6651

{DEPORTE / ATLETISMO}

'Corría porque disfrutaba y lo pasaba bien, cuando eso cambió me retiré de la alta competición'

Juan Carlos Traspaderne fue olímpico y record de España de maratón en los años ochenta

Al conversar con Juan Carlos Traspaderne se constata que sigue enganchado al atletismo de igual manera que el día que dio aquellas primeras zancadas por prescripción médica. Era un niño muy nervisoso y le recetaron deporte. Entonces descubrió que correr era divertido, que disfrutaba haciéndolo y que poco a poco evolucionaba y mejoraba. Recuerda también que después sus rivales se convirtieron en sus amigos, aún lo son; y que un día -un 6 de junio de 1975- hizo mínima para el Campeonato de España de 10.000. Estaba adentrándose en la alta competición. Al maratón llegó casi por casualidad, pero descubrió que era su prueba, aunque le gustarán más los diez mil metros de la pista. En Helsinki, en 1983, cubrió la distancia de Filípides en 2:11:34, una marca que hoy sigue siendo un tiempazo y que entonces fue récord de España. Al año siguiente disputó los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. La presión de eso que se llama entorno comenzó a hacerle mella y lo que había sido una descarga -como el mismo dijo en aquellos días- se convirtió en un carga. Así que se retiró... de la alta competición, del atletismo, advierte, nunca se retirá. Traspaderne cuenta mucho del atletimo de los ochenta, con palabras y también con un arte especial para dejar frases a terminar por el lector.../Javi Muro

 

SPOONFUL.- Cada vez hay más gente que corre. ¿Te imaginabas hace unos años, en los ochenta, que podía producirse este boom?

… en los años ochenta ya empezó un poquito, pero no esperaba que el atletismo a nivel de calle, que la carrera a pie tuviera el tirón que tiene ahora. Intuía que podía tener seguidores, pero no terminaba de creérmelo…


S.- ¿Y qué te parece que se haya producido este incremento espectacular de la afición a correr?

A mí me parece muy bien porque la carrera a pie tiene una serie de ventajas que creo que es por lo que le gusta y lo practica la gente. En primer lugar el tiempo, lo haces cuando quieres y cómo quieres y no necesitas a nadie, sí quizá para que te asesoren, pero no para correr; la segunda ventaja es que es muy agradecido, porque los progresos iniciales son rápidos; tercero, que podemos hacerlo todos, nos ponemos a correr y ya está, otra cosa es correr bien; en cuarto lugar, creo que la carrera a pie es una actividad que te ayuda mucho a conocerte y eso influye en que la gente se motive; y quinto, hoy en día hay una serie de alicientes que son las carreras populares, que te permiten medirte, el pode comprobar tu rendimiento… y además, es una actividad muy barata, no necesitas demasiado, sólo unas zapatillas, y eso también ayuda.


S.- … también se habla del buen ambiente que hay en las carreras populares, la solidaridad entre corredores… algo que parece extraño en un deporte tan individual…

Sí, sí… pero esto no pasa sólo en las carreras populares, también ocurre entre atletas de alto nivel. Por ejemplo, en la prueba del maratón tu primer enemigo eres tú mismo, si tu rindes a tu nivel y otro lo hace mejor… pues que vamos a hacer. Es un deporte tan individual que no existe la confrontación  tan directa de otros deportes. Y además, tu sabes lo que han tenido que hacer el otros –entrenar, sacrificarse- para poder estar ahí, en una maratón, que es el extremo.


S.- ¿Cómo comenzó tu afición a correr? ¿Es cierto que empezaste por prescripción médica?

Sí, sí… porque yo era una persona muy nerviosa y necesitaba realizar actividad física; necesitaba quemar. Mi madre me llevó al médico, que me recomendó que hiciera un deporte de alta carga, de alto desgaste. El médico me comentó que practicara ciclismo o que corriera. Ambos deportes me gustaban, lo que sucedía es que la bicicleta valía dinero y necesitaba más tiempo, así que opté por la carrera a pie y no me arrepiento. Así empecé, así de sencillo.


