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{DEPORTE / ATLETISMO}

'Ojalá supiera cómo hacer ver a la gente lo que yo veo en el atletismo'

Isabel Macías correrá en Londres el 1500, "día a día, pero no renuncio a estar en la final"

Isabel Macías corrió en París el kilometro y medio en 4 minutos y 4 segundos y consiguió así ratificar su presencia en los Juegos Olímpicos de Londres. Formará parte del trío que representará a la selección española, junto a Natalia Rodríguez y Nuria Fernández. Un premio y un reconocimiento al esfuerzo de una atleta que –como muchos otros- ha elegido un deporte que exige dedicación plena y mucho sacrificio. Isabel asegura que ella no tiene la sensación de renunciar a nada. “Hago –dice- lo que me gusta”. Protagonista en una de las pruebas más espectaculares del atletismo, lamenta la poca promoción que tiene en España y siente envidia de contemplar estadios abarrotados como hace unas semanas en París. En Londres quiere disfrutar y descubrir el espíritu olímpico del que tanto habla todo el mundo y aunque es consciente de la dificultad que entraña el reto, no renuncia a tratar de llegar hasta la final; eso sí, paso a paso./Javi Muro


Spoonful.- Lo primero enhorabuena (mínima Olímpica 4’04’82) en París… ¿Hay algo mejor para un deportista que ser olímpico?

Hombre, para un deporte como el atletismo yo creo que no. Hay deportes que a lo mejor tienen otros torneos más importantes, pero para la mayoría de los deportistas unos Juegos es lo más grande. Cuando empiezas en esto es casi un sueño, una utopía estar presente y parece que por fin lo he logrado.


S.- ¿Cómo empiezas en el atletismo? ¿Cómo te pica el gusanillo? ¿Entras directamente a las pruebas de medio fondo o empiezas probando en diferentes disciplinas?

Bueno, como empecé a una edad escolar, la verdad es que probé un poquito todo. Fue fruto de buen trabajo que hacía nuestro entrenador que era el profesor de la escuela y siempre nos obligaba a hacer un concurso y una prueba para no encasillarte ya con diez u once años en una sola modalidad. Probábamos de todo, salto de longitud, vallas; de hecho mi primera prueba fue un 60 vallas en pista cubierta. Sí que es verdad que pronto empecé a decantarme por distancias un poco más largas, pero fue un poco por casualidad.


S.- Ahora estás obteniendo muy buenos resultados en el 1.500; ¿Es esta prueba el 1.500 para España, lo que la velocidad es para Jamaica o Estados Unidos?

Si me da un poco esa sensación, que el 1.500 es la prueba con más tradición en nuestro país. Es verdad también que cada vez tenemos a más gente despuntando en más pruebas, pero creo que la imagen de Fermín Cacho la tenemos tan arraigada que sigue tirando del resto de atletas. También es la pescadilla que se muerde la cola porque cuanto más afición hay pues siempre hay más gente intentando entrar ahí, en el 'milqui'; a mí me gusta que sea así.


S.- El ‘milqui’ mezcla un poco las dos cosas, el fondo y la velocidad y eso la convierte en muy espectacular, ¿no?

Si la verdad es que las pruebas de medio fondo, incluso más el 800, me parecen que conjugan tanto la velocidad como el fondo, lo que las hace más complicadas y atractivas a su vez. Para el espectador, un 800 es algo muy espectacular de ver y muy fácil de seguir.


S.- Plantearse ir a los juegos implica muchos sacrificios, renunciar a muchas cosas para conseguirlos…

Al final ves que no estás sacrificando nada. Yo he elegido esto y para mí no supone un sacrificio dejar de hacer otras cosas. Es verdad que hay momentos en la vida que te parecen más complicados, cuando eres más joven, como que eres más rara por hacer ciertas cosas que tus compañeros no hacen. En vez de estar por las tardes con tus amigos, tú te vas a entrenar; pero luego te das cuenta de que no sacrifico nada, sino que gano otras muchas cosas y que lo hago porque quiero. Al fin y al cabo es una elección que yo tomé desde muy pequeña y que me reporta otros beneficios y otras experiencias que a lo mejor me llenan más. Es cierto que tienes que ser más meticulosa, que son veinticuatro horas diarias, que todo te influye, que después de hacer la mínima no me voy de copas a celebrarlo, que tengo celebrarlo con una tranquila cena con un par de amigas y ya está. Yo creo que merece la pena.
S.- ¿En qué consiste una semana de entrenamiento, por ejemplo, para conseguir la mínima olímpica?

