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{CULTURA / LIBROS}

El arte de la vida y el dolor que retrata

El teatro Bretón acoge la comedia dramática 'EVA'

Es probable que el desierto sea una metáfora del dolor. Hay quien asegura que todos los dolores son iguales. También que el dolor cumple siempre lo que promete, que quien sabe de dolor todo lo sabe y que todo hombre se parece a su dolor. Pero cómo se mide, ¿cuál es el baremo para medir el dolor? E.V.A. es la escala visual analógica del dolor, una herramienta utilizada en el ámbito de la medicina para evaluar numéricamente el dolor que siente una persona. Para intentar, de algún modo, objetivarlo. Aunque, ¿es realmente posible objetivar el dolor, el dolor que sentimos? ¿Podemos medir lo que sentimos, lo que nos duele? ¿Podemos reducir las emociones a un cálculo, a un número?

 

Ahí surge ‘EVA’, que es también una comedia dramática escrita por Marc Artigau y Cristina Genebat, dirigida por Julio Manrique y puesta en escena por la compañía T de Teatre. En ‘EVA’ se cruzan las historias de cuatro antiguas compañeras de colegio que reflexionan -y trasladas esa reflexión también al público- sobre el dolor en todas las modalidades que tiene de presentarse, ya sea físico, vital, cotidiano, somático, moral o del alma. 

 

La Eva de la obra de teatro es una chica de veinticinco años llena de proyectos, de incertidumbres, de curiosidad, de temores y de deseo. Una página todavía en blanco. Una chica del siglo XXI. Por otro lado, las cuatro antiguas compañeras -Ágata, Paloma, Clara y Lola- son hoy cuatro mujeres que hace algo más de veinticinco años decidieron emprender juntas un viaje que, intuyo, quizá no imaginaban, entonces, que las llevaría tan lejos.

Por un lado, Ágata es unna actriz que ensaya un espectáculo que debe servir para celebrar el veinticinco aniversario de su popular compañía, sufre un grave bloqueo: por primera vez deberá cantar sobre un escenario, pero su voz no responde. A pocos días del estreno, recibirá una llamada no muy tranquilizadora: su madre ha huido del geriátrico en el que está ingresada. Allí, acompañada de Piu, un enfermero que parece saberlo todo sobre el canto de los pájaros, acabará viviendo uno de los aniversarios más extraños de su vida… 

 

Paloma es una prestigiosa anestesista está en Estocolmo dando una ponencia sobre la escala visual analógica del dolor (E.V.A.) frente a un grupo de especialistas internacionales. Durante una cena, en uno de los restaurantes más elegantes de Norrmalmstorg, Adam, su intérprete, intentará abrirle su corazón con la esperanza de ser correspondido. Pero la ‘anestesista anestesiada’ hace demasiado tiempo que decidió dejar de sentir…

 

Por su parte, Clara es una profesora de historia que sufre un dolor de espalda cada vez más intenso, provocado por una hernia discal. Ha pedido un año de excedencia. Cuando su hija, Eva, hija única de padre desconocido a punto de cumplir veinticinco años, decide que ha llegado el momento de abandonar el nido materno para marcharse a estudiar un máster en Estocolmo, la profesora, por su parte, también toma una decisión importante: decide que ha llegado el momento de poner su vida en orden. Y empieza por los armarios. Un peculiar personaje, Yoshiro, especialista japonés en el método de Marie Kondo, será su guía en un viaje insólito que comenzará cuando abran las puertas de un viejo armario, desordenado y cargado de historias…

 

Por último, Lola es una apasionada agente de la propiedad inmobiliaria, madre de mellizos, fugitiva de Facebook, lleva una vida menos apasionada de lo que desearía. Cuando se reencuentra, accidentalmente, con Ángel, un antiguo compañero de colegio que busca piso, terminarán abriéndose, a lo largo de una noche, las puertas del pasado: evocan viejos recuerdos y sueños adolescentes, comparten sus presentes, más grises de lo que soñaban, y, tras unos cuantos Bloody Mary, se confiesan algunos secretos inconfesables. Ella, sin ir más lejos, sufre un grave problema de asertividad: es incapaz de echar a su canguro, una milenial asquerosamente encantadora llamada Eva… 

El director de ‘EVA’, Julio Manrique recuerda que un día leyó una entrevista en periódico nacional que le llamó mucho la atención. El entrevistado era un prestigioso neurocirujano, el doctor Jordi Montero, toda una eminencia en el campo del dolor. “Al final de la entrevista, el doctor nos regalaba una: ‘El siglo XXI es el siglo de las emociones, de las neurociencias y de las mujeres”. Resalta Manrique que cerró el periódico, fascinado. “No podía evitar barrer hacia casa. Pienso en E.V.A. y en las Evas que contiene”. 

 

Argumenta el director de ‘EVA’ que si el doctor Montero tiene razón -y él cree que la tiene-, “esta nueva ‘escala’ nos revela nuestro viaje lleno de sentido: hablamos de mujeres, de emociones y de neurociencias. Y de otras cosas, por supuesto”. Y es que ‘EVA -interpretada por Rosa Gàmiz, Carolina Morro, Marta Pérez, Carme Pla, Àgata Roca, Albert Ribalta, y Jordi Rico- cuenta también casualidades que quizá no lo son completamente, de amistades que el tiempo, inexorablemente, adelgaza o engorda pero que siempre modifica, o de aquel concepto del que tanto se habla y en la práctica del que todavía no pasamos de ser unos aprendices bastante torpes: la empatía. También hay armarios cerrados que da mucho miedo abrir aunque dentro haga un frío insoportable, y habrá canciones que no nos atrevimos a cantar, y habrá humor, y amor, y dolor y teatro./J.M.

 

* Teatro Bretón de los Herreros. 27 de octubre, sábado. 20,30 horas.

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