{TENDENCIAS / TENDENCIAS}

La distinción de un buen gintonic

Seis sencillos pasos para preparar la bebida de moda

La última década ha visto cómo el gintonic subía como la espuma. Un combinado que existía tradicionalmente en nuestro país y que de pronto, otorgaba un toque de clase, incluso de distinción, a aquel que portaba una copa de ginebra con tónica.

Son muchos los que culpan de este boom a la aparición en el mercado de nuevas marcas de ginebra más aromáticas y con diseños que rompían con la tradicional botella. Es el caso del Bombay Sapphire, que imprimía un color azul a esta bebida. De hecho, se han contabilizado más de 150 marcas, la mayoría de ellas con una etiqueta en la que explican qué aportaciones van mejor para su ginebra en concreto: limón, lima, pepino, albahaca…

Pero el auténtico pelotazo lo dio Hendricks, quien se atrevió a modificar la composición de la ginebra para otorgarle más aromas y un sabor más dulce, apta también para el sexo femenino, hasta ese momento poco habitual del gintonic.

Y junto a esta explosión, que ha ido en detrimento del consumo de whisky, la inseparable compañera del gintonic: la tónica.

Esta bebida refrescante ha introducido en el mercado varias decenas de marcas cuya peculiaridad es su mejor adaptación al combinado.

Todo ello, unido a un exquisito trabajo de marketing, ha logrado que el gintonic se convierta en un combinado de moda, e incluso, de distinción. Y eso que los ingleses ya bebían gintonic en su expedición en tierras indias, si bien, lo hacían por dos motivos. El primero, porque el alcohol de la ginebra imprimía valor en la batalla. El segundo, porque la quinina que posee la tónica evita enfermedades como el paludismo.

Hay que recordar en este sentido, a aquel repartidor con falda escocesa que montado en una bicicleta distribuía pepino para gintonic por los bares.

Pero dicho esto, y a pesar de las diferentes formas de preparar un buen gintonic, ¿cuál es el combinado perfecto? Rebuscando recetas y maestros en cuestión, parece que muchos coinciden en evitar florituras.

1.    Utilizar un vaso ancho o copa de balón para dejar escapar todos los aromas.
2.    Añadir corteza de lima y estrujarla para que salgan las denominadas lágrimas.
3.    Cubrir con cinco o seis hielos (evitar que el hielo sea de agua de grifo).
4.    Añadir ginebra, unos tres segundos contados como 1020-1021-1022.
5.    Añadir tónica con el vaso o copa inclinado para que la mezcla se realice mejor.
6.    Remover suavemente para no perder las burbujas de la tónica.

Seis sencillos pasos que han convertido a una bebida cítrica y amarga, en un combinado refrescante y muy de moda./Roberto de Miguel

Coméntalo en Twitter: @robdemiguel