S.- ¿Cuándo te diste cuenta de que eras bueno en esto de correr?

¿Qué cuando me di cuenta?... bueno, yo no lo hacía por ser bueno o no… sí que vas evolucionando, ves que te encuentras cómodo en la carrera, vas viendo que progresas y llega un momento –lo recuerdo, un 6 de junio- que haces marca mínima para un campeonato de España de 10.000. Entonces me di cuenta de que podía correr, pero no me preocupaba ganar ni no ganar; me lo pasaba bien, progresaba y ya estaba…  Esto que te cuento, para que te hagas una idea, fue en el año 1975. La corrimos solos Atilano de la Fuente y yo, bueno, y un tercero que tomó la salida y luego se retiró porque para que la carrera fuera válida hacían falta tres participantes. Atilano también hizo la mínima.
S.- Ahora todos tenemos acceso a buenos materiales, buenas zapatillas, da la impresión de que en los años ochenta no era tan fácil conseguir esos materiales, ¿no?

Lo que pasa es que antes teníamos mucho más pie que el que tienen ahora. Nosotros hacíamos entrenamientos por la hierba y por la pista descalzos. Teníamos unos pies mucho más hechos a la carrera que los que hay actualmente. Pero vamos, conseguir unas buenas zapatillas era un triunfo y además si ahora son caras –porque son caras- proporcionalmente antes lo eran más. Por ejemplo en el primer equipo que estuve, en el Sociedad Recreativa Cantabria, el entrenador tenía las zapatillas en el maletero del coche y antes del cross las cogíamos… Igual las que usabas ese día se las había puesto otro en una carrera anterior… y no pasaba nada, no cogimos ninguna infección, ni nada por el estilo. Y corríamos… no, no era tan sencillo. Entonces corríamos con zapatillas de una marca, Mates, que estaba especializada en calzado para balonmano, de atletismo no había. Cuando salieron las primeras específicas, que fueron las Adidas Sao Paulo, aquello fue… costaban mil pesetas de la época.


S.- ¿Cómo recuerdas entrenar y correr en aquellos años?

Con un gran cariño, disfrutaba muchísimo. Entrenando, disfrutaba mucho. Compitiendo, teníamos una mentalidad de salir y rendir al máximo posible y punto, no queríamos más, ni buscábamos más. Ganarnos unos a otros y el que llegue el último… pero sin más, no queríamos más.


S.- En una conversación con Atilano de la Fuente decía que había una gran amistad entre vosotros…

Sí, sí, sí… éramos un grupo de amigos que compartíamos muchas cosas además del entrenamiento. La mentalidad competitiva existía, salíamos a tope… pero no buscábamos un fin económico, ni social, ni nada por el estilo, simplemente comprobar nuestra capacidad en un momento dado.


S.- Y ¿cómo os veía  la sociedad de aquellos años? ¿Cómo veía a los corredores?

Cuando salíamos del Adarraga, de la pista, para ir a correr al campo, teníamos que atravesar la ciudad rodeándola porque sino la palabra más suave que se escuchaba era… bueno, pues eso. A nosotros literalmente no echaban los perros Era la sociedad que había en aquel momento, luego evolucionó un poquito, pero al principio éramos los locos del barrio.


S.- ¿Y la repercusión mediática del atletismo también entonces era muy reducida, tal y como sucede ahora cuando los medios sólo se acuerdan cada cuatro años…?

El atletismo siempre ha tenido repercusión sólo a nivel olímpico. Aquí, cada cuatro años, durante una semana, esto es la leche… hubo una época que lo retransmitían… Por ejemplo, hay Mundial este año (Moscú) y no sabemos si lo van a retransmitir. El atletismo a nivel social… además, sucede que en España desde hace unos años no contamos con una figura mediática, a lo que se suman los últimos escándalos… pues ahí estamos.
S.- Corrígeme si me equivoco, te inscribiste en el maratón de Madrid –tu primer maratón- y acabaste tercero, cuando aún nadie te conocía…

