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{ACTUALIDAD}

Huertos sociales y sociedad tecnoagrícola

“El contacto con la naturaleza y la tierra contrarrestan mi fascinación por las nuevas tecnologías; lo uno compensa lo otro”. El director del cine, Bigas Luna, participó en 2008 en ‘La Ciudad Inventada’, el evento cultural que celebrado en Logroño. La propuesta del cineasta fue ya entonces la creación de huerto urbano en pleno casco antiguo de la ciudad, al tiempo que resaltaba la relevancia de las obras que “rebuscan el origen de la vida, que retoman la importancia de nuestro propio ser y de aquello que ingerimos”.


Unos años después, El Campillo, uno de los barrios en desarrollo de Logroño, acogerá la experiencia de poner en marcha el cultivo de pequeñas parcelas, en las que se pueda obtener una producción doméstica de hortalizas y plantas ornamentales.


No es posible medir la influencia que tuvo aquel huerto urbano que ocupaba la plaza del Parlamento, pero lo cierto es que el Ayuntamiento –promotor de la iniciativa- ha tomado las riendas de esta aspiración ciudadana  y ha puesto tres condiciones que coinciden con el espíritu que entrelazan los conceptos de  agricultura y social: el uso de técnicas ecológicas y respetuosas con el medio ambiente, la siembra de cultivos habituales en las huertas del entorno, y el destino de la producción para el autoconsumo.


Logroño se suma así a diferentes ciudades que ya observan los resultados de esta experiencia en sus municipios como Santander, Zaragoza, Sevilla, Murcia, Utrera, Plasencia o Gandía, por poner tan sólo unos ejemplos.


Logroño hace realidad así una propuesta que ha tenido a lo largo del tiempo diferentes planteamientos y ubicaciones; ya que durante la urbanización del sector Santa Juliana y del parque de La Ribera se llegó a especular con un modelo parecido, pero ubicado en la orilla derecha del río.


Los objetivos marcados en la mayoría de las localidades que ya tienen esta actividad en funcionamiento coinciden con lo definidos ahora por el Ayuntamiento de la capital riojana. La idea que sustenta el proyecto es la de dotar a la ciudad de un espacio donde pueda darse la convivencia social en torno a la agricultura; evocando de alguna manera, las huertas que recorrían la ribera del Ebro hace tan sólo unas décadas. Unas huertas que rocupaban la orilla sur del río enlazando con las existentes en el barrio de Varea.


El espacio donde se desarrollará el proyecto se encuentra en la margen izquierda del río, e una parcela de propiedad municipal, que limita al sur con el aparcamiento del cementerio, al norte con una acequia de riego y al oeste con la carretera de Navarra. Tal y como sucede ya con los parques urbanos, el Ayuntamiento de Logroño ha previsto que el futuro riego de los huertos se realice con agua no potable procedente de un pozo existente en el propio terreno a cultivar, con el fin de mantener el carácter ecológico del proyecto y propiciar el consiguiente ahorro de agua para la ciudad.


El planteamiento sobre el que se desarrolla esta iniciativa apunta a la creación de 66 huertos de 50 metros cuadrados aproximadamente, con acometida de agua independiente cada uno de ellos. Los huertos fueron asignados a los nuevos agricultores el pasado 27 de abril, en un sorteo celebrado en el Consistorio logroñés. Las solicitudes superaron con creces las expectativas; se presentaron 260 pretendientes. Un dato que permite hacerse una idea del interés que ha despertado esta propuesta de agricultura social.


La idea municipal es la propiciar la autogestión de los huertos. El canon inicial marcado es de cincuenta euros por cada huerto y la adjudicación se prolonga hasta 2014, ya que desde el Ayuntamiento se quiere evitar la sensación de propiedad y conseguir que no se pierda la idea de que las parcelas tienen carácter público.
Las labores de acondicionamiento estarán terminadas a finales de mayo, según comentó el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Logroño, Jesús Ruiz Tutor. “ El terreno se han nivelado –apuntó- y las conducciones individuales de agua están instaladas”.


En 2008, en Logroño, Bigas Luna, representaba su huerto urbano y hablaba de “pocos coches y mucha huerta, como parte –apuntaba-, de una sociedad tecnoagrícola en la que las nuevas tecnologías compartieran espacio con las gallinas”. ¿Será un primer paso? Autor/Spoonful

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