La semana antes de conseguir la mínima es en la que menos he entrando. Por ejemplo la semana antes de competir en París (dónde consiguió la marca) veníamos del Campeonato de Europa, sábado y domingo, final y semifinal en 4’10 y 4’11, con los viajes de por medio, así que sólo hice un entreno. Cuando estamos afinando para correr en marcas el volumen de entrenamiento baja; consistió en un entreno muy suave de diez  200 y un 200 fuerte, porque también cuando estamos en esta época el trabajo está hecho y hay que llegar frescos a la competición. Es verdad que yo ahora de cara a los Juegos subiré el volumen porque hay que volver a cargar otra vez las pilas, que aún quedan tres semanas.


S.- ¿Es más fácil mantener el pico de forma si consigues la mínima cerca de la competición, en este caso de los Juegos Olímpicos? ¿Lo planificas de esta manera?

Hombre, yo prefiero hacerla cerca de la competición. Realmente, hice mi planificación para haber conseguido la mínima en el mitin de Huelva, hace cosa de un mes, pero la carrera no fue como debía y a lo mejor hubiera podido trabajar más tranquila. Pero también es verdad que cuanto más cerca de los Juegos consigas tú marca mejor estado de forma se supone que mantienes. Yo creo que con el trabajo que hemos hecho durante el invierno, sobre todo haciendo tanto volumen, la forma te aguanta muy bien un mes o más, incluso me da la sensación de que voy a mejor. Eso está planificado, mi entrenador -Jesús Romero- sabe hacer las compensaciones muy bien y yo creo que vamos a llegar perfectos a Londres.


S.- Ahora estás en un momento en el que recoges frutos positivos, pero ¿Cómo se llevan esos momentos en que las cosas no salen tan bien? ¿Y cómo se superan?

Se llevan mal –se ríe. Yo desde pequeña he tenido la suerte de que siempre me han ido las cosas bien, he ido progresando lo que se esperaba de mí, cada año he ido mejorando marca y fui internacional absoluta por primera vez con 21 años. Pero entonces, estando en el mejor momento, al año siguiente tuve una lesión. La lesión en definitiva fue lo de menos porque en medio año estaba superada, pero me llegaron un montón de dudas… Había perdido esa chispa, el feeling con la competición. Aunque entrenaba muy bien, mejor que nunca, los resultados eran desastrosos. Comienzas a meterte en una espiral de negativismo, de no saber qué pasa. Llegó un punto a los dos años que dije, yo no estoy aquí para pasarlo mal; en la vida hay cosas muy importantes, mucho más importantes que te hacen pasarlo mal como para seguir sufriendo con algo que en teoría me gusta tanto. Me planteé un ultimátum; me dije, no me voy a presionar –esto fue hace tres años- si no tengo opciones reales de estar en Londres o por lo menos hacer la mínima y quedarme cerca, -aunque no pudiera ir porque suele haber muchas atletas en estas pruebas-, pues tengo mis estudios, puedo tener mi trabajo y ser una atleta de club. Y fue cambiar ese chip,  relajarme, y decir en la vida hay más cosas, y en ese momento me quité la presión yo sola y empezó a fluir todo, y empezó a salir el trabajo hecho durante esos tres años. Una vez que te encuentras a ti misma, como que cuadra el puzle y empiezas a enganchar una competición con otra y dices, ¡ostras! Estas son las sensaciones que había perdido.


S.- ¿Te gusta practicar otros deportes? Por ejemplo, en momentos de descanso…

No. Si acaso, el hecho de que me desplazo en bici por Zaragoza para ir a entrenar, para ir a la universidad; me gusta patinar y el baloncesto, pero es que al final cuando llegan vacaciones lo que me apetece es no hacer nada. Me gusta el deporte, pero no soy de esas personas que en cuento termina la temporada cogen la bicicleta y se ponen a hacer kilómetros.
S.- Volviendo al atletismo, ¿Qué se puede hacer para que haya una mayor afición? Da un poco de envidia ver algunos mítines en otras ciudades europeas abarrotados de público.