No, no… no me inscribí. Fui a correr una prueba de 5.000 metros el viernes. Viajé a Madrid con un grupo en el que estaba Óscar Calvé, que iba a correr el maratón. Yo corrí el 5.000, la verdad es que no me salió muy bien, y el domingo tenía que entrenar. Así que le dije a Óscar que salía con él 20 kilómetros y en ese punto me meto en la primera boca de metro y ya está. Así fue, en el kilómetro 20 le dije “Oye mira, que voy a hacer un par de kilómetros rápido y lo dejo”. El caso es que hice un kilómetro rápido, otro kilómetros rápido, otro, empieza a pasar tiempo y llego al kilómetros 37 o 38 y me veo tercero. Así que me acercó a un coche de la organización y les comento: “Oye pasa esto, si queréis me retiro y ya está, porque no llevo ni dorsal. Os garantizo que he salido y que he hecho todo el recorrido”. Me dejaron seguir, llegué y tercero… y a poca distancia del primero y segundo, que habían sido olímpicos… Vicente Polo y Bolaños….


S.- ¿Ahí fue cuando descubriste que el maratón era tu prueba?

A mí me gustaba más el 10.000. Cómo trabajaba, los entrenamientos de calidad no los recuperaba bien y la maratón es una prueba que exige menos calidad y más cantidad e incluso entrenando con un cierto grado de fatiga simulas mejor las condiciones del maratón. Además, como vi que en el 10.000 tampoco iba a hacer mucho… así que probé y en mi segundo maratón, que fue el Campeonato de España, me quedé segundo.


S.- … 1983 fue tu gran año... fuiste campeón de España y récord nacional con una marca de 2:11:34, un registro extraordinario que conseguiste en Helsinki… Esa marca hoy no la hacen los maratonianos actuales todos los días, un tiempo que ha sido mínima para asistir a los pasados Juegos Olímpicos de Londres. Tan sólo los seis primeros clasificados en los Juegos bajaron de ese registro y sólo los tres medallistas recorrieron la distancia en menos de 2:11….

Sí, sí… es mínima olímpica. ¿Sabes porque es un tiempo increíble? No por el tiempo en sí, no por el tiempo absoluto en sí, sino porque está hecho de forma absolutamente limpia y porque está hecho trabajando ocho horas. Salíamos a competir y salíamos muy desinhibidos, a pasarlo bien, salíamos tranquilos. Después de esa marca es cuando vinieron los problemas, pero hasta entonces…


S.- Al año siguiente fuiste a los Juegos Olímpicos, Los Ángeles 84, imagino que tuvo que ser algo fabuloso, ¿no?

Ir a las Juegos Olímpicos era un sueño, sobre todo porque en aquella época que todavía era a lo máximo a lo que se podía llegar en un deporte amateur; más aún en la prueba de maratón. Fue la culminación de una etapa que cambiaría por pocas cosas a nivel deportivo, pero también es verdad que una vez que llegas allá y ves lo que había… ¡buff! porque aquello fue un montaje comercial... pues piensas que creías que era otra cosa, pero a nivel personal… una vivencia increíble.


S.- … además se produjo un hecho importante porque fue la primera vez que las mujeres pudieron correr la prueba del maratón olímpicos…

Sí, sí… Jean Benoit ganó. Fue la demostración de que a la mujer respecto al hombre el único parámetro que la diferencia es el de la fuerza y ya está… se acabó el debate de si podían correr o no. Y si alguien piensa que las pruebas de mujeres son fáciles que se ponga a correr con ellas… igual no les aguanta ni un kilómetro.


S.- En una entrevista de El País en 1985, decías que: “lo que había sido una descarga, se había convertido en una carga”…

