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{CULTURA / FOTOGRAFíA}

'Espere, espere, pare el taxi que he visto una foto'

Presentado el documental 'Teo, Teo que ves', en 2014 Teo Martínez y Rocandio charlaban en SPOONFUL

 

En julio del año 2014, SPOONFUL conversó con los fotógrafos Teo Martínez y Jesús Rocandio en la biblioteca de la Cada de la Imagen de Logroño. En centro, dirigido por Rocandio, había sido seleccionado como sede de la edición de PhotoEspaña de ese año y las imégenes elegidas para la exposición llevaban la firma de Teo Martínez. La muestra se presentó bajo el título de Nostalgia y Vanidad'. Era la primera ocasión en que un fotógrafo riojano mostraba su trabajo en el festival internacional. Aquel año, la Casa de la Imagen compartió la condición de sede externa de PhotoEspaña con Arles, Almería, el Circulo de Bellas Artes, Touluse y Londres. En aquel instante,desvela cuatro años después el director de la Casa de la Imagen, prendió también la idea de realizar un documental sobre la figura de Teo Martínez. Una película sobre un hombre normal. Un hombre normal que sobrevivió a una posguerra extremadamente dura. Un hombre normal que con una cámara en la mano es un ser extraordinario. 'Teo, Teo que ves' es un documental que recorre la vida del fotógrafo riojano, pero también muestra una época -sus fotografías son el único documento gráfico que pervive de la posguerra en La Rioja- y una forma de entender la fotografía, el fotoperiodismo y la vida.

 

Los caminos de Teo y Jesús confluyeron el día que el segundo, director de la Casa de la Imagen, decidió insistir hasta que el primero accedió a permitirle recomponer y ordenar su archivo fotográfico. “Se encontraba –dice Teo- en un perfecto desorden”. Desde entonces no se han separado. Aquel 1 de julio de 2014, SPOONFUL reunió a Teo y Jesús, frente al archivo de fotografías del primero y comenzaron a conversar...

 

SPOONFUL.- ¿Qué supone 'Nostalgia y Vanidad', el trabajo de Teo, el reconocimiento a la Casa de la Imagen como sede oficial de PhotoEspaña?

Jesús Rocandio: La exposición de Teo es un logro que llevábamos buscando desde hace mucho tiempo. Cuando comenzamos con la recuperación de los fotógrafos de Logroño –una serie en la ya vamos por el sexto capítulo- al primero que recuperamos fue a Teo. Tenía claro que Teo iba a ser el primero de los fotógrafos de Logroño a recuperar porque estaba vivo, porque conserva muy bien la cabeza...

 

Teo:… y era el más alto… (se ríe).

 

Jesús:… sí, porque era el más alto, pero sobre todo porque mucha de la gente a la que fotografiaba estaba viva y eso estaba convencido de que iba a mover muchísimo… por el recuerdo y esas cosas en las que se sustenta la fotografía como es la nostalgia. Además, eran las fotografías que más me atraían, era el más moderno, el más contemporáneo. Aquella exposición tenía que ver con la ciudad de Logroño y con todo su trabajo periodístico en general. Pero nos habíamos dejado algo, el fotógrafo más íntimo, más allá del trabajo para el periódico. En aquella exposición en colaboración con el Ayuntamiento había una asignatura pendiente, el trabajo del fotógrafo más personal. Era un trabajo aparte, pero desde entonces yo estaba insistiéndole a Teo que teníamos que hacer una exposición sólo con esas fotografías.

 

S.- … y la final la habéis realizado…

Jesús: La producimos por primera vez para el Festival Internacional de Fotografía de Teruel hace un par de años. Vino el director del certamen a la Casa de la Imagen por otro motivo y vio sobre la mesa una fotografía de Teo y preguntó ¿Estas fotos? Le enseñamos más y las solicitó para el festival de ese año. Allí, en Teruel, vio la exposición Julio Álvarez, que es el director de la Galería Spectrum de Zaragoza, y también quiso exponerla en su espacio. Ahí, comenzó la carrera de Teo en el mundo del arte y de las galerías. Y ahora nos tocaba a nosotros. Cuando estábamos preparando la exposición de Teo, en un viaje a Madrid, para una reunión con 'La Fábrica' relacionada con la expo de la Primera Guerra Mundial que les interesaba apareció una foto de Teo entre el material que les estábamos mostrando. Nos preguntaron: “¿Quién es este hombre? ¿Dónde estaba escondido? Tiene el estilo de los fotógrafos de la Escuela de Madrid”. Ahí se quedó la cosa. Al poco tiempo nos llaman para preguntarnos qué si queremos ser sede oficial invitada en PhotoEspaña con la exposición de Teo. ‘Nostalgia y Vanidad’ es el trabajo que le debía a la obra de Teo. Para la Casa de la Imagen es un honor tener esas fotografías en su sala.

