la hierba natural del club, ante Frank Hadlow.

 

Las superficies de hierba eran las habituales desde finales del siglo XVIII, cuando el tenis comenzó a estar de moda entre las clases altas y Wimbledon había seguido la tradición que el deporte de la raqueta había marcado desde su nacimiento.

El cuadro del segundo año sumó doce jugadores más (34) y el tercer año ya fueron cuarenta cinco los tenistas que compitieron por ganar Wimbledon. Hasta 1884 el torneo sólo estuvo abierto a la categoría de individuales masculinos. Ese año, siete después de la primera edición, Maud Watson –la hija del vicario- ganó en la final a su hermana Lilian por 6-8, 6-3, 6-3. Con 19 años se convirtió en la primera mujer en triunfar sobre la hierba británica y también en repetir victoria, ya que de nuevo levantó la copa al año siguiente.


El All Englan Club respira tradición por sus cuatro costados a pesar de las modernas ampliaciones que se han sucedido a lo largo de los últimos años. La remodelación de la pista número 1, por ejemplo, provocó el lamento de algunos jugadores que echaban de menos la atmósfera única de la original.

 

Pero cambios aparte, el espíritu permanece. Los colores institucionales del torneo respetan el verde oscuro y el púrpura que desde su nacimiento ha identificado a la institución y si de cromatismo se trata, el torneo exige a los jugadores indumentarias blancas al cien por cien. Un detalle que hace de Wimbledon un lugar especial.
También circunstancias como el hecho de que la competición se tome un descanso en el llamado ‘Middle Sunday’ –el domingo central-, una tradición que tan sólo se ha interrumpido en tres ocasiones, la última en 2004 como consecuencia de la lluvia que de forma ininterrumpida cayó sobre las pistas durante la primera semana. Unas costumbres a las que se añade el formalismo con el que se refieren siempre a los jugadores y jugadoras durante la disputa de los partidos; Miss o Mrs (Señorita o Señora) a ellas, por el apellido a ellos.

 

Sobre la hierba de Wimbledon se han disputado algunos de los mejores partido de la historia de este deporte. Bjorg contra McEnroe; Ivanisevic frente a Rafter; Federer contra Nadal o Federer frente a Andy Rodick.


En el palmarés del torneo tres hombres aparecen en lo más alto en cuanto a títulos conseguidos. El británico William Renshaw, el norteamericano Pete Sampras y el suizo Roger Federer acumular siete victorias individuales, a las que el inglés suma otras siete en dobles. Entre las chicas, Martina Navratilova destaca con nueve títulos, seis de ellos consecutivos.

 

Un hazaña que también logró Renshaw, considerado uno de los mejores tenistas británicos de la historia. En su primera participación en el torneo cayó en tercera ronda ante O. E. Woodhouse. Aquella derrota además de dolerle le enseñó el camino que debía seguir si quería triunfar en las pistas del más prestigioso club de tenis del mundo.
Con la lección aprendida, Renshaw regresó a Wimbledom al año siguiente y lo hizo para convertirse en asiduo de las finales –recompensa añadida al premio por la victoria- durante seis años consecutivos. Acumuló seis títulos de forma continuada, entre 1881 y 1886. Volvió a ganar en 1889 y un año después, al igual que le sucediera en 1887, volvió a perder la final.


De Renshaw dicen que practicaba un juego agresivo. Poseía un saque y un smash –fue el primero en utilizarlo- poderosos y le gustaba jugar cerca de la red. Ostentaba también el rércor de partido seguidos ganados en las pistas del All England hasta que se lo arrebató años después Fred Perry. En la historia del tenis, Renshaw aparece como uno de los pioneros en tomarse en serio este deporte.

 

Borg y Federer estuvieron cerca de alcanzar el récord de Renshaw pero se quedaron a las puertas con cinco victorias seguidas cada uno sobre la hierba de Wimbledon. Aunque las rachas del sueco y el suizo tienen un valor diferente, ya que, como hemos comentado, en la época de Renshaw –finales del siglo XIX- el vencedor del torneo obtenía el pase directo a la final del año siguiente.
Las estadísticas caminan desde siempre de la mano del tenis y el All England no es diferente. Allí se recuerda que Boris Becker ha sido el ganador más joven y Jean Borotra –el francés considerado uno de los cuatro mosqueteros que dominaron el juego entre 1920 y 1930- el más viejo, mérito al que suma además el hecho del ser el jugador que más partidos ha jugado en las pistas del club inglés. Ahí, también aparece la figura de Navratilova que golpeó la pelota en Wimbledon en 303 partidos.

 

El All England puede presumir también de haber acogido el partido más largo jamás disputado en un torneo oficial. En 2010, John Isner y Nicolás Mahut jugaron al tenis durante once horas y cinco minutos. Ocurrió en la pista 18, entre el 22 y 24 de junio, y el resultado final fue 6-4, 3-6, 6-7 (7), 7-6 (3) y 70-68 para Isner. El torneo reconoció la entrega de ambos jugadores invitándoles a ediciones posteriores independientemente de su posición en el ránking, y también al juez de silla, el sueco Mohamed Lahgami.
La final de Wimbledon se disputa siempre en la Pista Central. Un recinto que en 1940 fue objetivo de las bombas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. Cinco proyectiles destruyeron el techo y la sala de equipamiento. Ya en 2009 y ante las constantes interrupciones climatológicas, el All England añadió un techo corredizo a la pista principal.


En la última década Roger Federer en seis ocasiones, Rafa Nadal en dos y Novak Djockovic en una, han sido los ganadores de Wimbledon. En 2012, Federer y Serena Williams salieron victoriosos de la hierba ya no tan natural británica.


El próximo siete de julio se conocerá a los nuevos campeones de Wimbledon. Ya no serán recompensados con un pase directo a la final de 2014, sino con 2.000 puntos ATP, tampoco recibirán doce guineas, sino 1,9 millones de euros –en total se repartirán 22,6 millones-; eso sí… la copa de plata se similar a aquella que por 1877 los socios del All England entregaron a Spencer Gore./Javi Muro

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