Sí. Es una realidad. Siempre había corrido porque me gustaba, porque me divertía y porque me ayudaba a ser mejor persona. De repente voy a unos juegos olímpicos y todo el mundo me presionaba de alguna manera. Aquello no lo supe asimilar, yo quería seguir siendo el mismo. Estaba todo el tiempo bajo la presión de que me pidieran o no me pidieran que hiciera más, que dejara de trabajar y sólo corriera. Claro, yo me decía, si dejo de trabajar dónde voy … Me di cuenta de que si quería seguir en esto, en el atletismo, tenía que hacer una serie de cambios sociales y mentales; los mentales ni sabía ni quería hacerlos y los sociales no me los iban a facilitar. Es que cuando yo fui a los juegos olímpicos no había tenido la camiseta ni siquiera de la selección riojana, llegabas al autobús y te estaban esperando para que la devolvieras… quiero decir que no había ningún apoyo y no es una crítica, es lo que había entonces… y la gente igual, me reprochaban que qué me había pasado, que habían estado de madrugada frente a la tele… y yo no entendía porque tenía que darle explicaciones a todo el mundo. Entonces vi que el atletismo que había practicado hasta entonces ya no lo podía hacer igual… y decidí retirarme. Retirarme de la alta competición; no del atletismo, del que no me retiraré en mi vida.
S.- … ¿Correr sigues corriendo?

Sigo corriendo, entreno gente. He sido presidente de clubes, de la Federación riojana, director técnico, todos los puestos posibles, pero de la alta competición dije hasta aquí y se acabó. Cuando creí que la presión social había bajado lo intenté otra vez, pero no…


S.- De aquella entrevista en El País se desprendía que veías el atletismo como una diversión, de algo de lo que disfrutabas y que habías dejado de hacerlo. Además que también tenías claro cuáles era tus prioridades, la familia, el trabajo…

Sí, sí. El atletismo para mí siempre ha sido una parte de mi vida, pero nunca dejé mi vida. Si quieres hacer del atletismo el eje de tu vida tienes que dejar una serie de cosas y yo no estaba dispuesto. Era una persona que trabajaba ocho horas y entrenaba dos veces al día. Si de repente dejo de trabajar ocho horas, que hago durante el día. Tenía una familia y era un cambio que no me apetecía, a parte que ese otro atletismo no me divertía. Salir a la calle y que me dijera la gente no se qué o no sé cuantos, ni bien ni mal, pero me preguntaba porqué…


S.- Correr puede ser una forma de vida, para mucha gente lo es y está muy bien, pero competir es otra cosa, ¿no?

Sí, competir es otra cosa. Mira, yo a los atletas populares que entreno, los que quieren hacer una maratón, les digo: para una maratón te preparo, para una segunda me lo pensaré, para una tercera te digo que no. Porque en el momento en que dices “voy a tratar de… hacer mejor marca o tal o cual” ya tienes que pensar mucho si te compensa y más a nivel personal. Es una maratón y es duro prepararla, por lo que conlleva, hay que pensárselo.


S.- … pero, es un poco inevitable también tratar de hacerlo mejor…

Sí, sí, por supuesto. Yo soy entrenador, lo que no quiero es que ver alguna persona, como las hay, que empezó a correr, fue mejorando y superándose, y ahora tiene prótesis en las caderas. Si vas a ser campeón olímpico igual te merece la pena, para ser campeón de España de más de tres mil años… pues no lo sé. Hay que correr para disfrutar y divertirse.


S.- ¿Se podía vivir del atletismo en los años ochenta?

… del atletismo en España en aquella época, lo que se dice vivir, Abascal y González. Yo tuve la máxima beca olímpica, que eran 80.000 pesetas al mes, que en aquella época era un sueldo aceptable, pero la marca que tenías que hacer para conseguirla era importante. Entonces empezaban a pagar por correr maratones, pero yo tampoco era de correr maratones populares, a mi me gustaban las pruebas de los campeonatos oficiales, y ahí no había dinero. Se podía vivir, pero no te podías labrar el futuro. Además, era muy arriesgado porque si te lesionabas adiós a la beca. Unos años más tarde sí hubo más dinero, a finales de los ochenta y principio de los noventa. Ahora, tampoco. Ahora hay que volver a los orígenes. Tan sólo en el maratón que es donde está la afición de los corredores populares, en el resto de las pruebas no hay dinero. Barcelona organizó un Campeonato de Europa y en las gradas había media entrada y gracias, tan sólo las calles estuvieron llenas de público con la prueba del maratón. Esa es la diferencia.