 

S.- Y en PhotoEspaña…

Jesús: Claro, ¿y que esté en PhotoEspaña? Es la primera vez que una galería de Logroño está dentro de PhotoEspaña y que un fotógrafo riojano tiene página completa dentro del catálogo de PhotoEspaña. Coges el catálogo y miras sedes invitadas y sólo hay seis: Arles, Londres, Círculo de Bellas Artes de Madrid, Almería, Touluse y la Casa de la Imagen. No esta mal, ¿no? Me acuerdo que se lo comenté a Teo: “Oye Teo que vas a estar en PhotoEspaña” y me dijo: “¿Y eso es importante?”.

 

Teo: No me he preocupado de esas cosas, de quién es el mejor fotógrafo; yo iba con mi trabajo. Cuando empecé a hacer fotos compraba la revista Arte Fotográfico, me fijaba en las fotos que publicaba y a mí siempre me gustaba hacer lo que no había visto. Las imágenes que veía en la revista me enseñaban, pero esa misma foto yo la hacía a mi manera. Quizá por eso, en la exposición hay mucha gente que la ve y dice “se ven muchas espaldas” y es que a mí no me interesa si la gente es guapa o fea, a mí me interesa que la fotografía diga algo sin tener que poner un pie explicativo, que veas la imagen y sepas lo que es. A veces, la gente entra a ver la exposición pensando qué es sobre el Logroño antiguo y buscan ver las caras, pero si vienes con otra perspectiva es cuando te gustan las fotos y da igual que aparezcan las espaldas. Hay una fotografía, que a mí me parece preciosa, la de San Vicente, en la que se ven no sé cuantas espaldas en la profesión. Hay dos chiquillos que me están mirando a mí, al fotógrafo.

 

S.- ¿Cómo es el proceso para realizar tus fotografías?

Teo: Mi manera de sacar las fotografías no sé explicarla. Tengo que verla y realizar el encuadre a mi manera y siempre identificando que esa fotografía está en Logroño o donde sea. Es algo que no me lo ha enseñado nadie.

 

Jesús: Creo que hay una cosa importante a reseñar. Teo es autodidacta. Nadie le ha enseñado fotografía.

 

Teo: Además, tengo un sentido de la vida en el que más que yo no hay nadie. Respetando a todo el mundo, yo soy igual que el rey, igual que el Papa, igual que tú… aquí todos somos iguales. Un barrendero tiene más valor que lo que he hecho yo con las fotos porque yo sería incapaz de barrer una calle, por ejemplo. Hay fotografías que las he logrado hacer por mi manera de pensar, por mi manera de ser, por lo que he pasado yo en la posguerra. Las calamidades que he pasado, con una madre viuda con 28 años y cuatro hijos. Mi padre murió con 33 años. Yo he pasado de todo y de una manera muy dura. Tengo una manera de ver la vida muy distinta a los demás y eso también sale en mis fotografías. Hago fotos que quizá otros no ven. No es la máquina. A alumnos de Jesús con los que charlo a veces les digo que no vale con que papá nos compre la mejor máquina para ser el mejor fotógrafo… si no sabes ver la fotografía es como si nada. La foto puede ser muy bonita pero puede ser muy mala.

 

Jesús: Sin duda alguna, en la fotografía de Teo está la mirada de la vida.

 

Teo: Jesús me ha enseñado mucho a conocerme a mí mismo.

