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{DEPORTE / BALONMANO}

'Desequilibrar la economía por tratar de ganar un partido más es de locos'

Segundo Viguera es el presidente del equipo de balonmano Natuhouse Ciudad de Logroño

Segundo Viguera es el presidente del club de balonmano Ciudad de Logroño, tercer clasificado de la pasada Liga ASOBAL y próximo debutante en la Copa de Europa. El equipo disputó la pasada temporada su primera final. Fue en la Copa del Rey. Ahora, ha comenzado la actual jugando la segunda, Ha sido la Supercopa de España. Atlético de Madrid y Barcelona –la elite del balonmano- fueron sus rivales. Segundo Viguera asegura que no hay ningún secreto en el éxito de un equipo que en diez años ha pasado de cero a jugar la Champions. Habla de trabajo, de paciencia, de no crear dramas en la derrota, de actuar con sentido común al planificar las temporadas, y de fichar lo que se puede pagar. Recuerda que el deporte es parte de la sociedad y que no sólo está en crisis el deporte del balonmano, sino que todo se ha visto afectado por una crisis que ya –dice- se alarga demasiado. Llegados a ese punto, Segundo Viguera quiere resaltar la importancia de los patrocinadores que apoyan al club, de Naturhouse, del Ayuntamiento y de la Comunidad Autónoma./Javi Muro


SPOONFUL.- Dicen que la vida no se mide por las veces que respiras, sino por lo momentos que te dejan sin aliento… esos momentos han sido habituales en los diez años de vida del equipo que preside, ¿no?

Hombre, en la vida tan corta de este club haber tenido tantos acontecimientos relevantes… pues la verdad es que sí, que a veces tienes que detenerte un poco para ver la perspectiva de lo que está pasando, de lo que estamos viviendo. ¿Te quedas sin aliento? Sí, tienes recuerdos muy bonitos y otros muy duros de estos diez años. Recuerdos todos importantes.


S.- Diez años de historia y en la Copa de Europa, ¿es real o se trata de un cuento de hadas?

Ahora comenzamos la onceaba temporada. Es real, es real y es el premio al trabajo de muchas personas, de técnicos, de jugadores, de directivos, de los que se nos ve y de las personas a las que no se ve, que están trabajando todos los días para que esto siga funcionando.


S.- ¿Cómo nace el club? En Logroño había desde siempre una gran afición al balonmano –Calasancio, Cantabria-, pero parecía un poco en horas bajas o dispersa…

Bueno, yo en los inicios ni siquiera estoy. El club surge como la idea de unos amigos que se juntan y quieren, de alguna manera, reactivar el balonmano en la ciudad, que se estaba quedando muy pobre, demasiado pobre. Había incluso que compartir ligas con otras regiones. Estos amigos se juntaron –técnicos y directivos posteriormente- y presentaron el proyecto al Ayuntamiento de Logroño y a la Comunidad de La Rioja. Recibieron el apoyo de las instituciones y salió adelante.


S.- ¿Imaginabas en aquellas primeras temporadas que el equipo iba a estar en tan poco tiempo en la elite del balonmano nacional e internacional?

Hombre, ¿existía esa ambición?... hombre, la ambición existe siempre en los clubes. Los clubes están hechos pensando en ganar y más a este nivel profesional. ¿Llegar hasta donde hemos llegado? Creo que ni el más optimista lo pensaba. El intentar llegar a ASOBAL si era un fin, no inmediato sino con tranquilidad, formando el club, reactivando la afición al balonmano. Sí era un fin llegar a ASOBAL, no tan rápido, ni tan espectacularmente como llegamos… Más que como llegamos, porque el primer año lo pasamos fatal, muy mal, éramos nuevos y era un año para sufrir… Logroño en el mapa del balonmano no era nada y convencer a la gente para que viniera a jugar aquí no fue fácil. Entonces… ¿Llegar hasta donde hemos llegado? No creo que lo pensara nadie. Sí era un fin llegar ASOBAL y generar ilusión, pero tan rápido y con tan buenos resultados, eso creo que no estaba en la mente de nadie.


S.- De alguna manera, ¿Es posible que la debacle del fútbol riojano dejara un hueco por el que el balonmano generó esa ilusión de la que hablas?