S.- ¿Cómo ves el atletismo en España?

Lo que te decía, tenemos que volver a los orígenes y saldremos de ésta. Hace poco fuimos octavos en el Copa de Europa por Naciones, bueno, ahí estamos. ¿Qué vamos a un Campeonato del Mundo y no conseguimos una medalla? Ya, claro, pero es que una medalla en una Campeonato del Mundo es algo muy complicado. La gran ventaja del atletismo es que pueden participar y participan todos los países del mundo en cualquiera de sus disciplinas, sea la isla más pequeña o el país de mayor superficie. No sucede como en otros deportes que existe una zona del mundo donde se practica más y en otras ni se conoce, el atletismo se practica en todo el planeta; esa es la gran virtud de este deporte. Además, el atletismo exige un carácter determinado… y también esfuerzo. Correr puede hacerlo todo el mundo, pero correr bien… La técnica de correr bien es la más complicada de todas; es lo más difícil que hay.
S.- ¿Qué se puede hacer para impulsar el atletismo?

Ilusión. Ir a las pistas y si soy juez ir gratis, si soy entrenador no cobrar, pensar que el atletismo me puede ayudar como persona y hacerlo por eso. Dejar el materialismo a un lado.


S.- ¿También el dopaje tiene que ver con la mala prensa?

Sí, naturalmente. Es un tema que me raya bastante por comparación con otros deportes. En el atletismo y en el ciclismo, especialmente en el atletismo, es un tema que nunca se ha tapado. Recuerdo en Seul, cuando descalificaron a Ben Johnson a los dos días de haberse disputado la final. Nunca se ha tapado y el que la ha hecho la ha pagado. ¡Y qué cojones¡ cuando van a hacer los mismo controles en otros deportes de una puñetera vez, que ya está bien. Y luego ha habido un fallo muy grande por parte de la Federación Española de Atletismo…


S.- ¿Ha sido permisiva?

Como lo diría, no ha dado la publicidad que tenía que haber dado a los casos detectados ni ha tomado las acciones que tenía que haber tomado.


S.- Ha habido movimientos de atletas defendiendo un deporte limpio. Ha habido menos corporativismo que el que hubo en el ciclismo, ¿no?

Sí, claro. Los atletas no pasan 21 días compartiendo carretera y autobús. En el atletismo ha habido muchos atletas limpios que han luchado por defender su deporte. El dopaje no se puede ocultar.


S.- ¿Serías drástico con quienes se dopan?

Totalmente. Si alguien se fuma un porrito y le pillan, pues mira, se le sanciona y ya está. Pero alguien que se mete anabolizantes, estimulantes…  o EPO… ese señor está robando y engañando a la sociedad.


S.- ¿Te has sentido defraudado por algún atleta al enterarte que se dopaba?

Sí… y, sobre todo, por la cantidad de gente ilusionada que estaba con él. Lo intuías porque uno más uno suelen sumar dos y cuando de repente uno más uno suman dos y medio… los milagros… complicado. Sí, me he sentido defraudado y más por cómo lo han encubierto desde el entorno.


S.- Comentabas que sigues corriendo, ¿Cuál es tu rutina ahora?

La que me da la gana –se ríe- la que me apetece cada día. Siempre he sido tan metódico y como entrenador soy igual, aunque trato de que ellos no se enteren y piensen que todo es espontáneo, que ahora para mí mismo ahora hago lo que me da la gana.


S.- ¿Sales a correr con gente a entrenar acompañado?

No, nunca lo he hecho. En toda mi vida sólo he entrenado acompañado de una persona, de Atilano de la Fuente, porque con otras personas podía pasar varias cosas: que me quisieran demostrar o se sintieran obligados a mostrar lo rápidos que eran o que salieran a toda pastilla y reventaban… y es que el entrenamiento es muy individual y está en función de las capacidades de cada uno. Sí entrenaba con Atilano, que era muy similar a mí, e incluso superior en algunos terrenos. Le encantaba el cross, le llamábamos el ‘panzer’, en terrenos complicados era el mejor… luego en la pista...



Suscripción a la Newsletter Enviar