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{CULTURA / LIBROS}

'Dcode' y ciertas puertas de la percepción

La propuesta de Zarándula en los Escenarios Insólitos de Actual invita a conversar con el arte

Suena un móvil. Sí, en mitad de la representación. Todos nos miramos unos a otros. Esperamos a descubrir quién es esa persona desconsiderada que ha olvidado silenciar su teléfono para ponerle cara de perro todos a una. La guía de la exposición –la actriz que hace de guía- descuelga, pregunta quién es y le pasa el teléfono a uno de los espectadores. “Es para usted”. Una vez le pide que coja una de las lupas amontonadas al pie de la fotografía y que mire con detenimiento. Estás dentro de ‘Dcode’ y has descubierto que para percibir hay que participar.
La compañía Zarándula ha encontrado en los sótanos del Ayuntamiento de Logroño su ‘Escenario Insólito’. Allí se ‘esconde’ una extraordinaria colección de arte contemporáneo y una extraordinaria sala de exposiciones. Es la colección Altadis, cedida al Ayuntamiento de Logroño hasta el año 2025. Las obras que acoge llevan la firma de artistas de prestigio que nada tiene que ver con los ‘artistas’ que conspiran por la espalda y dejan sin trabajo en la ciudad a más de cuatrocientas personas. El desconocido espacio para la mayoría de los ciudadanos acoge 29 obras de artistas –de los de verdad- españoles y franceses galardonados por la empresa entre los años 2000 y 2007. Trabajos que llevan la firma de Stephen Dean, Pilar Albarracín,Ryuta Amae, Jon Mikel Euba, Adria Julia, Olivier Leroi, Brono Serralongue, Mateo Maté, Manel Palacín, Bruno Perramant, Sergio Prego, Fabien Rigobert, Ibon Aranberri, Berdaguer&Péjus, François Curlet, Cristina Lucas, Hugues Reip, Jordi Ribes, Lara Almarcegui, Elena Blasco, Laurent Grasso, Guillaume Leblon, Mrzyk&Moriceau, Manu Muniategiandikoetxea, Manu Arregui, Sophie Dubosc, Lamarche Ovize, Miki Leal y Juan López.

 

En ese fantástico marco la compañía ‘Zarándula’ propone a los espectadores que participen para que experimenten cada obra de arte, sea una fotografía, una pintura, videoarte o una escultura. Los actores de ‘Zarándula’ te abren unas peculiares puertas de la percepción.
Ahora la voz quiere hablar con una de las espectadoras. El teléfono móvil cambia de manos y la nueva interlocutora se acerca lupa en mano a la fotografía. En la imagen, junto a una gran casa de campo, destaca un tanque que parece allí abandonado. Hay un árbol de Navidad y una montonera de objetos que bien pudieran escombros de una batalla reciente. Parece una escena de la guerra de los Balcanes, pero no lo sé, yo no estoy al teléfono. La representación continúa. Como si de 'alicias' se tratara unos espejos retrovisores trasladan a los espectadores al interior del vehículo representado en una de las obras. Poco después, las guías ofrecen la posibilidad de dejar plasmada la mirada en palabras sobre un ladrillo de una nueva fotografía, un instante antes de que el guardia de seguridad explique a quien quiera escucharlo qué es el arte contemporáneo y los personajes de una de las obras comiencen a correterar entre el público.


La propuesta de ‘Zarándula’ acerca al visitante a la obra de arte a través del teatro. Quienes tengan cierto temor a no entender el arte contemporáneo lo perderán nada más comenzar la función. Los actores proponen una experiencia y las experiencias son siempre propias. Así, lo que unas veces nos extraña se define a través del contacto, de las emociones, de la conversación y la posterior reflexión. ‘Dcode’ no es una visita guiada; es teatro, son los ‘Escenarios Insólitos’ de Actual, es acción. Para percibir hay que participar… porque no se trata de las respuestas, son las preguntas./Javi Muro



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