 

Jesús: El haber hecho mucha fotografía analógica, como ha hecho Teo toda su vida, el haber pasado muchas horas en el laboratorio, viendo negativos… en cuanto ves un negativo de alguien te pones en su subconsciente, está casi viendo el proceso de hacer click. No es como con un positivo ya terminado, no, estás en medio de un proceso y entiendes qué es lo que estaba viendo el fotógrafo y qué hay en ese negativo. En principio me hice la idea de cómo era Teo a través de sus fotos. Tenía claro cómo era él como persona porque sí que hay algo que es fundamental para este tipo de fotografías, si en ellas no está, si no se nota al autor, no merecen la pena. Lo más aburrido que hay es una fotografía excelente técnicamente, pero que sea vacía.

 

Teo: El interés de la fotografía tiene que tener fuerza.

 

Jesús: En la fotografía de Teo siempre está él, siempre está esa mirada. Está la mirada del hombre de la posguerra y está condensada y acompañada en muchas de las fotos de algo muy importante que es el humor. En la mayoría de las fotos de Teo hay humor, un humor crítico. Seguramente como Azcona. Compartíais ciudad ¿Os llevabais cuántos años?

 

Teo: Azcona era cuatro años mayor. Nos conocíamos pero no como para hablar con él; nos veíamos en el bar ‘Los Navarros’. Compraba La Codorniz y me gustaba ver la firma de Rafael Azcona, siempre me ha gustado ver en la prensa nacional a la gente de aquí. Como a Cámara que ahora le han dado un Goya ('Vivir es fácil con los ojos cerrados'). Entonces decía, ¿pero si este que escribe en La Codorniz es Azcona? Entonces era la mejor revista, no había nada más, no había ni televisión ni nada.

 

Jesús: Con ‘Nostalgia y Vanidad’ buscábamos también que igual que ha estado en Teruel o en Zaragoza pueda exponerse en otras ciudades, que no fuera una exposición que sólo pueda verse en la ciudad de origen.

 

S.- Son fotografías que cuentan muchas historias…

Teo: Creo que estás fotografías expuestas en Sevilla generaría las mismas historias en quien las contempla; creo que no se trata tanto de si están tomadas en Logroño o no.

 

Jesús: Claro, por eso en El País Digital la galería de fotografías sobre Teo Martínez está ya junto a las de un sinfín de fotógrafos internacionales. Es importante porque avala que no es una locura que se nos ha ocurrido a nosotros de repente, sino que resulta que a uno de Teruel le gusta, a otro de Zaragoza, a un periodista de El País, a PhotoEspaña… Eso quiere decir que aquí hay fotografía pura, en estado de pureza y eso es importante. Además, muchos nos hemos formado o llegado a la fotografía sabiendo quiénes eran unos y otros, la fotografía documental, la artística, qué significa el desnudo, el bodegón, te vas nutriendo de ideas, el caso de Teo es totalmente diferente. Está él y cuenta lo que le da la gana. Ahora ves sus fotos y hay quien las relaciona con los fotógrafos de la Escuela de Madrid. El otro día estuvo en la Casa de la Imagen el antiguo decano del Colegio de Arquitectos, Domingo, y le dijo: “Teo, ya veo que Cristina García Rodero es alumna tuya”.

 

Teo: Yo no sabía quién era Cristina García Rodero hasta hace cuatro días.

 

Jesús: Eso es lo bueno, Teo no había visto ni estudiado a ninguno de esos fotógrafos y de repente sus fotos toman ese camino. ¿Por qué? Porque hay composición, en las fotos de Teo hay composición, creo que tiene que ver… ¿eras aficionado o te gustaba el dibujo?

 

Teo: Sí. De chaval me gustaba el dibujo, pero me dio por ser fotógrafo. No había manera de aprender aunque preguntaba. Me decían que los productos había que comprarlos con receta médica. Y entonces compré el libro ‘Cómo hacer fotografía’ por dos pesetas, en la Librería Balmes. Vendían tebeos antiguos, revistas, me gustaba mirar allí y vi el libro. Me costó dos pesetas. Ahí venía la cosa más simple que hacía falta para hacer una foto. El revelado, a veinte grados… Ponía el revelado a veinte grados, que no se pasara ni una décima… Tengo una foto que es la primera que saqué a mi hija, con dos años, que me pasé de revelado. Está con mi mujer, en la mesa –sin recoger, acabábamos de cenar-… la foto tiene un grano que para que…

