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{CULTURA / EXPOSICIONES}

'Los archivos del planeta' y el sueño de una humanidad mejor

El Círculo de Bellas Artes acoge la muestra sobre Albert Kanh y su archivo documental sobre el mundo

Imagnen a una persona que concibiera la creación de un inmenso archivo fotográfico y filmico sobre el planeta y la humanidad abastecido por el resultado de diversas campañas internacionales desarrolladas por equipos de fotográfos y de filmación, bajo su coordinación y financiación. Un proyecto que recorriera más de cincuenta países; desde Afganistán a Brasil, desde la India a Israel, que se detuviera en Cisjordania, China, Croacia, España, Vietnam, Italia, Japón, Grecia o Alemania, entre otros lugares. ¿Lo imagian? Ese hombre existió. Albert Kahn (Marmoutier, 1860 – Boulogne-Billancourt, 1940) fue un prestigioso banquero de origen judío, destacado filántropo y promotor cultural en el París de principios del siglo XX y creó un archivo documental del que forman parte más de 72.000 placas autocromas -la colección de fotografía en color más grande del mundo-, 4.000 placas estereoscópicas y 200.000 metros de película cinematográfica en 35mm, en su mayoría en blanco y negro, pero también con tempranos ejemplos en color.

 

Solo el Crack del 29, que supuso el principio del fin de la fortuna del banquero, impidió que el archivo multiplicase sus fondos "hasta alcanzar la dimensión planetaria ideada por Kahn", tal y como recuerda el catálogo de la exposición. Ahora, el Círculo de Bellas Artes de Madrid acoge la muestra 'Albert Kahn, los archivos del planeta', que comisariada por Alberto Ruiz de Samaniego y José Manuel Mouriño, presentan algunas de las mejores instanténeas del infinito archivo. "Las imágenes resultantes de aquella empresa -resalta el catálogo- habrían de servir como salvaguarda de numerosos espacios y comunidades que en aquel entonces ya se encontraban en la antesala de su extinción efectiva, además de estimular nuevas relaciones interculturales. Este anhelo, como esperaba Kahn, habría a su vez de redundar en el entendimiento y armonía de las distintas comunidades que a ellas tendrían acceso".

 

El archivo fotográfico de Albert Kahn goza en la actualidad de una gran relevancia argumental fundamentada en su voluntad por convertirse en un auténtico atlas icónico de la humanidad, así como en la sensibilidad estética y en la hondura conceptual indiscutible de sus imágenes. Un registro fotográfico de y para la humanidad. Y es que el archivo cumple la propuesta ambiciosa que el propio Albert Kahn definió: “Fijar de una vez por todas los aspectos, las prácticas y los modos de la actividad humana cuya desaparición total no es más que una cuestión de tiempo”. Tanto la colección fotográfica como la cinematográfica tocan territorios o géneros muy diferentes, desde el ámbito científico al etnográfico, pasando por la actualidad del lugar y diversas formas documentales. 

Aseguran que Albert Kahn fue siempre un personaje misterioso. Lo describen como autoritario, secreto y maniaco, "quizás lo que realmente fue es un hombre muy discreto que trató de evitar toda su vida las numerosas cámaras que lo rodeaban". Nació en 1860 y ese carácter reservado que le valió la reputación de hombre misterioso, también ayudó a que su obra cayese en el olvido después de su muerte. En 1871 Alemania se anexiona Alsacia y una parte de Lorena; Kahn, judío alsaciano, se trasladó entonces a París para mantener la nacionalidad francesa. "La condición de desterrado va a marcar toda su existencia -señala el catálogo- hasta tal punto que regirá un ideal regulativo de corte ético y sociopolítico que habrá de inspirar todos sus proyectos".

 

Los Archivos del Planeta constituyeron indudablemente una empresa inmensa sostenida únicamente por la convicción de un banquero utópico y humanista que invirtió prácticamente toda su fortuna personal en ello. "El gran Kahn confiaba, efectivamente, en que estaba construyendo, para la humanidad y en el nombre del progreso de las ciencias sociales, un proyecto de conocimiento, una forma para la humanidad misma de conocerse mejor. Conformaba un universo en miniatura que reunía las diferentes sensibilidades de estar en el mundo, Los Archivos del Planeta constituían el inventario de la diversidad etnocultural de la tierra".

A medida que el archivo va creciendo, el posicionamiento científico se va haciendo más explícito. "Con el objeto de garantizar una visión de carácter académico, se organizaban siempre reuniones preparatorias antes de cada salida de los operadores. Las imágenes reunidas manifiestan claramente la influencia de estos protocolos. Por ejemplo: es evidente que los operadores se inspiran en clasificaciones establecidas por la disciplina de la geografía humana: los objetivos prioritarios de su mirada se centran en las comunidades poblacionales, en sus equipamientos y métodos de comunicación y transporte, luego en las formas de producción humana y de aprovechamiento del hábitat –equipamientos agrícolas y pesqueros fundamentalmente– y, finalmente, en monumentos y obras de arte. Estaba claro que las consignas priorizaban el aporte humano sobre el territorio. Sin embargo, no parece que haya habido en ningún momento un programa estricto que definiese los destinos concretos o los temas de las misiones".

 

Más allá de la tentación utópica de abrazar lo real en su globalidad, y en consecuencia de abolir las distancias que existen en el mundo, el propósito del banquero era el de hacer el mundo mismo más accesible y sensible para la gente. Recuerda el catálogo de la exposición que el filósofo Henri Bergson, amigo desde la juventud del banquero e inspirador de muchas de sus ideas, siempre resaltó que "la casa de Kahn poseía algo único: una atmósfera moral que les permite respirar, aunque sea por unas horas, a todos aquellos que carecen del sueño de una humanidad organizada y mejor”./SPOONFUL

 

* Galería de Imágenes.

 

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