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{CULTURA / EXPOSICIONES}

'El pintor es un animal con pincel'

Josep Tornero gana, con 'Nuclear Family', el XI Certamen Nacional de Pintura Parlamento de La Rioja

Josep Tornero ha ganado el XI Certamen Nacional de Pintura Parlamento de La Rioja con la obra ‘Nuclear Family’. ¿Qué cuenta? ¿La pintura cuenta cómo lo hacen, por ejemplo, las novelas? “Quizá la pregunta es -apunta el artista galardonado- qué se quiere contar o de qué se quiere hablar, porque a veces una pintura no quiere contar algo. En mi proceso creativo prefiero formular preguntas, hacerme preguntas. La pintura, al menos la mía, no pretende lanzar un mensaje”. 

 

Tornero se define como un apasionado de la imagen, “tanto de la pintura, como del cine o de la fotografía. A través de la pasión trato de buscar, intento encontrar elementos que plantean preguntas. Cuestiones planteadas en el tiempo qué vivimos, ahora, sobre o respecto a momentos que ya han acontecido. Surgen y necesito pintarlas. Es la propia pintura la que da continuidad a las imágenes”. Las respuestas a esas preguntas son unas para el autor y al mostrar la obra pueden ser otras para quienes la contemplan. “Por supuesto -afirma convencido Josep Tornero-, existe el riesgo de que las inquietudes que despierta la obra, la respuesta a esas preguntas por decirlo de alguna manera, sean diferentes, es eso precisamente lo que hace a la pintura tan valiosa”.

 

Frente a ‘Nuclear Family’ la obra ganadora del certamen resulta inquietante. Sobre el lienzo una familiar en bañador camina sobre la playa de la mano. Parecen aproximarse a la orilla del mar. Parecen disponerse a disfrutar de las olas durante un día de vacaciones. Desconcierta que los cuatro cubran sus caras con máscaras antigás. “Estoy de acuerdo -resalta Tornero-, la obra resulta inquietante. Forma parte de un proyecto más amplio en el que abordo imágenes que tienen su referencia en el periodo entreguerras. Me planteo la relación asumida de que aprendemos de forma lineal, pero lo cierto es que sabemos, porque la historia así lo muestra, es que existe el miedo, las preocupaciones, la alegría; sabemos que la vida no es lineal, existen los ciclos”.

¿Puede observarse la obra como una reflexión de la familia? “Si, es cierto. Pueden entenderse como un cuestionamiento del aspecto bélico de la familia, de la familia en transformación en nuestros tiempos, la contraposición entre el peligro y el disfrute de las vacaciones. Entre la cotidianidad, un aspecto del que me gusta partir, y los peligros existentes”. 

 

Las preguntas que tanto le interesan a Tornero a veces surgen mientras pinta. “Tengo que saber -describe- a dónde quiero llegar antes de comenzar a pintar, pero durante el proceso creativo la obra evoluciona. El planteamiento inicial me ayuda a dudar y, por lo tanto, a avanzar, a evolucionar”.

 

‘Nuclear Family’ puede parecer cinematográfica. “Sí, pero creo que quizá sea a la inversa, la pintura es un recurso para lo cinematográfico”. En todo caso, no es una apreciación que le resulte extraña. “Hemos crecido en una cultura de las imágenes, el cine siempre ha estado ahí para nosotros y es por lo tanto una influencia”. En el caso de Josep Tornero le influyen no sólo las imágenes del cine -del cine primitivo, especialmente-, sino también las que genera la poesía o los ensayos.

¿Y por qué pinta Josep Tornero? “Es una necesidad -asegura-, el pintor es un animal con pincel. Pintar es un castigo que tiene el pintor, que comprende el mundo a través del dibujo”. ¿Es entonces también sufrimiento? “Sí, en la medida que es un castigo”. Surge el símil con el corredor maratoniano que transforma el sufrimiento de la carrera en placer. “Puede ser, al final durante el proceso creativo transformas el sufrimiento en placer”. Lo cuenta alguien que llega a pasar 12 y 13 horas trabajando en su estudio, que ocupa la parte baja del edificio en el que vive. “El tiempo pasa mientras estoy en el estudio y no me entero”.

 

Reconoce que vivir del arte resulta complicado. “Es muy difícil, aunque llevo cuatro años pintando”. Desprenderse de las obras cuando alguien las compra y pasan a formar parte de un museo o una galería no supone un trauma para el artista. “Al contrario -resalta-, me pongo muy contento cada vez que una obra sale del estudio. Es cierto que de alguna pieza te encariñas y te duele un poco, pero asumes que forma parte de tu trabajo”.

 

Al abordar una de sus obras, Josep no piensa en quién puede contemplar posteriormente esa pintura. “No trabajo pensando en la gente, no podría hacerlo. Si me gusta que una vez finalizada me cuenten que les sugiere”. En el diálogo con el espectador, el autor de ‘Nuclear Family’ no tiene claro que explicar qué ha querido contar o pintar sea la solución a que la gente quite el miedo a no comprender el arte contemporáneo. “Igual las visitas guiadas pueden ayudar, pero se trata de que el espectador descubra la obra, que no exista un mundo entre la pintura y quienes la observan”./Javi Muro

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