 

S.- ... Y desde entonces…

Teo: Entonces revelaban en las droguerías. Había una en la plaza del mercado, en una de las esquinas, ya está cerrada. Allí compraba lo que necesitaba y, como estaba en el ambiente ciclista, hacía fotos a los ciclistas y se las vendía. Sacaba dos pesetillas, tres. Las pasaba canutas. La primera máquina tuve que pagarla a plazos, no sé cuánto tiempo estuve... Aprendí con el libro y luego con las revistas de Arte Fotográfico. Gané algún concurso y saqué el permiso en la Comisaría para poder realizar algunas otras fotos. Y después vinieron a preguntarme si quería ser el fotógrafo de un periódico que iba a abrir delegación en Logroño, La Gaceta del Norte. Entonces estaba trabajando en una empresa de electricidad y acepté encantado, tenía la ilusión de dedicarme a la fotografía.

 

S.- ¿Qué ha supuesto la Casa de la Imagen para tu fotografía?

Teo: Ahora me voy a meter yo con Jesús –bromea. Si no hubiera sido por Jesús –el conoce mi historia bien-… yo estos negativos los tenía muy bien desorganizados. Los tenía archivados en unas cajas de puros, ‘Pelota’, ‘Fútbol’, ‘Toros’… todo en cajas de puros. Gracias a Jesús, que vino a hacerme una visita al pueblo –hará veinte años, entonces yo pensaba de otra manera-, merendamos, yo lo guardaba todo, no tiraba nada, pero me decía “no voy a soltar yo los negativos y si el día de mañana…”. Tenía 63 años, ahora tengo 83 (2014) y pienso de otra manera. Entonces le dije a Jesús que no, que no soltaba los negativos. Mi mujer también me decía: “No sueltes nada”. Pasó el tiempo.

 

Jesús: Yo que soy de natural pesado volví a insistir.

 

Teo: Sí, pero eso fue ya muchos años después. Mi manera de pensar había cambiado. Ya no decía cuando sea mayor con estos negativos no sé lo que voy a hacer. Ya no tenía tiempo. Pensé de otra manera y fue cuando se hizo la exposición del Ayuntamiento. Empezamos a revisar clichés. No fue sencillo, no era "cojo esta carpeta que tiene el número tal y contiene tal y tal". No, no, no…

 

Jesús: Era abrir cajas y mirar que hay aquí. Con una lupa íbamos mirando negativo a negativo porque no había positivos.

 

Teo: Por eso te decía que estaba muy bien desorganizado todo.

 

Jesús: Abríamos una caja y ponía ‘Fútbol’. Y esa caja había rollos y rollos de negativos. Los poníamos en la mesa de luz y con la lupa. Hemos estado buceando tiempo y tiempo en las fotografías de Teo. Horas y horas.

 

S.- Creo que una de las cosas que te sorprendió, Jesús, era la extraordinaria memoria de Teo sobre lo que reflejaba cada negativo, ¿no?

Jesús: No te lo puedes ni imaginar. Cogía una negativo y le preguntaba Teo ¿Qué es esto? Y me decía, sí, esto es un remate de cabeza, en un partido del 18 de junio del año tal, y el de la foto se llama no sé quién. Le decía, pero cómo te puedes acordar. Se acuerda de todo lo que hay en las fotos y de todos los que aparecen.

 

Teo: Sabes Jesús, creo me acuerdo por la ilusión que yo tenía en las fotos y el valor que le daba a las fotografías. Lo peor que puede hacer un profesional de la fotografía es tirar un negativo, guárdala porque de aquí a un tiempo esa foto puede ser cojonuda. Ese era mi sentido de la fotografía y por eso guardaba todo; de la Transición en Logroño lo tengo todo.

 

Jesús: Con Teo concurre por un lado la fotografía, vamos a llamarle, histórico-social. Así, de lo que publicó en el periódico tiene guardado absolutamente todo. Esa sería la gran recopilación. En temas deportivos podríamos recomponer la historia del Logroñés, del fútbol regional y con la pelota lo mismo. Y podríamos recomponer 25 años de la historia de La Rioja en imágenes y no nos iba a faltar nada, ni de política, ni de sucesos, ni de nada. Ese es uno de los valores que tiene el archivo de Teo. Además, a todo eso, hay añadir sus fotos personales, las que están en la exposición. Cuando al señor Teo se le ocurría parar el taxi en el que iban a cubrir alguna noticia y decía “espere, espere, eche marcha atrás, que he visto una foto”.

