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{ENTREVISTAS}

'Al teatro se va a compartir'

Lola Blasco ha ganado el Premio Nacional de Literatura Dramática 2016 con 'Siglo Mío, bestia mía'

Lola Blasco es escritora, directora y actriz. Acaba de ser galardonada con el Premio Nacional de Literatura Dramática 2016 por su obra'Siglo mío, bestia mía'. Licenciada en Dramaturgia por la Real Escuela Superior de Arte Dramático, imparte la asignatura de Literatura en la Universidad Carlos III de Madrid. Ha publicado las obras de teatro 'Foto Finis', 'Oración por un caballo', 'Los hijos de las nubes', 'Un concierto de despedida', 'Proyecto Milgram', 'Ni mar ni tierra firme (tres monólogos sobre la tempestad)', 'A 7 pasos del Quijote' y 'Canícula', muchas de ellas ya estrenadas. Por 'Pieza paisaje en un prólogo y un acto' fuer reconocida con el premio Buero Vallejo. En 2009, Lola fundó la compañía de teatro Abiosis para la que escribe, dirige y trabaja como actriz. Su último proyecto de dirección ha sido 'La armonía del silencio', obra que ahora se encuentra en plena gira. Lola Blasco asegura que entiende la palabra como acción y que escribir lo entiende como un deber, "me considero una obrora de la palabra"./Javi Muro

 

SPOONFUL.- Lo primer enhorabuena. ¿Qué sensaciones te ha provocado el galardón?

Lo cierto es que no lo esperaba y viene en un buen momento. En uno de esos momentos en que te estás replanteando qué hacer con tu carrera. Para mí, que me examino constantemente, ha sido un aliciente que me dice que voy por buen camino.


S.- ‘Siglo mío, bestia mía’, además de ser un título sugerente, traslada ideas de decepción, frustración, incluso de derrota y, al mismo tiempo, de rebelión e incluso ilusión…

Pues me alegra que traslade todo eso porque eso es lo que he querido transmitir con mi obra. El título proviene del famoso poema 'El siglo' de Mandelstam, aunque no tiene que ver nada con él, salvo en que me siento identificada en el corazón, y en la tristeza que producen los gobiernos del terror. La titulé así porque la obra quiere expresar esa confrontación de mi Yo con el mundo, y porque Mandelstam habla en ese poema de la fractura, del dolor, pero también de la esperanza en el futuro.


S.- Más allá de impresiones desde el título, ¿qué cuenta ‘Siglo mío, bestia mía?

'Siglo mío, Bestia mía' es un relato personal. Parto de mis propias experiencias, de mi propia crisis, porque creo que en este momento muchos pueden sentirse identificados con esta, mi historia, que no deja de ser la nuestra, la de todos los días. Estamos sumidos en un tiempo de catástrofes. 'Siglo mío, bestia mía', reflexiona acerca de los tiempos que estamos viviendo. Habla de cómo no perder el rumbo en este tiempo de catástrofes, la obra trata todas estas cuestiones, pero ante todo habla de la necesidad del amor, del anhelo de consuelo en el Otro. De alguna manera, lo que se pretende con 'Siglo mío, Bestia mía', es analizar hasta qué punto los universos privados dan cuenta de una época y cómo los mecanismos del capitalismo operan a pequeña y a gran escala en nuestras relaciones personales, en el amor, en los conflictos, en la religión y en la organización del mundo.


S.- Definen tus obras de comprometidas socialmente, con compromiso político. ¿Te ves reflejada en esas percepciones?

Son políticas en cuanto a que hay una postura, una forma  de moverse en el mundo. Un ejercicio activo de la ciudadanía. Yo hablaría también de Ética.


S.- ¿Es posible contar las cosas que nos pasan hoy en día, lo que está sucediendo en nuestro entorno o en el mundo, y hacerlo atractivo a la gente, al público que asiste, por ejemplo, al teatro?

Eso espero. Yo tanto cuando escribo como cuando dirijo busco la belleza. Puedo decir cosas horribles, pero con un lenguaje de lo más cuidado. Y la belleza siempre se disfruta. En las puestas en escena, son muchos los elementos que pueden hacer atractivo un espectáculo y creo que las historias, cuanto más contemporáneas, más atractivas para la gente. Al teatro se va a compartir.


S.- El jurado del galardón ha valorado la capacidad que refleja ‘Siglo mío, bestia mía’ de confrontar con un tiempo fracturado, ¿no? Algunos sinónimos de fracturado son, por ejemplo, roto, partido, quebrado, destrozado, desgarrado o accidentado…

Todos ellos son adjetivos que pueden aplicarse a la obra. 'Siglo mío, bestia mía', habla de ese sentimiento de fractura.


