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{CULTURA / LIBROS}
'Siempre he buscado deshacer la instantánea'
Marga Clark, fotógrafa y poeta, participa en las Jornadas de Poesía en Español
Dicen –pudo ser Chema Madoz, pero también otros-, que la fotografía y la poesía comparten un mismo interés por la creación de imágenes intensas. Marga Clark es fotógrafa y poeta y rebosa energía, tanto en sus imágenes y versos, como al explicarse. Gesticula con las manos dibujando reflexiones en el aire y, por un instante, parece que la estela de sus palabras permanecerá suspendida sobre la mesa a modo de fugaz instantánea. “El origen de toda mi actividad creativa se encuentra en la poesía –apunta-, es el principio y ahora que contemplo mi carrera con perspectiva puedo contemplar con claridad esa trayectoria”.
Madrileña de nacimiento, en 1963 obtuvo una beca para finalizar sus estudios preuniversitarios en Nueva York. En la ciudad de los rascacielos realizó su carrera universitaria y los cursos especializados en cine y fotografía. “La poesía siempre estaba presente –recuerda- pero en Nueva York no tenía ni grupos, ni un maestro alrededor de la poesía, era más sencillo salir al mundo de la imagen”. Fuera a través de la fotografía o la poesía, Marga Clark asegura que siempre se plantea el proceso creativo como un desafío. “Nunca he buscado la instantánea, sino deshacer la instantánea. Siempre he entendido la fotografía como series de imágenes”. Marga Clark es una fotógrafa de reconocido prestigio, pero que nadie espere fotografías publicitarias o fotoperiodismo, las imágenes de Marga juegan en el terreno de la poesía. “Creo poemas en las fotografías y fotografías en los poemas; mi fotografía puede describirse, quizá, como existencialista”.
El primer libro de fotografías que publicó llevaba por título ‘Movimiento estático’. Fue en 1985 y el MOMA de Nueva York compró ejemplares. “Recuerdo que pasaba todos los días por el museo, quería que no se vendieran para que estuvieran siempre allí, en el MOMA”.
A publicar poesía comenzó más tarde. “Regresé a España –indica- por la escritura, para poder publicar; pensaba que no publicaría hasta estar de nuevo en mi país. También volví por amor, porque conocí a Valentín –“Roma bella ciudad”, precisa Valentín desde un lateral de la mesa-… es cierto –asiente Marga- nos conocimos en Roma”. Así, surgen ‘Del sentir invisible’, ‘Pálpitos’, ‘El olor de tu nombre’, ‘Campo de batalla’, y también la novela ‘Amarga Luz’, en la que cuenta el trágico amor que su tía, la escultora y niña prodigio Marga Gil Roësset, sintió hacia el poeta Juan Ramón Jiménez. Un amor no correspondido que le llevo al suicidio. “Era el secreto mejor guardado de la familia hasta que comenzó a hablarse del tema, se hablaba de las historia de amor más romántica, pero para nosotros, para la familia, no era así”.
Marga Clark decidió contar la historia de su tía. “Encontré en ella mi alter ego, mi otro yo –detalla-, cuando todo el mundo hablaba de un modo frío de la historia, yo tenía un conocimiento intuitivo, que es el más poderoso. Escribí la novela y la poesía comenzó a surgir. De alguna manera, tenía todos los poemas dentro de mía, surgían enteros… ella murió por un poeta y que mejor manera de homenajearla desde la poesía”.
En la obra de Marga Clark la imagen y la palabra se interrelacionan. “Mi mundo poético es el más importante, con la poesía miro hacia el interior y, a través de la fotografía sitúa la mirada hacia afuera. Siempre hacia el interior del vacío, siempre un desafío”./Javi Muro
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