Si lo supiera –se ríe- intentaría que sucediese. La verdad que el otro día en París, un estadio tan, tan grande, estaba casi completo el aforo; entras y disfrutas. Dices, esta gente está para ver atletismo, no para ver otra cosa. La verdad es que no sé porqué en España no termina de cuajar ese sentimiento por este deporte; no sé porqué… Hay algo que hacemos mal y es una pena, en el resto de Europa es un deporte que llena estadios. Ojalá que supiera cómo hacer ver a la gente lo que yo veo en el atletismo.


S.- Además, asistir a un mitin de atletismo permite disfrutar de un gran número de pruebas diferentes…

Es así, no sabes dónde mirar; hay un montón de centros de atención. En un lado salto de longitud, en otro salto de pértiga, las carreras, los relevos… no sé a mí, por ejemplo, la pértiga me parece una especialidad impresionante para el espectador. No sé cuál es el motivo pero no termina de cuajar, no sé si es por desconocimiento o si no le dan la oportunidad… no se porqué.


S.- Y desde el punto de vista de la práctica, ¿Por qué creer que no cuenta con demasiados nuevos atletas? ¿Quizá por la cultura del mínimo esfuerzo? Jugar al fútbol tan sólo requiere un balón…

Así es. Este deporte es muy sacrificado. Y hoy en día estamos en una época en la que para los jóvenes el sacrificio es una palabra desconocida para ellos. Yo cuando era pequeña no tenía videoconsolas y qué hacías, pues terminabas los deberes y bajabas al parque a jugar. Estabas con tus amigos, te socializabas más y encima muchas veces era una socialización mediante el deporte. Ahora eso no se hace; ahora la gente socializa a los niños mediante el móvil, que ya lo tienen desde muy temprana edad, todo el día sentados con la obesidad infantil que viene propiciada por el cambio de todas estas actitudes. Si le explico a alguien lo que yo tengo que hacer para estar en los Juegos a mitad de la explicación ya no me quieren oir. Y es así.


S.- Alguna vez te he oído decir, a raíz de tu participación en el mitin de Nueva York, qué allí tratan a los atletas cómo aquí se trata a los futbolistas…

Si, totalmente; como estrellas deportivas. De hecho yo no asistí a la rueda de prensa, lo hizo Manuel Olmedo, que si era una de las estrellas del mitin, y me comentaba el trato a los atletas, el hecho de que todo el mundo acudía a la comparecencia de prensa con traje, y el respeto de los periodistas hacia el atleta –aquí, puntualiza, el trato es más cercano-, los fijos de salida que había, cifras que aquí serían desorbitadas; las ovaciones al salir a pista. Todo. Te das cuenta de cómo cambia la perspectiva y cómo tratan al atleta en otros sitios, como auténticas estrellas. A mí me da rabia que salgo a la calle y si pregunto a la gente quién es Ruth Beitia nadie sabe decírmelo y acaba de ganar la medalla de oro en el campeonato de Europa de salto de altura.


S.- Y llegados a este punto… ¿Cómo ves la situación del atletismo español?

Hilando también con el tema de la prensa es que es lo mismo. Estamos minusvalorando a los pocos que hacen el esfuerzo. Somos la segunda expedición que más atletas lleva a Londres y en vez de ver eso, la gente critica que no vamos a sacar medallas o que vamos a sacar pocas. Pues no señor, hay que valorar que hay cincuenta atletas españoles que han hecho méritos para participar en unos Juegos Olímpicos, que es algo muy complicado. Al final la prensa lo minusvalora. Es la pescadilla que se muerde la cola; hay poca afición, poca promoción y encima de lo poco que se habla da para atrás… entonces, pues bueno… Si miras al ranking, por ejemplo en el Campeonato de Daegu, la gente rindió a su nivel, había muy pocas opciones de medalla. Ya sé que no somos la época dorada del 92, pero el contexto social a nivel mundial tampoco es el mismo. Hay muchas más nacionalizaciones, hay países que se han desarrollado y ahora son potencias deportivas que antes no existían; antes el atletismo era mucho más europeo y ahora tenemos que luchar con muchas más culturas y eso no se tiene en cuenta. A veces piensas, estoy entre las treinta mejores del mundo y ¿eso no es para valorarlo? Esa percepción la gente no la tiene. Somos uno de los patitos feos del deporte.
S.- ¿Qué cambiarías? ¿Qué echas en falta en el atletismo para que dé un salto cualitativo y cuantitativo en España?