 

Teo: La foto de la Farmacia…

 

Jesús: La foto de la Farmacia no era una fotografía para el periódico, era una foto para él.

 

Teo: Íbamos ya para Logroño con el coche y le pedí al taxista que retrocediera para hacer la foto.

 

Jesús: Con las prisas que había entonces para revelar y mandar las fotografías a imprenta… La prensa era entonces algo tremendo. Disparaban las fotos y al final del día tenían que revelar todos los rollos, ampliar las copias, llevarlas al periódico, y eso todos los días… Son muchas horas de laboratorio. Además, de todo ese tiempo metido en el laboratorio, Teo sacaba tiempo para hacer sus fotos.

 

Teo: El trabajo en el periódico era todoterreno, política, deportes,  sucesos, accidentes, de todo. Hacíamos muchas fotos, los carretes tenían 36 exposiciones, había días que tiraba 8 o 10, prácticamente todos los días, durante 25 años. Claro, tirando tantas fotos o sacas alguna buena o eres tonto, porque tengo algunas malas también –bromea.

 

S.- Las fotografías de ‘Nostalgia y Vanidad’ reflejan también una gran paciencia para esperar el momento…

Teo: En fotografías como la de la procesión de Cornago te tienes que adelantar para coger el marco más bonito, preguntar al que dirige la procesión o al ministro cuando hace una visita y saber para qué lado van para que cuando abra la puerta y le de la mano el alcalde captar ese momento. Hay cosas para las que tienes que tener una psicología para ir preparándote e ir siempre delante, cogiendo los sitios donde va a pasar algo.

 

S.- ¿Hay que ver la foto antes de realizarla?

Teo: Claro. Sí, elegir el lugar que te gusta, el marco, el entorno, sabiendo por donde va a pasar, por ejemplo, la procesión.

 

Jesús: Es su forma de hacer fotos. Primero compongo y cuando suceda el hecho que complete el resto de la composición, de modo que coincida lo que pasa con lo que tenía en la cabeza que iba a pasar. Claro que tiene ese punto de paciencia.

 

Teo: Sí, pero es que también sé cómo van a discurrir las cosas porque he hecho muchas procesiones y muchas cosas. Por ejemplo, tengo una foto de un toro que lo toreaba Miguelín. El toro está de pie, vertical, vertical, con las astas clavadas en la arena. El toro está tieso. Me decían ¿Cómo has sacado esa foto? Lo más sencillo. Tenía una máquina Nikon con motor que tira un montón de fotos por segundo, pero que cuando yo estoy cubriendo los toros tengo claro que mientras está el toro hay peligro. Estoy toda la corrida de toros con la máquina así –imita la acción de mirar por el visor-, cualquier cosa que pase puede ser una foto interesante, no el pase del torero. Así que el toro se hincó en la arena y como yo tenía la máquina aquí –repite la mímica de mirar por el objetivo- pues click, click, click. Los otros compañeros como no estaban con la máquina como yo no sacaron la foto. Fíjate qué difícil es.

 

Jesús: Había una diferencia. Hice un estudio de la fotografía de prensa de La Rioja y estuve comparando ejemplares de muchos años de La Rioja, El Correo y La Gaceta. Miraba la misma noticia y analizaba como los fotógrafos había sacado el tema. Siempre había una que me gustaba que era la de Teo. Me decía: hay dos fotos prácticamente iguales y luego hay un tío, que se llama Teo, que se ha ido hasta la otra punta y saca no sólo al ministro, por seguir con el ejemplo, sino mucho más. Qué forma de ver tiene.

 

S.- Es eso, la perspectiva de un punto de vista diferente, es también lo que destaca de las imágenes de la exposición, ¿no?

Teo: Sí, sí…

 

S.- ¿Es así también en la fotografía de prensa?

