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{DEPORTE / ATLETISMO}

'Del Atletismo aprendí que nada es gratis en la vida'

Atilano de la Fuente, atleta, ganó el maratón de San Sebastián y míticos cross en su carrera

Atilano de la Fuente disfruta recordando sus años de atleta. Se siente a gusto hablando del deporte que le emociona y remomorando zancadas sobre el barro, porque el cross -y cuanto más duro fuera el terreno mejor- era la prueba en la que se sentía más cómodo. También en la maratón, prueba que ganó en San Sebastián y en la que también conoció al hombre del mazo, fue entre los rascacielos de la Gran Manzana. Hoy comtempla la cantidad de gente que corre y sólo articula una palabra: "Alegría". Especialmente, si recuerda que en su época los miraban como bichos raros por correr en pantalón corto. Recuerda también a su entrenador, José Luis Álvarez, y a su compañero de entrenos, Juan Carlos Traspaderne, y sus primeras zapatillas de clavos, "de segunda mano", apunta. Le da cierta lástima que ahora no se aprecie los materiales y los medios existentes con los que cuentan los jóvenes para practicar deporte. El atletismo fue también una enseñanza, asegura, "sólo las cosas que consigues con esfuerzo valen luego realmente"./Javi Muro

 

SPOONFUL.- ¿Qué te parece ver a tanta gente corriendo? Hoy los locos que corren son muchos…

Es una alegría. Si pensamos que en nuestra época era un poco temerario salir corriendo por la ciudad, que se no veía bien y mucha gente entendía que correr tenía que hacerse en las pistas o en el monte, pero no en la ciudad. Ver a la gente corriendo hoy te produce alegría. Lo miro con envidia ahora. Cuando hacíamos nuestras carreras por la ciudad, con Óscar Calvé, con Juan Carlos Taspaderne, en pantalón corto, aquello era ya lo más… mira a esos locos, pero qué hacen, a dónde van. Hoy no se le ocurre a nadie decir las cosas que nos decían entonces. Afortunadamente, se ha avanzado mucho. El único peligro que veo es la cantidad de gente que practica deporte sin tener un verdadero control de lo que está haciendo. Hay una serie de riesgos; nos damos cuenta de que el deporte es bueno, pero lo hacemos sin medida. Es el momento de meter información y meter cultura sobre la forma en la que hay que practicar deporte. Es un debe que tenemos ahora. A veces vamos contra natura. Llegamos a una edad en la que tenemos más tiempo libre y nos adentramos en el deporte y enseguida empezamos a buscar marcas, a intentar mejorar, pero no nos damos cuenta que vamos contra la naturaleza. Soy consciente de que no es todo el mundo. Hay gente muy preparada, que sabe lo que hace.


S.- Cuándo competías la afición a correr no era ni de lejos tan grande, ¿no?

No, no, era muy minoritaria. De hecho, era un deporte exclusivamente federado y las carreras populares comenzaban entonces y la Federación no sabía muy bien qué hacer, si controlarlas o no, si incluirlas dentro del deporte federado o no… pero se dieron cuenta de que era una marea tan tremenda la que venía que cogieron el control de lo que era la incipiente afición al running y las carreras populares.


S.- ¿Existía ya ese ninguneo de los medios hacia el atletismo? ¿La atención era también sólo para el fútbol?

Sí. Hombre, hubo una época de cierta atención –porque al final son las figuras las que marcan la atención de los medios informativos- pero sí, era el fútbol, incluso más que ahora, porque hoy una parte se la lleva el baloncesto, otra el balonmano y antes era fútbol, fútbol, fútbol, pero como decía, yo me encontré cuando empezaba con la últimos años de Mariano Haro, que era toda una institución y que era seguido con auténtica veneración. Recuerdo estar corriendo en Lasarte y aquello era una auténtica fiesta, que hoy no tiene nada que ver con lo que era entonces. El hipódromo lleno a rebosar, gente que venía de todos los lugares del mundo y era eso, una auténtica fiesta. E igual que en Lasarte ocurría en Elgoibar, Amorebieta, Vitoria, en fin, había una afición al cross increíble, que hoy sí que ha bajado. Era todo deporte federado. El deporte federado tenía su vida,  pero después las carreras populares han ido restándole importancia. ¿Por qué? Porque al final la gente lo que ha hecho ha sido algo muy inteligente, han pasado de deportistas pasivos –ser espectadores que ven a los federados- a ser deportistas activos, a practicar su propio deporte. Si me gusta mucho ese deporte, porque no lo voy a practicar yo, ¿no? Ahí se produjo el gran cambio. Así hemos pasado de un deporte cien por cien federado con grandes figuras a un deporte popular, en el que la gente es activa. El cambio ha ido en detrimento de estas grandes figuras. Ese es el origen de las grandes mareas que tenemos ahora. Yo me apunto, prefiero lo segundo.


S.- ¿Cómo empezaste a correr? ¿Hubo una iluminación de esas ‘yo quiero hacer lo mismo que ese que es tan bueno?