Creo que estamos en ese cambio. El problema es, como hablábamos antes, que los niños no hacen deporte. Si se repasa la lista de seleccionados para Londres hay un importante número de gente joven, que en estos Juegos a lo mejor no despunta al nivel que merece su calidad pero lo van a hacer dentro de cuatro años. Si la prensa se fijase más en eso. Si dijeran, ¡ostras! Tenemos a David Bustos, con 21 años, que ha sido bronce en 1.500 en el Europeo y dentro de cuatro años puede estar luchando en una final y no "fracaso del 1.500 masculino". Hay que tener esa capacidad de centrar la situación, está claro que en el atletismo no va a haber mucha gente en alto rendimiento porque esto es muy duro, pero a los que están, si los cuidas, está claro que las cosas les van a salir. Es un momento un poco complicado, pero hay que tener paciencia. Y, por ejemplo, hay mucha gente que está saliendo a practicarlo como deporte popular… algo tendrá correr que le engancha a la gente.


S.- ¿Cómo se consigue que alguna de esa gente que corre por afición  dé el salto a la competición?

El problema es que la gente que sale a correr de forma popular rara vez se identifica con el atletismo de competición. Son dos mundos diferentes; el atleta popular conoce igual a algún maratoniano porque se identifica con él y con esa distancia. Sería bueno que contaran con alguien que les asesorase ya que muchas veces entrenan por libre. Quizá si tuvieran una metodología, el atletismo les engancharía más. Creo que hay que hacer algo para vincular estos dos mundos que son lo mismo, pero son diferentes. Hay que hacer que converjan y que se fusionen. El corredor popular es un mundo que está creciendo muy rápido pero parece que va en paralelo al nuestro. Si toda esa gente se aficionara al atletismo, quizá ellos no porque son corredores populares, pero al hijo igual le termina gustando el atletismo y el atletismo de competición. Al hijo le puede gustar ver correr a su padre y descubre después que hay más especialidades. A lo mejor ese es el vínculo.


S.- Lo que siempre has tenido claro es que hay que prepararse para el futuro…carreras de Educación Infantil y Educación Física. ¿Se puede vivir del atletismo?

Se puede sobrevivir. Conozco a gente que adquisitivamente dentro del atletismo ganan más que yo. Pero si tuviera que estar trabajando a mi edad como está la cosa actualmente no ganaría más que lo que gano en el atletismo. Por lo menos vivo; no me da para acumular riqueza, pero bueno, no necesito más de lo que tengo. Me da para pagar el alquiler, sobrevivir, poder irme de vacaciones, sin grandes derroches, pero vivo y al fin y al cabo es un trabajo que me gusta. A veces es injusto el sacrificio que lleva con relación a otros deportes, pero…


S.- Si además de entrenar un atleta tiene que trabajar todo se complica, ¿no?

Claro, el atletismo es un deporte que necesita prácticamente la dedicación cien por cien. Yo estudio, pero si una mañana estoy muy cansada pues digo, no voy a clase. Pero eso en un trabajo no lo puedes hacer. El tener que trabajar además de entrenar limita, sobre todo en algunas especialidades. Por ejemplo en las pruebas de fondo, cuando doblan sesiones de mañana y tarde muy intensas y hay que recuperar; eso no te lo permite una jornada laboral.


S.- Volviendo a los Juegos de Londres, ¿Qué te llama más la prueba en sí del 1.500 o la posibilidad de disfrutar del espíritu olímpico?

(Respuesta rápida, casi no permite que finalice la pregunta)… el espíritu olímpico, claramente. Sé que luego en el estadio va a ser como en otros campeonatos y será algo natural; algo diferente porque las gradas van a estar hasta arriba y son los Juegos Olímpicos. Lo que quiero es respirar el ambiente olímpico, el compartir la experiencia con otros deportistas, ver que pasa en la villa olímpica que a la gente tanto le gusta.

 

S.- No lo has dudado…

No, no… (se ríe).


S.- Y ¿qué reto deportivo te marcas en los Juegos?

En el mitin de París comprobé como está el nivel del 1.500 femenino, y es increíble. Sé que luchar por la final va a ser tarea difícil, pero no renuncio a nada porque creo que nunca se sabe en un campeonato, pero creo debemos mirar el día a día, pasar de ronda a semifinal, ver como recuperamos, que tipo de carreras son y luchar por la final está claro que voy a intentarlo, pero primero hay que estar en la semifinal.

 

*En la tercera imagen. Isabel Macías con su entrenador, Jesús Romero.

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