Creo que en un porcentaje sí. No había fútbol de elite ni baloncesto de elite, no había ningún deporte de elite en esa época. En ese sentido, sí favorece el presentar nuevos proyectos y que la gente sea más receptiva a lo que tú les estás planteando. Una vez formado el club y ascendido a División de Honor B, creo que ya comienza a generarse la masa social ella sola, viendo los resultados, viendo la evolución del club, la cantera, la aparición de más equipos, la gente que había jugado a balonmano en la ciudad vuelve a implicarse, en definitiva vuelve a gustar el balonmano. En un principio pudo aprovecharse ese hueco, pero después el balonmano va por su camino. Y también, el boca a boca, la gente comentaba con sus amigos lo bien que lo pasaban en el Palacio, que el equipo estaba funcionando y luego, el hecho de que todo ha sido crecimiento. Han sido crecimientos fuertes, pero a la vez se veía que el club no perdía el norte. Siempre hemos trabajado en la misma línea y eso creo que a la gente le convence… eso y el espectáculo deportivo que supone ver a jugadores de dos metros, como corren, como luchan, como lanzan a portería…
S.- ¿Saben que, de alguna manera, ustedes le han sacado los colores al fútbol? Han demostrado que se puede gestionar bien un club y llegar arriba.

Bueno… Creo en el fútbol hay clubes muy bien gestionados, que tienen muchos años de historia; también en La Rioja, que ya me gustaría a mí que celebráramos los aniversarios que celebra el Club Deportivo Berceo, donde jugaba yo cuando tenían sección de balonmano. Otra cosa es que llegar a la elite y que Logroño tenga un equipo de Primera División sea una cosa un poco más difícil. Pero todo en más sencillo si la bola entra.


S.- ¿Cuál ha sido el secreto, tanto de la buena gestión como de los buenos resultados deportivos?

Es un compendio de muchas cosas. Me lo han preguntado unas cuantas veces… y es que no hay secretos… Lo que hemos hecho ha sido aplicar un poco de sentido común a la situación. Cuando vimos que nos bajaban los patrocinios, que había que apretarse el cinturón, no lo dudamos ni un momento. En aquella temporada, que en principio el vaticinio era que habíamos hecho un equipo de retales, pues… quedamos quintos de la Liga y llegamos a semifinales de la EHF. Hemos tratado siempre de compaginar. Luego, el técnico se ha amoldado a las posibilidades que tenemos. Somos capaces de fichar lo que somos capaces de pagar. A todos nos gustaría tener superequipos y superestrellas, pero… mientras otros han perdido un poco la perspectiva de la austeridad, nosotros casi hemos acuñado la frese de que estamos en economía de guerra y a partir de ahí trabajar. Los jugadores, los técnicos, la afición, todos han aportado y ninguno ha perdido la perspectiva de lo que somos, un club pequeño, humilde y que lo único que nos libra es trabajar.


S.- Al hilo de lo que comentas, hubo un momento –no hace demasiadas temporadas- que la mayoría de los equipos de ASOBAL contaban con una dos figuras, jugadores estrella. En ese momento, el Naturhouse continuó siendo prudente, ¿no?

Sí. Hubo clubes que ficharon, pero yo que sé… es que hablar desde fuera puede parecer sencillo, pero yo no soy capaz de decir si han gestionado bien o mal. Igual tenían un patrocinio apalabrado y cuando han llegado estos momentos de crisis se ha caído y si tenían un jugador contratado por cuatro años es posible que al segundo ya no le pudieran pagar. Igual han tratado de mantener un nivel de plantilla al que no podían hacer frente, no lo sé, no soy capaz de saber lo que ha hecho cada uno en su casa.


S.- En todo caso, la prudencia sí que ha sido una característica en la gestión del Naturhouse, ¿no?

Nosotros tenemos como norma que el dinero no es nuestro, sólo lo gestionamos. Entonces, sabemos que los jugadores tienen un precio y si un jugador vale X, y no podemos pagarlo, pues tenemos uno de X-1. Hay que tratar de equilibrar lo que es la competición con lo que es la economía. No podemos perder la cabeza y traer una superestrella cuando no somos capaces de pagarla. Es mucho mejor tener un equipo tranquilo, que funcione bien… ¿Qué pierden un partido? Bueno y qué, tampoco es un drama, todos no se pueden ganar. Desequilibrar nuestra economía por tratar de ganar un partido más me parecería de locos. Es el sentir de toda la directiva, no sólo el mío. Hemos jugado la Supercopa, pues genial… un premio, pero no nos vamos a volver locos y traer a cinco jugadores para tratar de ganarla.


S.- Y no sólo piensa así la directiva, parece que esta filosofía ha impregnado a técnicos y afición… El propio entrenador, Jota, nos decía en una entrevista que el club era responsable y si tenía cinco se gastaba tres.

Claro, porque el club ha impregnado esta filosofía. Hay veces que cuando hablas con amigos y te preguntan: ¿No viajáis con el equipo? ¿No coméis con la directiva del equipo rival? No hacemos nada de eso, además de que no se hace normalmente en balonmano, pero nosotros no vamos a todos los desplazamientos. Los directivos también tenemos unas familias a las que tenemos que cuidar, el balonmano es una parte de nuestra vida, no es nuestra vida. No va ningún directivo a los partidos, el equipo va, juega y vuelve. Ir más gentes supondría más gastos que no podemos asumir. No podemos, ni debemos asumirlos.