S.- El jurado también ha destacado el ritmo poético y la estructura innovadora de tu obra. ¿Se puede contar a través del estilo? ¿Puede el estilo formar parte de la narración?

Yo entiendo la palabra como acción, como ocurre con las tragedias griegas o isabelinas. Soy de las que piensan que, efectivamente, la forma sigue la función. Y que en la forma reside otro tipo de conocimiento que no se asienta sobre las razones, pero que se transmite de igual manera.
S.- Te he escuchado decir –o leído en algún otro medio- que ‘Siglo mío, bestia mía’ es una obra arriesgada. ¿En qué sentido?

Arriesgada en cuanto a que no es una obra convencional en la forma de tratar los temas. La obra comparte elementos del viaje iniciático, del teatro político, del diario personal… Habla de la era del terror, de los movimientos políticos, de los refugiados, de la crisis económica, de la construcción de muros… y lo hace con poesía, a través de tres personajes en un barco a la deriva con referencias a un clásico como Moby Dick.

 

S.- ¿Qué tiene Moby Dick que tanto nos atrae?

Nos atrae porque habla del combate que hacemos con nosotros mismos, de la lucha con nosotros mismos, de una bestia que nos persigue, que nos persigue o a la que perseguimos todo el tiempo.


S.- Por cierto, llegados a este punto de la conversación… ¿por qué escribes?

Porque no puedo hacer otra cosa. Lo siento casi como un deber. Me considero obrera de la palabra. 


S.- ¿Qué te lleva a iniciar una historia? ¿Cuál es la chispa que enciende una de tus obras? ¿Qué te inspira?

Puede venir de diferentes sitios. Una emoción. Una noticia. Un diálogo que he tenido en la calle…


S.- …y después, ¿Cómo defines el planteamiento de esa idea inicial?

Soy una persona obsesiva. Cuando se me mete algo en la cabeza no dejo de pensar en ello. Maduro las ideas durante mucho tiempo hasta que arranco a escribir.


S.- ¿Cómo es tu proceso creativo?

Pues caótico cuando construyo, porque lo que hago es abrir los ojos y recoger todo cuanto recibo. Una palabra, una señal, todo… Pero soy muy disciplinada en cuanto a horarios. Cuando estoy en proceso creativo me levanto sobre las seis de la mañana, es la mejor hora para escribir.


S.- ¿Necesitas soledad para escribir, música que te acompañe, escribes primero en papel o directamente en el ordenador?

Escribo directamente en el ordenador. Yo pertenezco a la generación en red y ese es mi medio de expresión. La música se me hace a veces muy necesaria, la soledad sería deseable, pero a veces escribo con mi niña dando vueltas alrededor, así que a lo más que llego es a ponerme los auriculares mientras veo moverse a Bob Esponja. El oficio del escritor, al menso en mi caso, ni es tan bohemio, ni tan glamuroso como la gente piensa.


S.- ¿Al escribir has sentido alguna vez que surgían prejuicios, autocensura o el síndrome del folio en blanco?

Sí, pero lo que hago cuando sucede es no presionarme. Anoto ideas, palabras, lo que sea. Lo importante es escribir.
S.- Además de escribir, diriges y actúas, ¿cómo cambia al dirigir y actuar tu proceso creativo?

Afecta tanto positiva como negativamente. Positivamente porque no tengo miedo a cortar o cambiar un texto. Negativamente porque conozco las tablas, conozco todo lo que conlleva mostrar un espectáculo y eso puede llegar a generar límites en el proceso creativo.


S.- ¿Cuándo podremos ver el montaje de ‘Siglo mío, bestia mía’ en los teatros españoles?

Eso me gustaría a mí saber. La obra ha sido presentada a los teatros públicos, y no ha sido considerada. Ojalá que ahora y avalada por este premio consiga producción.


S.- Corrígeme si me equivoco, creo que acabas de estrenar el montaje de ‘La armonía del silencio’. ¿Crees que ha conexión, un punto de enlace o punto y seguido entre tus orbas?

Sí lo creo. Desde 'Canícula', después 'Siglo mío, Bestia mía' y ahora 'La armonía del silencio', estoy trabajando en un lenguaje que llamo fábula política. He ido relegando los aspectos documentales que tan visibles eran en obras anteriores para adentrarme más en lo simbólico.


S.- Compaginas tu actividad creativa con la docencia en la universidad. Creo que impartes ‘Filosofía, Lenguaje y Literatura’. ¿Sabes que algunos te reprocharán que esas asignaturas no sirven para encontrar trabajo después?

Imparto Literatura y yo también podría reprochar muchas cosas a los economistas. No me importaría debatir al respecto.


S.- … para terminar… ¿en qué obra de teatro te quedarías a vivir?

No me quedaría a vivir en ninguna, pero creo que por desgracia estoy metida en Esperando a Godot de Beckett.



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