No. Siendo de Palencia siempre te identificabas con Mariano Haro. Pero fue algo muy sencillo, hice la mili voluntario y al llegar a Logroño me dijeron que había una cosa que era cross y el que se apuntaba a cross se libraba de la instrucción. Yo no quería hacer ni gimnasia ni instrucción, así que me apunté a cross. Ahí empecé a correr y empecé tarde porque tenía dieciocho años. Tuve suerte, la primer carrera la gané. Había entrenado poco. Llegué a Logroño el día 26 de septiembre y el día 5 de octubre era la carrera. Mi entrenamiento había sido dar vueltas al patio del cuartel… corría veinte minutos y daba cuatro vueltas, al día siguiente trataba de que fueran cuatro vueltas y cien metros, y al día siguiente un poco más… En la carrera yo marchaba tercero y el que iba delante tuvo un mal momento y le pasé. Y el que ocupaba el primer puesto se confió y esprinté... lo adelanté justo en la línea de meta. Una casualidad. La siguiente competición militar era en Santa Barbara, ya en diciembre, y ahí ya tuve tiempo de prepararme bien. Así que quieras o no, ves que corres y ganas… y ese fue mi comienzo.


S.- ¿Cómo fue ese paso de entrenar en el patio del cuartel a federarte y tomártelo en serio? ¿La figura del entrenador era importante?

Al principio mi entrenador era yo mismo. Era un método muy sencillo intentaba aumentar el ritmo de carrera y los kilómetros que hacía. Si había corrido media hora y recorrido ocho kilómetros, pues al día siguiente intentaba correr cuarenta minutos y más kilómetros. Y así estuve hasta que me encontré con José Luis Álvarez, que era el entrenador del Loyola, y para mí ha sido mi profesor cultural en el deporte; lo ha sido todo. La primera carrera que corrí fuera fue el cross de Lasarte y a partir de ahí, me centré en el mundo federado. Del Loyola pasé al Educación y Descanso, que era una unión de varios clubes, y después formamos el ‘RAI 77’, donde ya desarrollé toda la actividad deportiva en este club. En el RAI fui corredor, entrenador e, incluso, presidente del club… y después, presidente de la Federación de Atletismo de La Rioja.
S.- Ahora se controla todo tipo de parámetros en los entrenamientos, entonces se entrenaba más por sensaciones, ¿no?

Sí. Bueno en Logroño había dos entrenadores que prácticamente lo copaban todo. Eran Iluminado Corcuera y José Luis Álvarez y luego vino, Óscar Calvé, que empezó a plantear unos planes más modernos. El entrenamiento se basaba en la experiencia, en la experiencia de los que habían corrido, de los que habían salido fuera, por ejemplo, Iluminado Corcuera, que se había preparado en Barcelona. Y también, la intuición de José Luis Álvarez, que era mi entrenador. Era un hombre que se basaba sobre todo en intervals, en la línea de Emil Zatopeck. Conseguía unos resultados increíbles. José Luis Álvarez es uno de los talentos, no reconocido, que ha tenido La Rioja. Con sus métodos consiguió tener varios campeones de España y hoy bajas a las pistas del Adarraga y todavía está preparando gente para sus pruebas, para oposiciones de Policía…


S.- ¿El fútbol, el baloncesto, el tenis ocupan el 95 por ciento de los espacios en los medios, pero ¿no es el atletismo el deporte que da prestigio a la cultura deportiva de un país?

Sí, el atletismo es el deporte rey, siempre será el deporte rey por mucho que se hable del fútbol. Es un deporte en el que no hay engaños, te enfrentas a un cronómetro y a un metro, con lo cual no hay interpretaciones al margen de esa situación. Y de hecho, su verdadero espíritu lo encontramos en las Olimpiadas, donde si un deporte es importante y es el deporte rey es el atletismo. Pero bueno, aquí tenemos una cultura de fútbol, es el deporte que genera dinero y hay que convivir con ello, hay que sobrevivir ante el abrumador apoyo que tiene el fútbol, tanto a nivel televisivo como de empresas. El atletismo implica inversión a largo plazo. Un atleta desde que es cadete hasta que llega a la elite pasan muchos años en los que hay que estar preparándolo… el atletismo está aún hoy bastante al margen de lo que son las explotaciones publicitarias.


S.- Pero lo curioso es que la práctica de cualquier disciplina deportiva se sustentan en la esencia del atletismo: correr, saltar, lanzar…

Es la base de cualquier deporte, si no eres un buen atleta no puedes practicar una disciplina de forma completa. El atletismo para el deportista es como el aire para el conjunto de las personas, en el sentido de que cualquier deportista necesita tener una buena preparación atlética. Lo vemos en el fútbol –no voy a mencionar a nadie porque bastante se mencionan ya- pero los mejores tienen un gran preparación física.
S.- ¿Tiene que ver con el esfuerzo que requiere el hecho de practicar atletismo frente a otras disciplinas menos exigentes? ¿Vuestra generación tenía más capacidad de esfuerzo?