S.- Hablando de Jota, ¿Qué importancia tiene en el equipo?

Es una persona importante, date cuenta que es el entrenador del primer equipo, está al día de la economía y es una opinión importante cuando tenemos estas discusiones, principalmente, cuando hablamos de fichajes, viajes, etc… Además, dentro del club está atento a la cantera… pero es un consenso.  El es el director de orquesta en la cancha y luego, cuando se reúne con nosotros, es un parte más en busca del consenso en las decisiones a tomar. Todos empujamos en la misma dirección.
S.- … y sólo dos entrenadores en once temporadas…

Sólo dos entrenadores y sólo dos presidentes.


S.- ¿Eso significa estabilidad?

Sí, pero en balonmano es difícil la salida del entrenador. Suele haber una continuidad. Por ejemplo, Manolo Cadenas estuvo un montón de años en León; Pastor, un montón de años en Valladolid, espero que Jota esté un montón de años en Logroño. Esa estabilidad es una forma de trabajo, es trabajar en una dirección, en una forma de juego.


S.- Un poco de ironía, ¿Han pensado con esta filosofía y con estos buenos resultados dar algún curso de verano o seminario a los clubes de fútbol?

Ja, ja… No, que va. Como le dije una vez a uno, nosotros somos un grupo de locos que nos hemos juntado en este proyecto y no somos nadie para dar clases. Jota puede dar clases de matemáticas, que para eso es profesor, y de balonmano que sabe mucho. Los demás no. En el deporte profesional falta paciencia, priman mucho los resultados. Esa no es nuestra forma de trabajar, nosotros tenemos claro que primero vamos a trabajar y después ya llegarán los resultados, no al revés.


S.-  Hablando del fútbol… ¿Parece que no hay otro deporte en los medios? El balonmano también ha sido campeón del mundo. Eso afecta también a las posibilidades de financiación, ¿no?

Es un hándicap está claro. Que en el telediario sea más importante el pelo de Sergio Ramos o de cualquier otro jugador –no soy muy futbolero-, que quedarse campeón del mundo de balonmano, pues hombre, la verdad es que choca. Si es cierto que durante el Mundial hubo cobertura por parte de los medios, pero una vez terminado… en unos días olvidado. Es que siquiera es el fútbol, es el Real Madrid y el Barsa. Además, en el balonmano lo horarios que nos imponen son un poco… y las competiciones europeas se juegan los miércoles, los sábados, los domingos, hasta los viernes, se entra en una maraña… , no digo el club, sino como está organizado desde la Federación Internacional para que se puedan seguir con cierto criterio los partidos.


S.- En ese símil entre sociedad y deporte –en cuanto a verse afectados por la crisis-, ¿en el balonmano también ha habido fuga de cerebros?

Sí… si nuestro universitarios emigran, nuestro balonmanistas emigran. Han surgido otros mercados como son Francia y Alemania y allí están yendo muchos jugadores. Por el contrario, si excluimos al Barsa, la Liga va a estar más interesante, más reñida y más igualada.


S.- Y hablando del Barsa y sus rivales, ¿Cómo es de grave la desaparición del Atlético de Madrid?

Buff! Le ha hecho mucho daño al balonmano por la repercusión que tiene Atlético Madrid o Ciudad Real, un nombre emblemático que ha sido campeón de Europa, que ha sido todo y de repente desparece sin encontrar apoyos. Es un drama en el balonmano, es un pequeño drama en la sociedad. Se trasladaron de Ciudad Real a Madrid esperando tener más apoyos de patrocinios y ven que no los encuentran.


S.- Deportivamente, el Barsa es cada vez más potente… ha fichado a Karabatic y Lazarov… ¿Es posible competir con ellos?

Al Barsa la va a querer ganar todo el mundo. La diferencia entre el Barsa y la mayoría de los equipos de Europa, no sólo de España, es enorme. El año pasado ya quedó subcampeón de Europa y esta temporada se ha reforzado con Karabatic y Lazarov. Compite con equipos alemanes, que es la competición principal ahora en balonmano. En balonmano, Alemania es el referente. El Barsa tendrá que competir contra ellos y ganarles, claro. Muy mal se le tiene que dar para que no quede campeón. En la pasada Liga a nosotros nos sacó 16 o 17 puntos y nosotros quedamos terceros.
S.- Un poco de historia. ¿Cómo recuerda la permanencia de la temporada 2006/2007?