Jesús: Sí, también. En la fotografías para el periódico también mostraba puntos de vista y formas de mirar las fotos diferentes. En la fotografía de prensa Teo también fue singular. Sí que era diferente Teo, tanto en su trabajo en prensa como la foto personal. Probablemente, una es fruto de la otra.

 

Teo: Además, siempre llevaba la otra máquina –la de seis por seis- y cuando íbamos algún pueblo y pensaba que de una escena podía salir algo la utilizaba. Eso era al margen de la información. No sólo me quedaba al acto al que íbamos a cubrir, si veía una foto la hacía.

 

S.- Ahora todos nos creemos fotógrafos, pero sigue siendo necesaria una cierta sensibilidad, ¿no?

Teo: Ahora fotos hace cualquiera.

 

Jesús: Sin duda alguna, hace falta una cierta sensibilidad.

 

Teo: Es que una foto tiene que tener interés; el interés puede más que la calidad. Puede haber una foto movida, con grano, a contraluz y alguien puede decir “que foto más mala”, “ya pero es un tío que ha venido de la Luna”, es qué es un…

 

Jesús: … un alienígena…

 

Teo: ¡Qué es una alienígena! ¿Entonces, la foto…? Lo exagero un poco, pero lo que quiero decir es que la foto tiene que tener interés.

 

S.- ¿A Teo le sale el punto fotoperiodista con facilidad?

Jesús: Sí. Claro, le sale porque lo ha sido durante muchos años.

 

Teo: Es que una foto tiene que tener interés, sino…

 

Jesús: En las fotos de Teo hay interés en casi todas ellas, pero lo que está diciendo es más periodístico que el trabajo que se puede ver en la exposición ‘Nostalgia y Vanidad’. Sí que es verdad que nunca se han hecho tantas fotografías como se hacen ahora, con los móviles, las tabletas…, pero hay algo que define la fotografía y más ahora, que es el encuadre. El encuadre es lo que define al fotógrafo, qué meto dentro y qué dejo fuera.

 

S.- Al leer los textos que acompañan a las fotos de Teo en la exposición aparece la frase “Lo que no está en la foto no sucedió”…

Teo: Esa frase es de Jesús.

 

Jesús: Sí, surgió en una conversación entre los dos y le decía que parece que lo que no está en las fotos no ha sucedido. Estábamos viendo un documental ‘La ciudad de los fotógrafos’, muy recomendable, situado en Santiago de Chile, sobre los fotógrafos en la época de Pinochet. En esa película salía una mujer hablando que decía que había estado toda su vida ahorrando para que un fotógrafo le hiciera una foto con sus hijos “porque si no tengo esa foto esto no hubiera pasado”. No hubiera tenido el recuerdo de que ese momento hubiera existido. De ahí viene lo de ‘Lo que no está en la foto no ha pasado’.

 

Teo: El fotógrafo pasada cada cierto tiempo por ahí, pero sólo se podían sacar fotos los que tenían dinero. Esta mujer todo lo que tenía ahorrado lo gastó en la foto. Al cabo de los años, esa foto la tenía guardada como una joya.

 

Jesús: Ahí se veía el valor emocional que tiene la fotografía y en el caso de Teo es clarísimo.

 

S.- Alguien que ha visto la evolución de la sociedad durante las últimas décadas ¿qué fotografía realizaría para representar el momento social actual?

Teo: No tengo ni idea, yo salgo con mi máquina colgada al cuello y voy mirando para ver qué saco… Bueno sí, cuando hay un acontecimiento todo el público, la gente, está con los brazos levantados con las máquinas compactas o los móviles… Fotografiaría a esa gente con los brazos en alto que tratan de tomar sus imágenes. No sé, es una pijada que se me ha ocurrido…

 

Jesús: No es una pijada Teo, no es una pijada para nada… Te das cuenta que intuición tiene, así toda la vida.

 

… Jesús extrae de la estantería un volumen encuadernado con los primeros números de la revista ‘Arte Fotográfico’, aquella que compraba Teo para aprender y poder, después, hacer esa foto de manera diferente. Los dos fotógrafos continúan hablando de fotografía mientras hacen tiempo para bajar a la sala de exposiciones donde les espera un grupo de alumnos con los que analizaran las imágenes de Teo, de la mano del propio autor. Hay clase magistral en la Casa de la Imagen./Javi Muro

 

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