Podía empezar a hacer una glosa del verdadero valor del atletismo, pero no. Sencillamente lo que ocurría es que entonces, el atletismo con unas zapatillas ya podías practicarlo y cualquier otro deporte requería dinero –que la mayoría no teníamos- e instalaciones, que tampoco existían. Todo era correr y jugar al fútbol. Hace unos años se cambió todo aquello. ¿Hoy en día? Existen instalaciones en condiciones para practicar todo tipo de deportes y la gente ha ido derivando a las diferentes disciplinas. Sí que es cierto que de aquello salió un generación dura y que amaba el propio deporte que practicaba, pero creo que hoy en día también es tan duro practicar cualquier otra disciplina… igual no se manchan de barro, pero siguen siendo tremendamente exigente, implican mucho gimnasio, mucha técnica y mucho trabajo.


S.- Hablabas de que con unas zapatillas ya se podía hacer atletismo, imagino que ver la evolución de las zapatillas será, al menos curioso, ¿no?

Cuando veo que mi hijo viene con unas zapatillas que pueden costar 120 o 150 euros yo ya alucino. Yo no he llevado unas zapatillas así en la vida. Las primeras zapatillas de clavos que tuve eran de Antonio Aguado, que me las vendió de segunda mano. Eran una gozada, unas Reset, que en aquella época suponía… Los medios también han marcado un poco el modo de hacer deporte. Ahora no es que lo mire con…no sé, quizá, me da lástima que no sepan apreciar lo que tienen y lo que podrían hacer con lo que tienen. Nosotros con esos materiales de ahora hubiéramos corrido más tiempo, con menos lesiones y más cómodos, lo que no sé si hubiéramos disfrutado tanto como disfrutamos nosotros, eso no lo sé...
S.- ¿Qué recuerdas de los rivales/compañeros de entonces?

A mí me encantaba el cross y cuanto más duro era el circuito mejor, y cuanto más barro más divertido. Por eso me encantaba el cross de Lasarte, o el de Vitoria. Aquí teníamos un muy buen nivel. De hecho, durante unos cuantos años el RAI estuvo como pionero entre los clubes de España de Cross, estábamos entre los seis mejores equipos del país. Había atletas como Javier Merino, Juan Martín, Javier San Martín, Javier Rubén, Javier Aramendia, y en pista, Juan Carlos Traspaderne, que ha sido de la época posterior el máximo exponente. Fue campeón y récord de España de Maratón, y el primer atleta riojano que fue a unos Juegos Olímpicos. Con Traspaderne ha sido con el que más relación he tenido porque entrenábamos juntos, pero de aquella época amistad y relación con mucha gente.


S.- También tuviste grandes marcas en el maratón. Ganaste y marcaste el récord del maratón de San Sebastián…

Sí, pero yo empecé tarde en el maratón. Mi mayor desilusión en el maratón fue en Nueva York. Cuando iba por el kilómetro 35 marchaba muy bien, para hacer 2:16, y pensé tira para adelante, ya está todo hecho… cogí una pájara tremenda y de los últimos cuatro kilómetros prácticamente tres tuve que ir andando. Fue una pena, porque ese día sí que podía haber hecho 2:16. Mi mejor marca fue de 2:22, que para aquella época estaba muy bien. Si algún maratón tengo que resaltar fue la de San Sebastián, que entonces era un circuito mucho más duro que ahora, y conseguí ganar y batir el récord de la prueba. Pero estas cosas las miras ya con un poco de nostalgia, te acuerdas cuando te hacen homenajes, como hace unos meses en Vitoria por los 35 años de la primera media maratón de Vitoria –prueba que también ganó- y te das cuenta de lo mayores que somos y del tiempo que hace de aquellas cosas… ero siempre te hace ilusión. Te recuerda que el atletismo es algo que me atrapó y de lo que disfruté una barbaridad. Yo no era un hombre metódico, como Juan Carlos Traspaderne, entrenando todos los días y a todas horas, pero era muy competitivo, una persona tremendamente competitiva. Lo que me gustaba eran las competiciones, correr, los entrenamientos los hacía… sobre todo si estaban los gallos entrenando, para picarme y convertirlo en una competición, si no, me aburría, tengo que reconocerlo. Quizá por eso disfrutaba tanto del atletismo… porque las series, el control de tiempo, esas cosas queman mucho y hay que tener mucha fuerza de voluntad para hacerlo.


S.- ¿Qué aprendiste del atletismo?

Pues… que en esta vida no tienes nada gratis y que sólo las cosas que consigues con esfuerzo valen luego realmente. Ese es el mayor aprendizaje que puedes tener. No hay nada que se consiga sin esfuerzo, y aquello que más te cuesta es lo que más te sirve para el día de mañana.


S.- ¿Te sigues poniendo las zapatillas?

… no lo que tendría que ponérmelas. De vez en cuando, para tener alguna sensación, pero sólo muy de vez en cuando. Lo he cambiado por la paleta, como digo yo, y estoy disfrutando con la construcción y mis proyectos personales…

 

(*) Fotografías: (Atilano de la Fuente con el trofeo del Cross de Llodio; con Mariano Haro, Granva y Orío; y en plena disputa junto al gran Antonio Prieto).

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