La tengo grabada en la mente, muy grabada. La recuerdo como una agonía. Cuando me preguntan por esa temporada, lo que recuerdo es ese último partido. Nosotros jugábamos contra Altea y Teka jugaba en Granollers… fueron diez minutos agónicos hasta que terminó el encuentro y perdió el Teka y descendieron ellos. Aquello suponía el fin de muchas ilusiones, suponía haber llegado y a las primeras de cambio quedarte fuera otra vez. No teníamos todavía tradición, había miedo a que pudiese desaparecer el club ya que no teníamos base social, si iba gente al Palacio, había abonados, pero en tan sólo cuatro años no es tiempo suficiente para asentar la base social. Suponía un fracaso de muchas cosas, no sólo de la directiva, sino de toda esa gente que volvía a entrar en el balonmano… y de los clubes pequeños de la ciudad, porque es más fácil vender un deporte cuando existe un equipo de referencia en el que los niños se ven reflejados. Yo creo que el deporte es parte de la educación, te enseña disciplina, a estar con gente, a no ser egoísta. Aquel primer año sufrimos mucho; nunca se me olvidará.


S.- Pues fuera sufrimientos, hablemos de buenos momentos. La primera presencia en Europa y se llega a semifinales de la EHF. El primer partido europeo creo que fue contra el Estrella Roja de Belgrado…

El día del partido contra el Estrella Roja fue especial, pero el día realmente emocionante fue el del partido de la final de la Recopa de Europa que jugaba el Valladolid. Nosotros nos clasificamos para jugar en Europa porque el Valladolid se quedó campeón de la Recopa y corrió un puesto que era el que ocupábamos nosotros en la clasificación. Estábamos viendo la final en el Palacio de los Deportes, se pusieron sillas y pantallas… ahí sí que fue el momento emocionante, ahí salieron todos los sentimientos, todo lo que llevas dentro. ¿El partido contra el Estrella Roja? Claro, fue un partido especial, como lo va a ser el día 21 de septiembre contra el Hamburgo, cuando debutemos en la Copa de Europa.


S.- … y luego hasta semifinales…

Sí. Al final aquel equipo dio mucho juego. Era un equipo de bajitos, no había jugadores de dos metros. Fue una competición muy bonita. Le gente al principio pensaba que el equipo había descendido de calidad respecto al año anterior y, al final, fue al revés, quedamos quintos y semifinalistas de EHF.


S.- ¿Qué importancia tiene el Palacio de los Deportes? Hay un gran ambiente y un ambiente muy familiar, ¿no?

Lo curiosos es que es verdad, van familias. Van el padre, la madre y los niños. Creo que esto se genera desde el primer día. Los espectadores cuando acuden al Palacio ven que se trata de un deporte en el que las aficiones son tranquilas. Es un ambiente pacífico, la gente anima a sus equipos, no hay discusiones con la afición contraria, los jugadores se saludan cuando empieza el partido y cuando termina, todo lo que ha pasado en el campo se queda en el campo… ese ambiente se ha ido generando y sí, es curioso… hay familias que acuden al completo a los partidos.


S.- Comienza la Liga, se ha jugado la final de la Supercopa, y se debuta en Copa de Europa contra el Hamburgo, ¿Cuáles son los objetivos de la temporada?

Pues como siempre, partido a partido. Ganar al Bidasoa aquí en Logroño, ganar al Cuenca allí, ganar al Hambuergo aquí. Ese es el objetivo. El objetivo de un club profesional es ganar, otra cosa es que cuando no ganes no sea un drama, sino algo que ocurre durante una competición. No conozco ninguna competición en que todos ganen. Volvemos al principio de la conversación… paciencia y trabajo. Siempre no puedes ganar. Te pongo un ejemplo, si me oyen los de Cuenca no les gustará. Pues bien, Cuenca nos ganó la temporada pasada allí y aquí y en la clasificación les hemos sacado 16 o 17 puntos. No puedes generar un drama por un partido específico. Si el partido ha sido un desastre, el técnico tendrá que tomas sus medidas, las que sean. No nosotros como directiva, lo que tenemos que hacer es animar, empujar. Ahora vamos a jugar miércoles, sábados, miércoles, no podemos estar rumiando las derrotas dos días. En ese sentido el equipo siempre ha luchado.


S.- Hay una frase que dice: “No soy el único en mi equipo, pero en mi equipo soy único”. Parece aplicable al Naturhouse Ciudad de Logroño, donde cada uno conoce su papel y la desempeña a tope…

Es un club en el que todos aportamos lo que sabemos. Los lazos de amistad que existen en la directiva hacen que nadie sea protagonista. Yo soy el presidente, pero no es un club presidencialista. Aportamos lo que sabemos y ayudamos. Esa forma de actuar creo que, de alguna forma, se transmite a todo el club. Cada uno hace lo que tiene que hacer, pero no está con una pancarta diciendo yo he hecho esto. Cada uno hace lo que sabe y el mérito es de todos. Si en vez de decir lo que hay que hacer, lo haces… eso se transmite a todo el club. Es una directiva sin protagonismos. Debatimos y cuando tomamos una decisión empujamos todos en la misma dirección.



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